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Bien dicen que la vida es cíclica, y que estamos destinados a revivir eventos cada cierto tiempo; así el que pasa por una crisis una vez es probablemente alguien que lo ha hecho con anterioridad para después de un tiempo volver a levantarse tras su situación.

Llevar más de medio año desempleado me ha hecho pensar en las veces que he vivido experiencias similares y cómo es que nunca he estado suficientemente prevenido para recuperarme a pesar de considerar las variables.

Por ejemplo, en mis tiempos de preparatoriano me quedé sin trabajo y duré un par de semanas así, previamente saltando entre uno y otro empleo temporal sin éxito. No fue hasta que mis papás se encontraron con un conocido y le comentaron que quería trabajar; para empezar de cero, ya saben, empecé con la clásica la historia de la escoba y el trapeador siendo el que lavaba los baños cuando se necesitaba.

En esa empresa estuve por once años, ahí conocí a grandes personas que hasta ahora considero amigos y aprendí valores básicos como escuchar, anotar, proponer y observar. Pasé de ser el que podía ayudar con la limpieza, al ayudante de almacén en tienda; era el que acomodaba la mercancía pues. Al paso de poco tiempo, mi jefe tuvo que haber encontrado alguna virtud en mí, pues me colocó como parte del personal de mostrador; donde pude aprender de ventas, trato al cliente y memoricé un catálogo consistente de productos porque no solíamos utilizar códigos de barras.

Lo que siguió fue que durante la prepa (que cursaba por las noches), se me permitió salir hora y media antes, me dejaron como compañero y posteriormente jefe del almacén general de la empresa; ahora mi trabajo consistía en surtir material a las cuatro sucursales de la empresa y gestionar el inventario. Pasándolo de simples hojas de excel a una pequeña base de datos. Por aquellos días hacía mis primeros intentos de programación.

Pasaron algunos años y se me pidió volver a la tienda, esta vez a apoyar en otras áreas; obviamente tenía la intención de segur estudiando, porque la escuela me parecía sencilla y estudiar era mi escape a la realidad laboral. Venía una parte difícil, la facultad ocurría durante el turno de la mañana por lo que había que negociar con mis jefes la posibilidad de seguir trabajando parcialmente. Se logró, aunque la paga era mucho menor, me dieron la oportunidad de laborar durante tres horas al día, por el turno de la tarde, y así saqué la carrera. Esta vez mis obligaciones para la empresa eran más carácter administrativo, contactar con proveedores, revisar y registrar facturas y pedidos, gestionar inventarios globales, administrar costos y de vez en cuando, también me tocaba atender clientes.

Justo al terminar la carrera, estaba ilusionadísimo con una chica que conocí en redes y personalmente durante un viaje a Guadalajara. Estaba asombrado por la belleza de las mujeres por allá y lo buena onda de su gente, en mi mente estaba claro que de presentarse la oportunidad, entraría a trabajar allá y me aproximaría a la entonces dueña de mi corazón.

Se logró. El hermano mismo de mi entonces ex me consiguió una entrevista, tuve que viajar a realizar un examen y me dieron la oportunidad de entrar a trabajar al área software de Intel. Di las gracias a la empresa en la que trabajé durante la última década y mi sueño profesional estaba por comenzar.

La misma persona que me apoyó a acomodarme en el trabajo, me ofreció un cuarto en su casa para habitar. Todo estaba bien, salvo lo infeliz que me hacía saber que me encontraba tan cerca de mi ex y tan lejos de su corazón; y de hecho un par de ocasiones me sentí especialmente mal al enterarme que le sacaba la vuelta a cualquier convivencia o interacción conmigo; de ahí aprendí a retirarme en paz de donde no soy bien recibido para evitar ser una molestia. Lo anterior aunado a que vivíamos bastante lejos del sitio laboral, me convenció a mudarme a un lugar más cercano.

Una de las mentes más brillantes que personalmente conozco y con quien he tenido la dicha de estar en el mismo equipo en Intel, me comentó que él tampoco era local y en el pequeño edificio que vivía rentaba por muy poca cantidad de dinero un cuarto. Cosa que tomé como referencia, busqué y efectivamente había disponibilidad, por lo que renté en ese sitio.

En Intel aprendí lo descubrí lo mucho que ignoraba del mundo de la programación y que todo el tiempo sin importar mi esmero saldrían cosas nuevas y retos mayores. Yo seguía siendo alguien que aprendió rústicamente y con métodos no celebrables a moverle al código. Pero tenía ganas de saber y poder hacer las cosas bien. En ese lugar aprendí a administrar sistemas operativos, el código que programábamos había que colocarlo en distintas distribuciones de software libre y licenciado. Pasado el tiempo me enseñaron a automatizar procesos, a entender y manipular funcionalidades de red en planos reales y a documentar software correctamente.

Pero, también extrañaba la programación web; me decía a mí mismo que era lo que primero había realizado y lo que más me llamaba la atención (y por supuesto, con lo que mayor experiencia tenía). Convencido de eso, cuando una compañera de trabajo me platicó que un amigo de ella estaba levantando su start up y en vistas de que mi sueño era entender el mundillo del emprendimiento, decidí tomarle la palabra y acudir a una entrevista de trabajo. No hubo problemas para encajar, se escuchaba genial la oportunidad; para este entonces, uno de mis mejores amigos ya había terminado la carrera y estaba trabajando también en Guadalajara, en una transnacional llamada Tata y vivía cerca del estadio con otros tres compañeros de clase que trabajaban en donde mismo (cosa que nos servirá más adelante para hilar la historia).

Cuando decido moverme de trabajo, sin evaluar la situación a consciencia plena, dejo también algo que cualquiera podría considerar como "seguro" por adentrarme en la aventura. Cuál va siendo mi sorpresa que las cosas estaban más pesadas de lo que yo creí. Para empezar, me dejaron de lleno la responsabilidad de administrar una app cuando en mi vida había tenido interacción con eso; dicha app resultaba ser el producto empresa de la compañía, una especie de mesero virtual que se colocaba en bares para agilizar la logística de atención a los clientes.

Estaba maravillado y aterrado al mismo tiempo; porque entre las cosas que me pusieron a hacer, fue a utilizar plantillas de Photoshop para maquetar sitios (cosa que tampoco había hecho); la estabilidad de mi trabajo dependía estrictamente de terminar una serie de webs pendientes que la agencia para la que trabajaba ya tenía vendidas y cobradas. Obviamente esto no lo supe hasta que entré a trabajar. Con algunos de esos proyectos no tuve mayor problema, se resolvieron y sacaron en tiempo.

Pero llegó la tienda en línea, una tienda que, a palabras que después escuché del cliente, llevaba como un mes de atraso el día que yo entré a trabajar al lugar; y no se me pedía, se me exigía que la tuviera lista en dos semanas. Mi experiencia tanto en back end como en front end era junior en aquel entonces, pedirme que hiciera algo así me resultaba soberanamente imposible; menos porque nunca se me pidió en la evaluación previa que sacara algo por el estilo de mi historial. Para ese entonces lo que yo sabía de desarrollo web, por valiente que me sintiera, estaba ligado a manejadores de contenido y proyectos pequeñitos con a penas interacción con bases de datos; el monstruo que se me solicitó vencer terminó por derrotarme. Aunque quiero que sepan que di todo de mí; incluso un par de días entre semana y el fin de semana en cuestión no salí de la oficina; me quedé trabajando día y noche por jornadas de cuarenta y ocho horas... Por intención y esfuerzo no quedé, sin embargo, fracasé.

Para esto, he de comentar que en un inicio llegué a una negociación salarial por una cantidad que nunca se me otorgó; creo haber estado en esa empresa por un total de mes y medio. Y así caí de nuevo en el desempleo al que tanto miedo le tuve la vez anterior... Pero, a mi parecer estaba más preparado. No fue así. Me regresé a Colima, y seguí postulándome a diversas opciones a través de Internet con nulo éxito por un mes entero; el tiempo que yo había contemplado que me tomaría volver a encontrar trabajo. Hasta que un día una chica publicó en Facebook que buscaban a alguien que apoyara en desarrollo web. Los contacté, me agendaron las primeras entrevistas, resultando favorecedoras, tenía que volver a la ciudad para entrevistas presenciales.

