A cualquier hora del día pude venir a colocar estas letras aquí, que si reordenar mi cabeza y prioridades, que un triunfo pequeñito al día a largo plazo supone un éxito. Miles de palabras, mera verborrea. Estuve meditando bastante durante la semana pasada en las decisiones que iba a tomar y cómo las llevaría a cabo, el propósito de "irme" jamás ha sido hacer sentir mal a mi familia, era simplemente encontrar un escape a algo que me tenía de una forma u otra cautivo.

Tras un largo y exhaustivo análisis en el que, las cartas en la mesa aseguran que es posible trabajar de manera remota en todo momento y si se diversifica lo suficiente, estar en fase de libertad financiera tal que permita la jubilación a plena mediana edad. Que dicho sea de paso, no es algo que busque para mi persona en absoluto (lo del retiro). El punto es, conseguir gran confort con suficiencia laboral y económica tal que no sea necesario para laborar, desplazarme a ningún edificio de cuatro paredes, con gente que ni me interesa.

¿Sociopatía? Lo dudo. Sino una especie de purga intelectual, porque las personas que nos rodean son legítimamente carentes de sentido común, seguidores de modas y falacias, coco-lavables con una frase que medianamente les repercuta, simplones y por decirlo menos, superfluos, arrogantes y pretenciosos. Buscando la vanagloria y alimentar el ego. Desagradable.

La mejor manera de combatir el vacuo exhibicionismo es distando y analizando, sin emisión de juicio, por mero afecto al prójimo. Porque realmente en su mayoría desconocen la causa de su afligir, pues se ven a sí mismos cual estandarte de la moral superior. Introspección aparte, cada quien produce desde lo que le tocó vivir.

Me reté a cambiar por el bien propio. Siempre con la intención de dar un poco de lo que tengo a otros con el fin servir de ayuda a que aquellos que probablemente se les atraviesen obstáculos y conflictos por el andar, haciéndolos más vulnerables, como en su momento fue mi caso. Agradecido estoy con la gente que me ha visto potencial, sin ellos, como siempre he dicho, sería incluso más minúsculo de lo que me considero.

Esta sección de caracteres recorriendo lentamente la pantalla mientras pienso y tecleo es la representación visual en una herramienta de consumo digital de un nuevo acuerdo que he hecho conmigo mismo, la reconciliación con mi mente y cuerpo suele ser un proceso lento y a veces doloroso, el recuperar estima es lo opuesto a un camino fácil de avanzar, pero aquí seguimos, reiteradamente.

Dicen que lo importante no es ver qué tan bajo caes, sino qué tan alto te levantas. Si en veinte años a partir de aquí he logrado una fracción de mis propósitos seré feliz y tendré la plenitud de haber hecho más de lo que se suponía era capaz con la mano que me tocó en el reparto inicial. Hoy en día veo eso y reconozco que al momento de colocar estas letras, sigo sorprendido de la trayectoria.



 Estaba haciendo limpieza de documentos en mi computadora, algunos de ellos llevaban ahí años almacenados. Realmente, aunque es una práctica habitual que tengo, ciertas cosas prefiero solo agruparlas y no tocarlas hasta que sea genuinamente necesario eliminarlas por aquello del espacio.

Entre eso me encontré conversaciones de cinco años atrás. Me resulta sorprendente leerme en ese tiempo y darme cuenta de todas las cosas que estaban mal en mí. Pésimo para comprender indirectas y demasiado ingenuo en general por lo que era muy fácil de manipularme. Recuerdo que me daba cuenta de las cosas pero conversacionalmente daba a entender que no (pues siempre he tenido la capacidad de ver más allá en las personas, sin prejuicios, pues estoy consciente de que ciertas características dependen de un montón de variables).