Empecé a pedir favores. A mi amigo de la infancia que en ese entonces vivía en Guadalajara le pedí que me diera hospedaje durante algunos días, solo necesitaba literalmente un pedacito de suelo para vivir en lo que conseguía algo o me regresaba, y así fue. Por parte de esta empresa me pasaron un reto a resolverse durante el fin de semana; realicé el reto y lo envié. Pero los días seguían transcurriendo, mi economía estaba devastada, por lo que pedí prestado a los cohabitantes del depa. Tenía unas treinta latas de atún en el lugar y estaba limitadísimo en cualquier otro gasto. Pasaron cerca de diez días y no obtuve respuesta por parte de la vacante en la que estaba consciente de haber causado una buena impresión.

Un buen día, a las primeras me dijeron: Oye, hoy habrá un "open house" en la empresa, prepara tu CV en inglés y asiste; así podrás ingresar como trainee a trabajar con nosotros. Me alegraron el día, la semana, el mes, esa oportunidad no iba a dejarla ir. Me preparé con mi documento asistí a la entrevista, me tocó la fortuna (de verdad) que un indio me entrevistara y tuviéramos una conversación que se sintió cómoda, a pesar de ser mi primera experiencia con alguien con ese acento y para los que lo conocen, saben que es algo complicado de entender al inicio. Esa noche estaba que me volvía loco de felicidad por la noticia en mi correo, había sido aceptado y con un sueldo muy superior al que todos los que estábamos en el depa esperábamos (de hecho les dije: "Si es cierto que voy a ganar esto, los invito a todos a cenar con mi primer pago", éramos seis). Días más tarde estaba firmando mi contrato, no lo podía creer.

Pero no fue hasta un mes después que me pagaron por primera vez en Tata. Para entonces, yo tenía un adeudo con uno de los roomies que estaba tal cual manteniéndome, hasta que tuviera dinero para pagarle. 

Y pues, así estuve en ese entonces y de la misma manera estoy ahora; la moraleja es que nunca me he encontrado suficientemente preparado para lo que el destino tenga para mí. En su momento creí que con ahorrar un poquito, no me afectaría el desempleo y lo hizo; después creí que con un colchón financiero equivalente a un mes de sueldo podría superar complicaciones hasta encontrar trabajo nuevamente y no fue así; finalmente, tras mi último descalabro y leer decenas de fuentes, consideraba que con un semestre de sueldo sería suficiente para sobreponerme al desempleo. Siete meses, un intento fallido de iniciar mi propia empresa (detenido por trámites burocráticos), una pandemia y tras haber sido rechazado de unas cuarenta vacantes a las que he aplicado he de decir de nuevo: Me equivoqué, sigo sin saber cuánto es suficiente para evitar caer en estos agujeros laborales del desempleo.


Se dice que atraemos lo que decretamos, pero qué difícil es no sentir que eres una decepción cuando llevas más de medio año desempleado y sin atraer a ningún reclutador de talentos... Pensando, tal vez no tengo talento alguno.

Los últimos meses de mi vida han sido horripilantes, no se los deseo a nadie; las finanzas van mal, a la baja, mis estrategias andan fallas y para colmo, no puedo producir por cuenta propia porque el mundo entero está sufriendo del colapso. ¿Saben la cantidad de veces que mi mente ha querido traicionarme durante esta semana? Si lo supieran, entenderían por qué casi no estoy durmiendo, y qué pasa que siento tanto miedo del entorno.

Estoy solo, entre mis determinaciones estratégicas mentalicé que sería una buena idea mudarme a una ciudad cosmopolita en búsqueda de empleo; eso y el terrible calor de mi lugar de origen me hicieron salir corriendo. ¡Claro que puedo! ¡Claro que puedo! Me repetía mentalmente.

Imagínense el tamaño de mi decepción cuando, las razones por las que me mudé eran nulas, inexistentes. Yo había previsto incluso para este tiempo ya estar ganando dinero (sí, así es amigos, mi situación actual está al límite de lo extremo). Recientes cambios fueron de: Está bien, entonces sin trabajo no hay comida, sin comida no hay energía, sin energía... Bueno, ustedes me entienden, hasta la coherencia para redactar podría estarme fallando.

Recién leí en Internet un mensaje que reinterpreté y respondí a mi modo, el original hablaba del tiempo que dura un recuerdo de alguien en nuestras memorias, romanticismo al decantarse por la frase textual: "¿Me amarás al amanecer?" Mi contestación fue: «Somos efímeros. Tratando desde un inicio por instrucción de demostrar valía, de alcanzar supuestas "metas" y construirnos nuestro propio camino al éxito... Eso no existe, tanto como no existen los recuerdos y memorias, pues no perduran más allá del ínfimo instante que la humanidad va a habitar el planeta. Desde esa perspectiva, si toda la historia humana se puede resumir en un instante Universal, y cada vida no representa más allá de un grano de arena en la playa que es la civilización; un pensamiento es un destello en medio de un proceso cognitivo, so... Sí, será fácil amarte al amanecer, y podré contenerte en mi memoria entretanto que siga vivo.»

En fin, como les informo, me regresaré por donde he venido, sin logro alguno, sin experiencia mayor al horror de sentirme en medio de desolación constante; un momento con energía y optimismo, un rato después tras afrontar la realidad del rechazo reiterado, sumergido en miseria, ansiedad y desesperación. Con sus debidos colaterales: Dolores de cabeza, insomnio, mareos y una tristeza abismal que no me cabe en el cuerpo. Y sí, claro que sí, cualquiera puede venir a enviarme a terapia o recomendarme centenas de libros o experiencias espirituales; el punto es el mismo, estoy en medio de un agujero sin fondo tratando de agarrarme de la primera rama saliente que encuentro, y cuando creo tener la capacidad de levantarme y comenzar a subir a partir de ahí, se rompe y continúo cayendo.


El romance termina al la oscuridad de la noche apoderarse del sitio,
las manos inquietas temblando y la respiración se agita, 
se desvanece la sensación de permanencia,
quedando únicamente la subsistencia.

¿Quién es y por qué persiste encontrarse conmigo?
El amargo sabor de la desgracia agobia mi lengua,
la introspección ha dado malas referencias de lo que sucede,
me quedo ciego, estragos de derrota tengo a cuestas,
el rojo de su mirada avanza cuanto puede.

Somos capaces de encontrarnos con entes extraños al claudicar,
respirar profundo es solo uno más de los síntomas ante la desgracia;
ella a penas tenía veinte años, yo no lo sabía,
me he convertido en el monstruo al que temía en la infancia.

A pensamientos retorcidos es tiempo de hacer cambios,
el sabio se expresó de mí tan mal como quiso hacerlo;
lo siento mucho querida, te colocaste en mi camino,
eres mi divina presa, el bocadillo a punto de conocer su destino.

Los facciones de la hermosa víctima emanaban desencanto,
no es ahora tiempo de claudicar en busca del decoro,
llegué aquí a devorarla y hacerla mía, es lo que ella aceptó;
mirando las marcas en su piel, la inocencia que cambió por oro.

Mi lengua surcando las hendiduras en su espalda;
ahora sin moverse, en un principio se burlaba,
¿quién le hubiera dicho que nunca lo intentara?
Delicioso botín que a mis pies al comenzar estaba.

No hay amor que valga aunque quisiera huir; 
le hice ver que hay pasión que demasiado cuesta,
hay placer que hiere y dolor que sacia.
Sobretodo horror que su inerte aspecto nuestro entorno infesta.


Y no escribes, no meditas, no te relajas, no duermes, no piensas con frialdad, no levantas proyectos, no avanzas, no reaccionas, no te cuidas, no regresas a trabajar, no abandonas la zona de confort, no respiras, no aprendes, no inviertes, no vives.

El año actual ha sido comparable a un descenso empinado en la montaña rusa, donde lo único hasta mis gritos son inaudibles; hay cosas que no deseo, como alejarme de mi familia y proyectos que pudieran generarse aquí. Pero seamos sinceros, sin energía ni concentración, de poco o nada sirvo; los acontecimientos recientes y los pésimos hábitos, además del horroroso calor lo único que hacen es que mi interior ruegue por alejarse y le permita sanar; pues es noble, valiente y funcional, recíproco cuando lo trato bien.

Hay cosas que las palabras no pueden expresar, como mi ansiedad por retirarme de este ambiente que me afecta cada día; mis papás no me comprenden, una o dos veces se hacen sordos con la alimentación, esperan a que se me olvide, y volvemos a los mismos vicios... Pero no, eso no significa que los esté culpando, ellos vienen de una formación nutricional de la que difícilmente van a salir, los gustos tradicionales están por encima de cualquier perspectiva de salud, aunque reitero, no es en absoluto su culpa.

Soy yo el que no puede contenerse, soy un adicto rodeado de los placeres que enriquecen mi adicción; alejado de los fundamentos y las fortalezas que vivir por mi cuenta me traen consigo; tampoco he de mentir en el hecho de que estoy preocupado y la ansiedad me ataca con más frecuencia que de costumbre. El exceso de futuro, la responsabilidad de no saber si tendré dinero para desayunar mañana en caso de estar por mi cuenta me aflige, pero es un tormento que debo de enfrentar solo, no cuento con ellos lamentablemente; sus preocupaciones están colocadas en tener algo sobre la mesa, dentro del refrigerador y en cada una de nuestras barrigas.

Lo anterior tampoco es malo, desde su perspectiva hacen lo posible por mantener a flote un barco; un barco que de haberse construido distinto desde sus inicios, tendría hoy la fuerza suficiente para mantenerse solo y aguantar tantos viajes como le fueran requeridos. Ni hablar, entré a jugar con un nivel de dificultad mayor a otros, lo reconozco y acepto; ahora yo soy el que quiere tener la capacidad de trabajar por restaurar el medio de transporte, y quiero que sea un avión, un auto, un yate, un tren bala, una transbordador, o lo que sea que se necesite para continuar creciendo.

Obviamente tengo miedo, estoy aterrado ante la inminente posibilidad de verme rodeado de enfermos, en un lugar donde no conozco a casi nadie, donde no puedo correr a esconderme a un sitio seguro y reconfortantes; pero es el único camino que veo factible para recuperar mi salud. Porque al final, todo lo que que quiero hacer y no consigo, las situaciones a las que hice alusión al inicio de esta entrada, toda esa frustración acumulada y la constante sensación de mediocridad e ineptitud, no son más que los síntomas de la enfermedad hablando.


Viernes primero de noviembre de dos mil diecinueve; añoraba la ausencia de mi familia, tenía un par de deudas importantes y mis costes de vida eran, por decirlo cálidamente, elevados. Despilfarrando gracias a la holgura que un "buen" sueldo representa, observaba el entorno sin darme cuenta que estaba a punto de comenzar con un experimento que podría cambiarme la vida.

Le llamé por teléfono a ese amigo al que le debía mil quinientos pesos. Oye, amigo, quisiera iniciar un proyecto; llevo algunas semanas analizando números masivamente y he desarrollado durante mis noches de insomnio un algoritmo que me permite prever escenarios óptimos de inversión con crecimiento acelerado; el riesgo está en ambos, quisiera iniciar probando durante todo el año próximo su funcionalidad, creo sinceramente ser capaz de conseguirnos beneficios muy superiores a los instrumentos más comunes de inversión, en específico he comparado mi estrategia con CETES y tengo que decir que los datos son favorables.

Todo en esta vida es un experimento; tardé bastante en verlo de esa manera. La comodidad de percibir un sueldo recurrente con cierto nivel de estabilidad produce una falsa percepción de seguridad; cosa que poco más de dos meses después descubrí; cuando recibí la llamada de mi compañera de recursos humanos diciéndome: "Hoy es tu último día en la empresa". Mi sustento se desmoronaba. ¿Y ahora qué voy a hacer?

Lo peor, lo pero es que me sentía en un alto nivel de incompetencia, y no por mi desconocimiento, más allá de eso, la falta de práctica me empezaba a jugar malas pasadas; establecía conversaciones con personas de otras empresas si éxito alguno, me llamaban en torno a vacantes publicadas y me tocaba interactuar pésima recepción telefónica, fallo tras fallo. Sin trabajo, sin dinero, sin capacidad de encontrar otra cosa; tenía que hacer algo por mi cuenta. Llorar las consecuencias de mi despido no podía frenar mi existencia.

Alternativamente el proyecto independiente seguía creciendo, mi poco dinero invertido había empezado a dar frutos; al momento, todo lo hago para consolidar un producto, así que no, no hay comisiones ni se capitaliza el mercado captado por ahora (sigue sin ser negocio).

Una semana después de despedirme y dejarme con el corazón roto me marca mi exjefe; construí la infraestructura interna de un CRM y un ERP para la empresa; necesitaban agregar elementos, necesitaban modificar actividades y cronogramas; y es que, a pesar de que les hice llegar un instructivo, prefirió que de manera independiente que le diera mantenimiento a dicha infraestructura, en teoría me estaban recontratando a manera de freelance para mantener el producto que les desarrollé por una fracción de mi sueldo anterior. ¿Qué más da? Necesito comer, y vivir; además amo mucho el proyecto que levanté con ellos. Claro que acepto.

Días más adelante el asunto de la pandemia se vuelve real y se extiende hasta cada rincón de la Tierra, llevándose mis siguientes postulaciones entre las patas. Nadie me llama, nadie me busca, nadie me ofrece empleo. Con lo que gano no es suficiente para vivir, a penas me da para pagar uno que otro pendiente. Como por jugada prefabricada por parte del destino, la enfermedad toca a mi puerta, mi lamentación crece, tengo que buscar asilo donde un desmayo, una crisis o un agravio puedan estar a la vista de alguien más; me enfilo a casa de mis padres.

El asunto de la pandemia se vuelve serio, crece tanto que se vuelve una necesidad primordial el mantenerse encerrados. No es broma. ¿Y cómo voy a encontrar ocupaciones si no hay nada abierto? Es más, ¿a quién le puedo ofrecer mis servicios como desarrollador de software o ingeniero en sistemas si las empresas están literalmente cerrando sus puertas por periodos indeterminados. El dolor de cabeza se volvió una constante; como así fue también el crecimiento de los beneficios alcanzados con el proyecto independiente.

A casi la mitad del año transcurrido, con algunas áreas reactivando lentamente, sigo buscando una oportunidad laboral; desde mi último despido no estoy buscando una cantidad de dinero o proyecto en específico, me he vuelto alguien mucho más austero en mi diario andar, valoro en demasía la calidad de vida que comparto con mis padres y hermana, extraño sin duda las grandes urbes colectivas, la libertad de visitar los cines y centros comerciales, el clima menos caluroso, las transeúntes atractivas.

Al mismo tiempo he tenido que invertir en crecer el desarrollo y la investigación que rodea al servicio independiente en el que vengo trabajado, además de haberlo registrado (que como dije en la entrada anterior, por no haber citas en el SAT, todavía no puedo capitalizar); mi esperanza en ver crecer ese proyecto y hacer más por los demás está más clara cada día. Si me preguntan de qué va futuro negocio, me dedico a manejar portafolios de inversión garantizándoles un crecimiento superior a cualquier instrumento convencional a mis clientes; utilizando medidas básicas como la diversificación, el análisis masivo de datos, la generación de rendimientos "a pesar" de las hostilidades que presente entorno, entre otras cosas.

¿Y funcionará? Pues al día de hoy, a siete meses de iniciado, nunca he quedado mal a mi palabra y les he otorgado siempre rendimientos superiores al porcentaje compuesto que garanticé semana a semana a mis asociados. Alcanzando una sorprendente proporción de retorno de aproximadamente el cincuenta porciento en el tiempo que llevamos gestionando, espero podamos seguir en este viaje juntos, espero logremos grandes cosas; y espero que llegue a ser un excelente negocio sano, funcional y autosustentable.