En fin, en ese "cuento", alguien de mi interés se ofrecía a ayudarme con la mudanza, me invitaba a pasar la tarde con ella viendo películas y un largo etcétera. Yo en mi literal manera de interpretar las cosas, haciéndome quizá más tonto de lo que debería u optando por respaldarme en el temor al contacto humano, sacaba las vueltas. Es decir, ¿por qué no querría pasar tiempo con la persona que claramente me provocaba atracción?

Aquí vienen un puñado de situaciones a colación. Reconocer las debilidades que poseo creo que ha sido parte de mi carta de presentación, pero aunado a eso, existía una fuerza intangible que me limitaba, ¿mi mente? ¿Mis ganas de sentirme cómodo conmigo antes de cualquier decisión? Me resulta incomprensible hasta el momento, pues viendo a la distancia, en ese entonces debería de haberme sentido mucho mejor que ahora.

¿A qué voy con lo que estoy escribiendo? La decepción, una constante. Exigirme tanto que quien me rodea pueda sentir incomodidad como consecuencia, pasar del interés al "no te voy a volver a hablar en mi vida" es algo doloroso. Y luego hay quienes te ven mal por no intentarlo mil, diez mil, cien mil o un millón de veces más. Sobra quien juzgue la incapacidad para empatizar. Me decía: "Lamento no haberte podido corresponder como tú quisieras", eso más que quemar por dentro, me obligaba a creer que el insuficiente era yo. Pues proyectamos nuestras inseguridades en otros. Y si ella sentía que yo no le daba el valor suficiente, seguramente era porque esa percepción tenía de mí.

En fin, los caminos en cuanto a tomas de decisiones no han sido sencillos. Los clásicos: "Quiero que estés presente", "amo tu amistad", "quiero que nunca te vayas", "me encanta convivir contigo" suelen desaparecer cuando la gente se aferra al autodesprecio. Y no lo digo por nadie en específico. Las mentiras, por ejemplo, son un claro ejemplo de esa característica: Pues cuando se miente para todo, se daña en automático la imagen y más temprano que tarde queda expuesta la verdad.

¿Pero se vale mentir? "Todos mienten", decía House. Las mentiras son un proceso de adaptación y evolución del ser humano, mentimos para sentirnos mejor, aceptados, reconocidos, estimados y capaces. Mentimos al solo hecho de aceptar creencias y mitos generalizados por contexto, entonces; en tales ejemplos podrían caer la economía, las tradiciones, la historia, las religiones y un interminable etcétera. 

¿Mentir nos vuelve malas personas? ¿Eso nos hace tóxicos y manipuladores? No necesariamente. Y no venimos aquí a lanzar piedras presumiendo falsa superioridad. Considero personalmente que aquellas mentiras que destruyen confianzas son las que deliberadamente se cometen con la intención de engañar. Aquellas con las que buscamos realzar u ocultar algo que en específico ya se nos ha sido señalado. Por ejemplo: ¿Qué tal tu mañana? En el supuesto de que el sujeto A haya visto al sujeto B en compañía del sujeto C. Y que la respuesta en cuestión sea: "Estuve en casa todo el tiempo." Ojo, aquí no estoy justificando esa clase de preguntas, ni siquiera considero que tengan que brindar respuesta a las mismas. 

Pero nada protege mejor a una persona que su honestidad para con los demás y consigo misma; pues al conocerle, sus allegados, no esperan que sea alguien perfecto o íntegro, solo le aceptan con cualidades y defectos. Deberle a alguien para luego alejarse, en un supuesto (aunque sabemos que a todos nos la han aplicado), irrumpe en el plano de la falta de respeto. Pues una deuda, como tal incumplida, no es más que una gran mentira. A mí personalmente me ha costado muchísimo respaldar mi palabra, me esfuerzo cada día por reconocer mis errores y devolver cada uno de los centavos con los que me he comprometido con otros con la finalidad de resarcir el daño causado. Pues tengo muy por encima mi amor y amistad hacia la gente que me brindó su confianza, que mi propio ego para aceptar que, por ejemplo: Me equivoqué en alguna cuenta.