Ah, sí, yo sigo buscando empleo: Tengo 33, soy ingeniero en sistemas con enfoque al desarrollo web (aunque también he hecho administración de sistemas y bases de datos, soporte L3, integración y soporte), he manejado diversos lenguajes de programación y lo mejor es que no tengo miedo a moverle a otras cosas, sé trabajar en entornos con núcleo Unix; todo el tiempo estoy estudiando algún curso (actualmente selenium, postgresql y python), he trabajado para empresas grandes como Intel y Tata, aunque tampoco me intimidan las start-ups, finalmente no busco un gran sueldo: Págame lo que quieras pero dame trabajo y no me obligues a asistir a una oficina. En mi situación actual lo hago, no por abandonar mi proyecto; sino para nutrirlo y darle el impulso inicial que se merece.


La buena noticia es que oficialmente somos una empresa... La mala, que seguimos sin constituirnos por completo gracias a la espera obligatoria del alta ante Hacienda. Y es que, llevo cerca de tres semanas revisando diariamente una y otra vez la página de citas de la institución para agendar en caso de disponibilidad sin éxito.

Eso me aflige un poco, debido a que en estos momentos ya debería de estar proyectando un crecimiento interesante en los resultados del servicio. Mi propósito actual, es ponerme a cuentas con el sistema y sacarlo a flote. Mientras tanto, también tendré que rechazar mi continuidad en el proyecto que mi mejor amigo quiere lanzar, no es por mala onda, simplemente creo que en las dos previas semanas a comenzar a poner algo en función, he notado su personalidad centralista y poco flexible ante la mía que es más adaptable y con apertura.

En fin, mi cabeza por ahora tiene que centrarse en determinaciones importantes; en primer lugar, seguir incrementando el portafolio a manejar y con ello, dándole mayores beneficios a los que colocan su dinero en manos de mi proyecto; en segundo lugar, analizar las metas a corto plazo con el mismo e ir planeando los métodos para alcanzar cada una de ellas.

En suma, tengo entre manos un producto financiero interesante; reiterando que en mi mente al inicio estaba apoyar a los que se encuentran en la necesidad que durante varias ocasiones he visitado y sé cómo se siente. Hoy me animé a dar un paso más en favor del desarrollo de la investigación alrededor de mi producto. Dentro de un años veremos si ha sido la mejor decisión o he cometido una imprudencia.

Y así, aunando todas las actividades que he realizado en favor del crecimiento del servicio que pretendemos ofrecer, me cuesta trabajo encontrar tiempo para dedicarle a algo ajeno; que por magnífico que pueda sonar en la plática, representa una responsabilidad de inversión temporal importante.

Lo peor de todo es que no podemos "abrir la llave" hasta tener todo establecido. Sé que elegí el peor momento para dar de alta un producto, pero también quiero que quede registro de que lo hago principalmente porque me he quedado sin empleo justo frente a la pandemia, por lo que no tengo nada más que perder al intentar esta movida.

Agradezco a quienquiera que venga y dedique unos minutos a dar una leída por acá. Estaré dando actualizaciones conforme podamos avanzar, por ahora, ni el nombre ni el producto quiero que se mencione; reconociendo que será mejor hacerlo cuando empecemos a laboral oficialmente.

Los números están en todo, solo falta analizarlos y diversificarse para conseguir crecer. Es a lo que me dedico ahora, a ayudar a otros en eso. Garantizándoles beneficios interesantes y continuos. Venciendo los obstáculos que supone el mido.


Tengo que empezar mi día de mañana analizando datos, y está bien, pero no quería quedarme dormido antes de dejar un mensaje por acá. ¿Qué tan lejos están los días en los que la responsabilidad de ser bueno con los números era únicamente un interés personal? El proyecto está a nada de convertirse en empresa, y quiero contarles algunas peculiaridades del proceso:

1. El nombre actual del algoritmo (que yo tenía pensado conservar y registrar a partir de ahí la empresa) es una marca registrada perteneciente a un banco nacional que descubrí al intentar iniciar el proceso de registro, así que la primer movida fue elegir un nombre nuevo que hasta el momento no he hecho público, esperando a tenerlo registrado primeramente.

2. El registro ante la Secretaría de Economía fue rapidísimo, únicamente utilicé un par de documentos y datos que ya previamente conocía; tardé cuestión de minutos. Al final del mismo te piden elegir un notario, ahí empezó el martirio.

3. Han pasado dos semanas completas desde que tuve la asignación con el notario; entre que el día de la cita no estaba la persona encargada de dar seguimiento, que el Covid mandó a la mitad de la plantilla a casa y la lenta respuesta a los correos y mensajes por parte de la gente del lugar, bueno, esto se postergó.

4. La persona encargada de mi caso y yo tenemos un hilo de correos electrónicos que da risa, unos veinte entre que envío uno con los documentos mencionados, me lo regresan y solicitan cambio de formatos, lo envío de nuevo, me piden que cambie alguno, lo envío una vez más, me piden cambios en otros conceptos. Total, veinte iteraciones completamente innecesarias, si tan solo alguien hubiera revisado el primer correo en su totalidad; me imagino un escenario de "break" a medio camino antes de revisar el código completo. Absurdo. Actualmente ya redactaron el acta, pero la devolví una vez más porque cometieron errores en los datos de mi domicilio, CURP y RFC (en serio, ellos tienen los papeles legales donde se indican y se "equivocaron"). Estoy a la expectativa sana de que la próxima semana se resuelva.

5. El siguiente paso es acudir al SAT, como se han dado cuenta al momento, no soy muy fan de realizar trámites burocráticos; pero el crecimiento del producto me obliga a realizar todas las acciones legales pertinentes para incrementar mi abanico de posibilidades. Además, la última vez que asistí al SAT la respuesta fue eficiente por parte de ellos. Punto positivo. No puedo ir sacando cita porque espero a tener firmada el acta constitutiva para hacerlo.

6. Después hay que acudir al IMSS, ya me advirtieron que no será sencillo así que me prepararé mentalmente a perder por lo menos medio día en realizar el procedimiento. Para al final asistir al Banco y abrir una cuenta empresarial (que es la razón principal de todo este movimiento), quiero que ese flujo esté completamente alejado de mis recursos personales, además del plan de capitalizar el negocio y así poder tener un pequeño sueldo (ya que vivo de freelanceo hasta ahora y uno que otro ahorro que tenía por ahí acumulado).

7. Me entusiasma ver crecer este proyecto como no tienen una idea; veo demasiado potencial ahí. Hay un par de detalles mínimos que me aterran, como los riesgos que son inferiores al .00003% (para los que sepan de números, eso es verdaderamente poco) y mi plan es reducirlos más; pero tengo un punto de partida por ahora, incrementar exponencialmente el scratching de decenas de miles de escenarios analizados a consciencia, a millones. Para lo anterior necesito invertir en desarrollo y capital humano, por lo que no será tan sencillo al inicio. Ya les contaré qué pasa y cómo me va.

Y eso es todo. Sigo sin ser contratado por una empresa godín todavía y eso que he colocado mi barra de búsqueda laboral bastante bajo, percibiendo aproximadamente con el 20% de mi sueldo anterior me sentiría cómodo (al principio creí que era por lo decepcionado que estaba de mí mismo por haber sido despedido de mi último empleo, pero después uní líneas de eventos y me di cuenta que todo puede servir para construir algo mejor; así que basta de lloriqueos). Si alguna empresa me contrata, también les avisaré; aunque a partir de ahora mi mayor enfoque de crecimiento económico no estará puesto en salarios, sino en los resultados de mi propio experimento->algoritmo->proyecto->empresa.

Un abrazo. Los leo luego.


Hola qué hay. Hace tiempo no me detengo un rato por acá a escribir algo; ha sido una temporada compleja, repleta de idas y vueltas, pero estoy alegre. El proyecto de análisis masivo de datos está muy cerca de evolucionar, y mis cálculos de resultados cada vez son más eficientes.

En la vida sigo desempleado, este rollo del covid me tiene encerrado en casa de mis padres paciente a que algo bueno llegue a mi vida. Los últimos días no he dormido nada en el transcurso de la noche y lo he pasado por completo analizando números. ¿La buena noticia? Parece que todo funciona mejor de lo que esperaba.

Cada vez son más los escenarios en los que consigo beneficios, el siguiente paso es consolidar la empresa; tengo que contarles eso, por cierto, el experimento está a un paso de convertirse en empresa, hubo que modificarle el nombre debido a que el que había seleccionado al principio ya estaba registrado como marca por parte de un banco conocido.

Ahora, la siguiente fase será administrar los recursos correctamente; porque un proyecto de un par de millones de pesos se dice fácil pero requiere de un buen de inteligencia y prudencia para evitar caer en los lugares comunes que llevan al fracaso.

Por cierto, he leído menos de lo que quisiera durante estas vacaciones obligatorias; pero está bien, digo, he aprovechado el tiempo para avanzar en las decenas y decenas de cursos que tengo en Udemy y no he terminado. También he de mencionar que el siguiente punto de chequeo es adquirir un par de equipos de cómputo para mi proyecto, mi lap tiene una capacidad de almacenamiento pequeña y no soporta las aplicaciones e IDEs que pretendo tener instaladas con fines de aprendizaje.

Por ahora todo son especulaciones, espero publicar el día que empecemos a existir como sociedad anónima de capital variable y darme un momento para promocionar el sistema una vez que sea público. Sin más por el momento, me despido, avisándoles que son las nueve y media y a penas iré a intentar dormir un rato. Saludos.


Crecer en un proyecto no es sencillo, depende en gran medida de no rendirse nunca; quisiera poder decir que de la noche a la mañana vamos a ser capaces de encontrar el proyecto, de producir el artículo o de explotar la capacidad que nos sacará de pobres y de la cual nos podremos colgar de ahí hasta el último de nuestros días siendo felices y teniendo libertad financiera; pero no es así, la sociedad moderna está constituida a partir de símbolos de consumo, la oferta, la demanda, la producción, la productividad y los sueldos son las reglas que nos rigen desde el primer momento en el que entramos en contacto con la "necesidad".

La única solución plausible para los que venimos desde abajo, es no rajar y continuar picando piedras con la viva esperanza de que al menos, aquellos que desciendan de nosotros no padezcan las mismas carencias por las que hemos andado. No es queja, que quede claro; solo introspección y análisis del continuo desarrollo que he experimentado desde el momento en el que opté por colocar énfasis en invertir en la figura socialmente funcional más próxima que estuviera a mi alcance.

Actualmente me encuentro esperanzado en recuperar camino que se ha fragmentado desde que caí en el desempleo; debo reconocer que lo que he hecho ha sido trabajar de forma independiente en modelar un medio que ponga a mi alcance recursos, cual si fuera un sueldo, proveniente de fuentes independientes: Labores freelance principalmente. Hasta ahora llevo una promoción de voz a voz únicamente sobre mis actividades y servicios, aquellos que considero amigos, son los aptos a recibir los beneficios de tenerme trabajando para ellos, porque me gusta ser agradecido con quienes me han dado la mano desde el inicio de mi maniobra de desempleo.

Curiosamente, mi mayor conflicto actualmente es la carencia de un lugar cómodo para ponerme a producir; incomodidad aunada obviamente al hecho de que Colima goza de un clima cálido constante y eso sumado a mis desvelos por ausencia de "algo" se vuelve un pequeño conflicto interno, que he de mencionar, cada vez es menor.

Pero de eso se trata la vida, de despertar cada día esperanzado encajar en el entorno, de dormirse un poco más tarde de vez en cuando por darle vueltas a ciertos proyectos en la cabeza, de organizar números, programar líneas de código, resolver un problema, meditar una preocupación, llorar una aflicción, sonreír ante un recuerdo, salvar una materia, escribir un cuento, contar un chiste, planear un viaje, recordar en oración a un hermano.

Cada día se camina un paso a la vez por una carretera que nunca vamos a dejar de avanzar, hasta ese momento y en ese lugar, es que seremos capaces de ver durante un instante al pasado y podremos advertir lo mucho que hemos andado. Cualquier cosa que hagamos, por pequeña e insignificante para los demás que parezca, involucra pasión, y debemos amarla.


Es medio desatada la idea que a media noche empecé a procesar en mi cabeza; a final de cuentas, se me hicieron las cinco y no pude dormir, más al rato seguramente lo consiga. El proyecto me resultó tan interesante que robó por completo mi sueño, pero llevarlo a cabo será posible hasta dentro de algunos meses y necesitaré el apoyo completo de mi hermana.

¿Qué está pasando en mi cabeza ahora mismo? De verdad, decenas de cosas. Es hermoso que llegue la motivación a la hora que guste, siempre y cuando como consecuencia, uno pueda seguir trabajando en beneficiar a otros y a uno mismo.

Estoy agradecido con las cosas que me ha tocado experimentar en la vida, estoy feliz de aquello que he alcanzado y me siento confiado a pesar de todo cuanto no he logrado. Quisiera confesar que mi decisión está tomada, pero obviamente sería mentir y adelantarme demasiado, requiero primero de la opinión externa que la luz del día me ayude a determinar y la de las personas involucradas. Pero estoy que reviento de gusto.

Mi plan de vida siempre ha sido dejar un poquito de mí a otros, así como he adquirido de bastantes personalidades durante mi existencia; ya saben, la dicha de dar antes que recibir. Y por ese camino es que estoy constituyendo mi nuevo plan; que de novedoso podrá no tener la gran cosa, pero de satisfactorio para quien redacta por supuesto que sí.

Vivimos en un mundo que está repleto de mentiras, donde todo busca cautivar con engaños. Estamos en medio de una guerra constante de rechazo y crítica mutua, en la que aquellos que optamos por la sana paz, aunque seguramente somos mayoría, tenemos una voz menos escuchada. Y está bien, desde ahí se puede asimilar la libertad de opinión basada en el criterio de cada uno.

Parezco estar divagando entre pensamientos... Esperemos que no sea así.


Ya saben, eso de creer en el éxito a cambio de nada no es lo mío; una de las cosas que he aprendido a lo largo de la vida es a invertir, a invertir continua y constantemente, amando brindar con generosidad cada que la oportunidad se presente, y es que, ¿qué belleza se puede encontrar en la vida cuando uno se dedica exclusivamente a uno mismo haciendo a un lado a todos los demás?

Creo que la existencia más allá de tratarse de seguir el camino de la verdad y el éxito, se encuentra en la hermosura de compartir; pues a quien sea a lo largo de la historia en el que uno coloque los ojos encima, nos deja esa lección clara. Desde los románticos hasta los atormentados, todos asocian su existencia al amor o la carencia del mismo.

Hoy vi un mensaje de "en linea" y no, no me desboqué en colocar un texto diciendo a ese alguien que el mucho daño que me hubo causado ha sido perdonado; pues tengo que ser honesto al confesar que ya no me genera ni un poco de dolor su memoria, por el contrario, fue una minúscula dosis de satisfacción verla ahí y notar alegremente que siga con bien. Está bien, está bien, probablemente estoy exagerando en mi cabecita el cuento, ¿y si el número simplemente pasó a pertenecer a alguien más? De verdad, no importa, qué dicha el solo saber que se conectó alguien con su número.

Tras cambiar mi foto de las redes sociales, actualicé también la frase que la acompaña: "Las cosas se ordenan tarde o temprano." Imaginen mi situación durante un minuto, fui despedido de un excelente puesto que estaba acompañado de un grandioso sueldo al inicio de año, después, durante el pleno de mi búsqueda laboral caí enfermo un par de ocasiones, lo que provocó que redujera la constancia de mi esfuerzo por encontrar empleo, a partir de ahí forzado por la cuarentena he tenido que pasar el tiempo encerrado en un lugar donde el calor me hace complicado estudiar, e incluso leer para prepararme esperanzado en futuras entrevistas y meterme durante horas a navegar localizando opciones.