 El ataque de las 4 am, o lo que es lo mismo, un martes cualquiera. Ya inició marzo, tuve tiempo de sobra para quejarme durante enero y febrero de la situación por el covicho y demás sucesos que nos rodean, pero la cosa sigue, ahora resulta que viene una seguidilla de incidentes violentos en Colima, un estado que solía ser aburrido por su nivel de tranquilidad, y es que los pleitos entre diversos grupos delictivos por controlar la plaza están feos.

Ah, pero a nuestro mundo no conforme con eso lo sorprende un conflicto bélico en Europa Oriental de potencial global, cada vez que medito en lo lejos que podemos encontrarnos de la paz (tanto interior como exterior) debido al excesivo número de sucesos inconvenientes que ocurren, damos un paso en sentido contrario a la misma y eso es triste de contarse.

Ni siquiera he venido acá o he agarrado un libro de forma intensa y apasionada que solía hasta terminarlo porque tengo mil cosas por hacer; he perdido demasiado tiempo en redes (o a eso me gusta achacarle la culpa), mis ideas están hechas un nudo y después de un montón de horas invertidas en sentirme incómodo quiero decir: "Ya".

Ayer un amigo me contactó para promoverme a un excelente trabajo. Viendo las necesidades de la posición es lógico que contemplé opciones. "En el peor de los casos no pierdes nada, Carlos", me dijo. Y es verdad, no debería de aterrarme la idea de alcanzar algo interesante en este punto de mi vida. Me dijo que había visto mis publicaciones en tiempo atrás donde me afligía la situación financiera, pues recordémoslo, he sido parte de un experimento que por la forma en la que el Estado opera en vías de legalizar una empresa, me ha costado mucho más de lo que quería ponerlo en marcha. Pero era el riesgo, así como unos se arriesgan en el amor, otros en viajar y a ver qué se encuentran, unos más cada día en las calles de la ciudad, y más gente por gusto pone su propia vida en riesgo en situaciones extremas, yo lo hice en el ámbito financiero, y aunque no ha sido una pérdida total, sí se convirtió en un reto importante salir de ahí y dejarlo en el pasado.

Hoy he logrado avanzar un poquito en relación a cómo se venían presentando los escenarios consecutivos. Para el momento, hubo una actualización fiscal que me permitió modificar algo importante en mi facturación. Porque sí, si algún día logro llegar a algo, quiero dejar por escrito claramente que ha sido sin deber o evadir un solo centavo al fisco; pues como dije antes y lo reitero: "Evadiendo impuestos cualquiera hace su lanita".

Por cierto, estoy sorprendido de lo bien que piensa ese amigo de mí, me pidió mi currículum y jamás había visto a alguien tan impresionado con una hoja de papel digital. O sea, en mi percepción no siento que haya hecho tantas cosas; más bien las actividades son de índole sencilla que se vuelven complejas a ojos de quienes no han tenido participación aparente en rubros similares, aquí caigo en cuenta de lo mucho que me maravillo cuando veo estados con fotografías de otros amigos y conocidos con pantallas repletas de código, que a mi ver parecieran imposibles de comprender, sorprendiéndome lo grandes que se han vuelto para explotar sus capacidades de desarrollo. Y yo sintiéndome ineficiente y limitado. Sí, he sacado algunas cosas desde cero por cuenta propia, ¿pero qué no todos lo hacemos? Sí, he fracasado en proyectos con un nivel de ambición grosero, ¿pero qué no cada emprendedor atraviesa por eso?

En fin, quería colocar aquí algunas letras recapitulando lo que han sido estos días para mi vida. Quisiera prometer que volveré pronto, en una o dos semanas; pero dejémoslo en el aire, solo estoy convencido de una cosa: Mientras pueda hacerlo, volveré aquí cada que tenga oportunidad a compartir lo que he estado experimentado, y por qué no arriesgarme una vez más, a confesar aquello en lo que haya fallado.



De las 4 AM

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