Con eso en mente, jamás pensé sentirme tan bien como me siento ahora; financieramente no dependo de una nómina, sin embargo el recurso no deja de fluir; los beneficios por actividades independientes que me llegan son bien recibidos y claro que los agradezco, pero no me siento limitado a probar las mieles del emprendedurismo, de hecho, estoy sumergiéndome en la exploración, análisis y ejecución de mi algoritmo de manera más constante, de modo que cada vez es más valioso, lo digo con satisfacción. Con lo anterior no quiero decir que pretendo "dejar de trabajar", para nada, simplemente el ser empleado se ha convertido en un objetivo secundario a alcanzar de forma complementaria a lo que ya me brindan mis proyectos actuales y estoy completamente abierto a empezar de cero en un lugar que me apasione sin importar que el monto de la paga suponga austeridad, antes que venderme caro y ser alguien que no quiero.

No mentiré, no quiero volver a alejarme de mi familia durante meses; los amo demasiado, le otorgan una energía importantísima y optimismo potencial a mi existencia. Estoy abierto a conseguir puestos en Guadalajara porque me fascina el entorno laboral y el clima que hay por allá, de ahí en fuera, viajar más lejos resultaría para mí más agotador que benéfico; pues como cuando me fui a CDMX, me sentiría desolado, frustrado, deprimido, ansioso y vacío al no tener alguien que todo el tiempo me animara a no desistir. Ellos son el núcleo de mi formación, son lo más valioso que tengo, y siempre quiero estar disponible para compartir tiempo a su lado.


Me siento en medio de una competencia absurda, me queda claro que es cuestión de egos y que el mío propio no deja de pensar que escribo mejor que la chica a mi lado. Lo sé, lo reconozco, es algo interno que limita la interacción humana, pues desde mi irónica percepción de todo, si tuviera la fuerza de redactar de amor ya lo habría hecho.

Cabe mencionar que la tensión se encuentra presente; es probablemente unos diez años menor a mí, pero eso no le quita un ápice de atractivo a mi parecer. Quisiera ser valiente, acercarme, hablarle desde la parte más genuina de mi corazón e invitarla a salir. Quizá hoy sea la última vez que la vea en mi vida, ojalá fuese el valiente héroe del que siempre escribo; pero no, soy un cobarde más tratando de existir.

Verla obsesionada colocando letras en papel me mueve intensamente el interior; me invita a pensar que tal vez sea de las mías y lo más hermoso debería ser no alejarla nunca de mí. Sueños nacidos en corazones dolidos, muerte inminente a los mismos es la realidad.

Trabajaba intentando descubrir quién soy, entre mis tácticas, conseguí nada. El miedo siempre hace presencia en donde se encuentran los nerds. Y si mi vida no fuese tan miserable, seguro me habría servido de hablarle con autenticidad... No ocurre, decepcionado estoy en gran medida de que esos temores se hagan presentes cada que deseo mostrarme como soy a alguien, porque en lo más profundo de mi alma, estoy consciente de que podría ser más atractivo.

¿Qué más da? Estoy a punto de salir de viaje de regreso a la ciudad de mis amores; el año y medio que viví fuera solo obtuve decepciones y una vida sin éxitos presumibles; ni hablar, parte de aprender.

En definitiva dejo atrás un periodo de mi existencia lleno de debilidades y penurias; quisiera entregarme a los brazos de la pasión literaria con todo mi ser, pero también comprendo que hay daños dentro de mí que necesitan ser sanados primeramente.

Lujos sobran para los que tienen dinero; escribir “al vuelo” podría ser un don que no cualquiera posee. Es fácil, cuando quieres decir un millón de cosas y has pasado la vida entera cerrándote a la vida, dañando lo único de lo que eres medianamente dueño, tu propia persona.

Estaré aquí escribiendo hasta que se llegue el momento de irme. Si acaso Dios me diera razones de fuerza para continuar; pero todo aparenta ser un juego de estrategia, cuando creo que estoy avanzando para conseguir el éxito, llega y mata mis ilusiones de tajo. Y está bien, hasta de eso he aprendido una y mil veces.

Mi vuelo llega en los próximos minutos. Es tiempo de analizar hacia qué puerta he de aproximarme. El horror, la indiferencia y el descaro; quisiera tener los suficientes para sincerarme, y no sucede. Tan solo estoy aquí tratando de demostrar al mundo que existo, pero me mantengo igual, tan gris como siempre.

Sus ojos y manos además del color de su piel me invitan como persona; causan presión en mi interior recordándome que en definitiva no soy tan patético... ¡Escribe imbécil! ¡Escribe! Me dice mi yo interior, el hasta hoy conocido como mi peor adversario.

Y hará frío.
Después calor.
Renegaré del tiempo como reniego del dolor.

Desde la íntima presencia de un romántico empedernido, se muestra un hombre que es capaz de todo por amor. Ridículo, posiblemente, meloso y teto, desde la percepción de algunos, o bastantes... Números más, números menos. Lo cierto es que he vuelto a escribir algo aleatoriamente y me he gozado haciéndolo.


Amo a mi familia y estoy agradecido de mis orígenes, por lo que escribo esto con todo respeto.
Mi gran problema con Colima, no es la gente, ni que no haya más allá de un par de plazas por visitar, uno que otro parque y dos o tres eventos interesantes a celebrarse año con año; mi problema principal radica en el clima; no puedo con el clima, no tolero la temperatura y sobretodo la humedad.

Una de las cosas que más me gustó y por la que me adapté rápido a Guadalajara y CDMX fue que sin importar que afuera estuviera haciendo considerable calor, al colocarme en la sobra o en la comodidad de una habitación, la frescura del lugar se apoderaba de mi cuerpo, cosas que jamás ocurre en casa de mis padres.

En primer lugar el cuerpo se siente pegajoso, sea de día o de noche; sudor en la espalda y pecho, en el cuello, en la parte interna de codos y rodillas, entre los dedos. Enciendo el ventilador a todo durante la noche y ni así se aleja la sensación de mí, haciéndome imposible quedarme dormido. Estar recargado en una almohada es agobiante, y si se me ocurre taparme, el sudor produce que la sábana se impregne a mi cuerpo.

Agotado elimino todos los recursos, y me quedo destapado con el aire del ventilador dándome de lleno, algunos sabrán qué sucede más adelante, mucho antes de la hora de despertar, en la mitad de la noche, un terrible dolor de espalda aflige mi existencia... Dios, quiero irme, no porque yo así lo quiera sino porque mi cuerpo no lo soporta. Necesito dormir. Necesito sentirme fresco. Necesito recuperar fuerzas.

Estando en ciudades con menor humedad la textura de mi cuerpo es suave, se siente limpia durante más tiempo; aquí, pasan dos minutos o a veces ni eso cuando ya empiezan a recorrer mi cuerpo las gotas de sudor, no conocen la piedad.

Eso me produce ansiedad, la ansiedad me genera insomnio, el insomnio dolores de cabeza y malestar, el malestar una constante sensación de insatisfacción y cansancio; resultándome en más ansiedad, y el círculo vicioso sigue.

Sí, es cierto que nací aquí; pero llevo ya más de cinco años viviendo fuera y adaptándome a otros entornos; las temperaturas calurosas durante mis visitas hasta ahora han sido algo de lo más difícil que me ha tocado manejar, y ellas traen consigo un montón de incomodidades a mi vida. Espero que mis papás entiendan que en ningún momento deseo alejarlos de mi vida, pero no me siento nada competente o cómodo para vivir feliz mientras esté sufriendo de continuas noches calurosas.


Sucede de nueva cuenta; la incomodidad, el temor, la tristeza ante el noctámbulo acechante. "Necesitas relajarte", me repite el pensamiento sin éxito alguno. "Las cosas se ordenan tarde o temprano", acusa mi interior.

Es desgastante no poder tomarte de nada seguro al tiempo que la presión social te hunde...

Porque sí, aunque no lo parezca, cada noche en vela es un recuerdo más de aquello que alguien dijo, de la desconfianza puesta en uno, del desprecio y la discriminación vividos, y todas esas ocasiones en las que nos sentimos insuficientes.

No es únicamente cuestión de aislamiento. ¿Y cómo puede contener la paranoia y el horror quien duerme pero no descansa? "Por favor, relájate", dice en un hilo el ente que me observa. "Deja de creer que todo es tu culpa", susurra la señora oscuridad con cautela.

El único "clima", por llamarlo de una manera, que me causa afección es la ausencia de tranquilidad; el creativo se muere, el intelectual enmudece, el genio se esconde, el temor emerge y el cuerpo conduce como un instrumento magnético al ser entero a su perdición aparente; pues para colmo de males, si no es capaz de asimilar armonía suficiente tanto en aquello que ingresa como lo que emana de su sistema, el boicot ocurre.

Pasos más, pastillas y consejos menos, sonidos resonando dentro de la cabeza sobran, es el clásico ejemplo de que lo que más asusta, es lo que hay en uno. Y por favor que se comprenda, que de leídas, peticiones, entendimientos, pociones y demás placebos está harto, ¿a poco creen que no lo sabe?

Está plenamente consciente de su necesidad inminente, al tiempo que dieciséis niños, cuarenta porciones, ochenta requisiciones y ciento veinte errores metálicos circulares redactan su currículum.


Y daba vueltas en mi cabeza, tratando de cambiar la percepción de cierta información obtenida en el pasado, sin éxito alguno, el daño se había hecho, las causas y consecuencias del mismo y su evolución en mi interior solo confirmaban mi teoría, estaba harto.

Me fastidiaba la idea de que cada que una oportunidad positiva llegaba a mi mente, montones de dudas se dejaban caer sin piedad, me destrozaban lentamente. Solo podía levantarme y salir huyendo, lo he explicado mil veces y parece seguir en la duda de todos, soy un apasionado, pero uno de verdad, de esos que en su ilusión se desviven por ver felices a los demás.

Miseria aparte, estaba triste, había pasado una hora, la espera me tenía agotado y la frustración crecía, necesitaba escapar de mi realidad. Bebí un trago de agua suficiente para refrescar mis pensamientos, pero la ansiedad se hacía paso constante a cada minuto que sucedía. Me aproximé al baño, me salpiqué el rostro de líquido vital, lavé mis dientes y jalé mi cabello, al tiempo que la sensación de malestar subía por mi espalda, era la hora.

Ingresé lo más rápido que pude a la habitación, tomé llaves y me coloqué una camiseta, el monstruo asomaba sus garras por la puerta; anduve escaleras abajo y me seguí de frente, ignoré el hecho de haber dejado mi celular sobre la cama, estiré mis piernas lo más que pude realizando pasos agigantados, únicamente quería alejarme.

Gente de ida y vuelta, la percepción falla, hube tomado los lentes como último recurso y a penas los coloqué cuando terminé de avanzar tres bloques. No realicé el mínimo intento de voltear a ver qué sucedía a mi espalda, sentía el temor en mí. Después de todo, ya lo había dejado hacer mella con anterioridad un par de veces, conocía perfectamente las consecuencias de permanecer encerrado junto y cómo eso incitaría a presentarse a la bestia en mí, lo que menos deseaba era darle la oportunidad de nuevo de destruir mi visión actual de las cosas, de llevarme a la fuerza al desplome, al abandono y hundirme en la miseria de la soledad.

Estuve sentado en una banca poco más de veinte minutos, observando que ciertamente había pasado otra hora ya. Sin rastro alguno de esperanza me aproximé a la puerta de un establecimiento, solicité un helado y me dispuse a degustarlo en lo que sucumbía el mal ante la hermosura del tiempo.

Relajado y media hora más tarde, me encontraba aclarando emociones, frente a un espejo con manchas, aceptando sincero que realmente no soy un gran partido y en este punto de mi vida no tengo nada que ofrecer. Pero me he mantenido en pie, a pesar de las adversidades que se presentan día con día, los monstruos acechantes junto a la ventana y la bestia dormida en mi interior deseando ser liberada una vez más.


Considerar que son mis vacaciones personales estas dos semanas en casa de mis padres, estando con ellos y pasando tiempo excelente con la familia ha sido una muy buena decisión, y estoy feliz por eso.

El fin, después de 12 años de publicar entradas en este sitio, he llegado al millar de publicaciones; cada una de ellas más personal que la anterior, desde mi corazón hasta lo más superficial de mis gustos ha quedado aquí descrito, y me agrada lo que se ha logrado, un montón de textos con trocitos de mí para formar una ensalada de peculiaridades, defectos, pero también dichas y momentos brillantes.

Durante este periodo de tiempo he trabajado en fortalecer mi algoritmo y su alcance, proyectando y proponiendo de modo que siga funcionando en su versión gamma y de cara a su forma beta para el próximo año. La media de crecimiento ha sido maravillosa, teniendo en cuenta que a penas son un puñado de amistades los asociados y que se quintuplicó el monto establecido en el mes que lleva el año.

No he de mentir, ha quedado de lado el asunto de la dieta posterior a mi despido; una de las desventajas de estar en Colima. Tampoco es que me sienta sin consuelo, pues consciente estoy de que una de las grandes motivaciones de volver al ruedo de lo "godín-laboral" es precisamente esforzarme por mejorar mi calidad de vida (hablo tanto de la intelectual como de la física).

También tenemos la tarea de colocar unas repisas en estos días, para incrementar el espacio ocupado por mi librero distribuyendo los libros más y mejor en los espacios.

Finalmente tengo que confesar que estoy agradecido a la vez que sorprendido por alcanzar el número de textos mencionados, sinceramente comprendo lo difícil que es mantenerse a pesar de no poseer comentarios o visitantes recurrentes, puesto que mi intención va mucho más allá de producir una influencia temporal en un puñado de personas, esperando sinceramente que sea posible dar a conocer con claridad material que podría enriquecer la percepción de lo que soy, y en primer lugar, para que mañana al releer pueda decir alegre: Se superó tal o cual obstáculo.

Mi compromiso ahora es incrementar las letras a mi vida,
deseando encontrar cada vez más vida en mis letras.


1000

Por
Considerar que son mis vacaciones personales estas dos semanas en casa de mis padres, estando con ellos y pasando tiempo excelente con la fa...
Ha pasado de todo en lo que fue el mes pasado. En primer lugar me quedé sin empleo abruptamente, en términos generales la reforma fiscal afectó la situación de la empresa en la que solía trabajar y algunas cabezas rodaron, entre ellas la mía.

Después de quedarme sin trabajo comenzó la travesía de regresar mis pertenencias a Colima y algunas a Guadalajara (mi probable siguiente terreno laboral). Estuve por una semana más en CDMX recapacitando acerca de mi situación y siendo honesto, sufriéndola más de lo que creí.

Es la primera vez que me quedo en la calle en una ciudad donde no puedo huir tan fácilmente con un familiar o amigo cercano; demasiadas cosas cruzaron mi cabeza. Aunque también es la primera vez que ocurre cuando ya estaba trabajando en un proyecto personal alterno.

Seré sincero, mientras más observaba la situación, más me atemorizaba el haber perdido mi tiempo durante todo ese periodo; porque en resumen, mi cuerpo estaba en sus peores condiciones, no tenía a nadie para compartir mi tiempo y no había amigos o parientes que apoyaran en mis distracciones. Estaba atorado en un bache del que urgía salir.

Un par de semanas más tarde me encuentro nuevamente en Colima, en casa de mis padres; como buena noticia, mi algoritmo sigue funcionando correctamente y sin errores. Por consejo de ellos estaré por acá hasta la próxima semana, lo que es bueno, porque puedo aprovechar a resolver pequeños pendientes que tengo.

Desde el punto de vista laboral, todavía no empiezo a buscar trabajo o mandar mi información a empresas; estoy esperando a estar de nuevo en Guadalajara para comenzar a hacerlo. Sé que mi motivación estará a tope cuando ande por allá.

Sin lugar a dudas ha sido un periodo de tiempo de autoanálisis fundamental para mi crecimiento personal, estoy empeñado en mejorar mis cualidades de ingeniero pero no me encuentro obsesionado con encontrar "un gran trabajo"; de momento, hablando con el corazón en la mano, mis proyectos personales y los amigos me sirven de gran ayuda para no quedarme en la calle. Es de lo que estaré agarrado si quiero progresar y salir de este rato oscuro.

Me faltan algunos detalles, entre ellos la literatura y escritura se han quedado de lado un poco. Pues uno de los pilares de mi vida ha trastabillado; y en lo que se armonizan las cosas, necesito "reiniciar mi ser nuevamente".

En fin, agradezco seguir existiendo y poder demostrarme a mí mismo que no importa la profundidad de un precipicio o el tamaño de la caída, siempre es posible emerger, levantarse y seguir creciendo.


Vas a cambiar para bien, vas a lograr tus metas, y conforme cada una de ellas vaya quedando atrás, te darás cuenta que lo que más valoras no es el obtener objetivos, sino el esfuerzo invertido en el proceso. La semana pasada estuve con mis padres, de vacaciones durante casi una semana.

Amé cada instante que pasé con ellos y mi hermana; mi mente criticaba una serie de cosas, defectos míos principalmente. Conforme transcurría el tiempo, agradecido me sentía de que ellos estuvieran ahí para mí. Cuidándome, recordándome, regalándome su corazón a cada momento.

Estaba tratando de ser un hombre sensato, explicándome mis deberes como si fuese un tercero; recordaba que no había escrito mis antipropósitos para el año actual, ya han transcurrido once días y no había publicado nada, así que aquí van:

1. Voy a dedicar más tiempo a mí a pesar de parecer egoísta y arrogante en el proceso: A leer, a jugar, a escribir, a consentirme, a dormir, a viajar.

2. Voy a preocuparme poco o nada por conseguir enamorar a alguien, por buscar caer bien a los demás o por mostrarme con defectos tal cual soy.

3. Voy a fracasar en mis intentos por aprender cosas nuevas.

4. Voy a tener una opinión más saludable de mí y aceptaré mis imperfecciones con valor.

5. Voy a flojear cada que tenga oportunidad. Y lo disfrutaré.

6. Voy a opinar menos y callar más.

7. Voy a gastar menos en deberes y más en placeres.

8. Voy a quedarme sin bañar si algún día no tengo ganas, y está bien.

9. Voy a comer cosas que me gusten, y procuraré evitar aquellas que honestamente no.

10. Voy a tomarme menos en serio a mí mismo. Me reiré de mí cada que pueda.


Excelentes noticias relacionadas al funcionar de mi Algoritmo, la primera versión del mismo, lleva 9 semanas generando excelentes beneficios. Detuve de tajo la versión de alto riesgo (HRA) debido a que me encontré con un fallo que no había calculado antes; pero eso me llevó a identificar un potencial punto de crecimiento; en este momento trabajo en recopilar información suficiente para la evolución de la primera versión, con una especie de Amalgama entre ambas variantes del mismo.

Todos son números en mi cabeza recientemente, faltan muchísimos datos por analizarse, pero me encuentro en un punto de no retorno; el 2020 será el año Gamma de mi Algoritmo y el plan es aprovecharlo para afianzar la confianza de mis amigos asociados que se integren.

Probablemente después de unos dos o tres meses continuaré trabajando con la versión Amalgama como la principal y única; creo con todo mi corazón que es algo que va a funcionar correctamente. Si todo lo anterior ocurre sin errores, estaríamos hablando de unos cien mil escenarios simulados para fin de ese periodo, lo que daría la fuerza y seguridad suficiente a mi programa para adentrarse al 2021 en una fase Beta con apertura a público limitado.

Todavía no terminan los dos primeros meses de que saqué adelante este proyecto en su versión Gamma, con la incorporación de las primeras aportaciones, identifico un crecimiento interesante, ordenado y constante. Es cierto que la variación de beneficios difiere en comparación de unas semanas con respecto a otras, sin embargo, hasta ahora sigo conservando mi palabra y continuando con el cumplimiento del compromiso mínimo que adquirí al comenzar la fase Gamma, e "Inversátil" sigue adelante.

Veremos qué nos depara el 2020, esperemos que sea un excelente año para mi proyecto y para mí. Próximamente estaré publicando los "antipropósitos". Quiero agradecer a cualquiera que haya invertido un par de minutos en leerme durante lo que va del año; les he tomado un cariño especial a pesar de que rara vez me doy cuenta quién ha pasado por este sitio. Deseo que durante estos días sus vidas se llenen de dicha y energía positiva para empezar el siguiente ciclo con todas las ganas y en la mejor forma. Un abrazo.


Hace rato, me preguntaba por qué me es tan difícil entrar en alguna relación con alguien que me llame la atención; y sí, probablemente la mayoría de gente que me conozca imaginará que es porque soy muy quisquilloso en cuanto a gustos, y lamentablemente no tengo un aspecto para ponerme esa clase de moños. Pero analizaba mi situación más a fondo, quería comprender realmente qué me sucede, porque aunque ese par de razones tienen suficiente peso para frustrarme en soledad toda la vida, lo cierto es que tenía la certeza de que había algo que faltaba identificar y creo que lo he conseguido.

Para empezar, he de mencionar que me gusta generar lazos fuertes con las personas a las que estimo y considero amistades; es por ello que mi círculo cercano podría entenderse como algo muy pequeño; sin embargo esa gente sabe que yo haría por ellos casi cualquier cosa, y estoy convencido de que sucede lo mismo de manera inversa.

Soy un ferviente opositor de la hipocresía y las mentiras, por eso quienes me conocen saben que prefiero guardar silencio cuando algo no me compete en cuanto a opinión, pero no tengo reparo en ser genuinamente honesto cuando solicitan o requieren un consejo, un punto de vista veraz, o una forma dura de observar la realidad.

Por lo anterior una de las cosas que se me complican es interactuar con grupos grandes a la vez. No soy un hombre de fiestas, ceremonias, parrandas, cotorreos multitudinarios, conciertos, eventos masivos, ni demás situaciones en las que aquellos socialmente más capacitados se mueven como pez en el agua.

Todo lo anterior mencionado me lleva a poseer una personalidad muy selectiva; sin embargo aquellos que amo están conscientes de que lo que siento por ellos es real. Curiosamente y en parte debido a lo anterior, soy tremendamente bueno tratando a la gente desde una perspectiva individual, no tengo problemas en conocer, adentrarme, entender e incluso ser parte de la vida de los que van agregándose a mis seres queridos. Me sincero completamente y soy tan transparente que pueden saber desde mi sueño de la noche anterior, hasta cómo es que mis errores del pasado me han instruido a sentirme mejor conmigo mismo. No tengo miedo a expresar lo que siento, en lo que creo, con qué me identifico y hacia dónde quiero andar. Soy como algunos dirían, un libro abierto.

Eso, en entornos donde hay conjunción de puntos de vista obviamente es un arma de doble filo; puesto que habrá quienes de inmediato se identifiquen con mis vivencias y modos, como quienes crean que soy un farsante, petulante, egocéntrico y demás adjetivos calificativos hirientes. Y posiblemente tengan algo de razón, porque están en una perspectiva diferente a la mía y sus percepciones de mí, en parte, tal vez debido a su experiencia, surgen a partir de lo que están escuchando, viendo e interpretando en el momento.

En suma, empatizar con alguna agrupación me es terriblemente complejo. Ahora, regresando a la proposición inicial de mi argumento, cuando uno ingresa en una relación, no lo hace con una persona en solitario, esa persona en cuestión carga consigo hermanos, padres, demás familiares, amigos y un sinfín de gente cada uno con un universo independiente de pensamientos, manías, sentimientos, fobias, principios e instrucciones; a los que sin duda conocer de uno a uno podría ser asombroso y fascinante para mí, pero en conjunto se vuelven un escenario aterrador.

No conozco cómo piensan los demás, pero obviamente intentar aceptar y responsabilizarme cada vez más de la persona que soy es mi mayor tarea. Sé que he fallado en demasía, que no soy ni una fracción de los que objetivos en mi mente, me arrepiento de no tener las capacidades de otros a la hora de interactuar, pero me alegro mucho de finalmente darme cuenta de este hecho. Si alguien lee esto: Sí, me gusta tener amigos; claro, es muy sencillo que me caigas de maravilla y entres entre mis consentidos; y por supuesto, eres bienvenido cuando gustes a este corazón deseoso de afecto y a este par de brazos extendidos a la lealtad. Un abrazo.