Cuando quieres hacer algo que con trabajos estás logrando, un objetivo claro, a partir de una idea o concepto y las cosas se ponen frente a ti tratando de hacerte caer o dudar, qué es lo que haces, yo no sé bien qué me a sucedido los últimos tres días o por qué es por lo que no he seguido al pie de la letra mis proyectos, estoy casi convencido de que mis allegados son indirectamente responsables de las decisiones que he tomado, pero al final, he sido yo y únicamente yo quien ha permitido a la duda adentrarse o colocarse en medio de mi meta a corto plazo.

Sin embargo, no me rindo, como siempre he dicho, soy parte de esos que creen que las cosas pueden lograrse con base a la constancia, el esfuerzo y la dedicación; amando lo que se hace y entregándose al sueño de hacer, de ser, de estar, de triunfar y conseguir. Si bien es cierto que han sido tres días de debilidad y un dejo de ausencia, tengo que estar consciente de que la semana que inicia mañana (u hoy) las cosas volverán a andar en el sentido que se desea, con el firme propósito de llegar al punto deseado en cuatro días más.

No sé si todos flaquean ante la tentación, espero que sí, espero no ser el único que lo sabe y lo confiesa; pienso avanzar un poco al menos, yo sé que si percibo la mitad de lo que quería es una buena ganancia definitivamente. Es tiempo de creer y actuar, de confiar y ser parte de este cambio, de esta evolución, de este inmenso amor a uno mismo; nadie más que yo soy capaz de perjudicarme y dejarme caer ante el incierto de poder o no asegurar en tiempo y forma la definición del resultado.

Y bueno, después de quejarme un poco, saldré a pensar mis obras; son casi las nueve, así que un poco de pasos en la calle con la amada autocrítica deberán de hacer la suficiente mella para que el cambio se produzca, que la mente evolucione, que el cuento avance al siguiente capítulo. Veremos lo que sucede...

Flaqueza

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El sistema nos ha inculcado a que debemos de ser lo mejor para sobrevivir, pero no solo eso, nos exige en la actualidad ser gente con cierta fama involucrada y una estima social reconocible para ser bien vistos por los demás, el asunto aquí es: Todo es ego.

Ego es lograr un mejor trabajo con un sueldo maravilloso y echárselo en cara a tus amigos de toda la vida intentando demostrar una intangible superioridad con ello.

Ego es tener que esforzarte en el gimnasio por lo que otros puedan decir de tal o cual línea o curva en tu cuerpo que no está acorde con la genética de personaje de portada común.

Ego es tratar de influenciar intelectualmente a otros con tus estudios, opiniones y comentarios cual si fueses una especie de iluminado mientras los consideras inferiores a ti.

Ego es hacerte de la pareja más atractiva para ponerla por trofeo ante los demás y aparentar ante ellos lo perfecta que ha llegado a ser la ejecución de tu vida con el paso del tiempo.

Ego es cubrirte de vestuario o artilugios de coste elevado o muy señalados como "lo mejor" nada más con el firme objetivo de ser visto como poseedor de ese tipo de objetos.

Ego es decir que nunca te sientes solo, triste, frustrado o derrotado al mantenerte en un estado siempre optimista cuando sinceramente te pudres por dentro con todo y tu basura.

Las cosas que verdaderamente valen en la vida son aquellas que nunca pondrías en una red social o un blog, es más, son aquellas que jamás le mostrarías a nadie, pues son las que te hacen ser único, diferente, pero igual a los demás a fin de cuentas; recuerda que todos somos no más que un número entre miles de millones, y la oportunidad de ser una esfera luminosa como la mentalidad pública nos hace creer es definitivamente imposible.

Los buenos para algunas cosas, flaqueamos en otras, así que lo mejor es seguir teniendo plena consciencia de nuestra imperfección, viviendo felices observando, analizando y no dejándonos llevar por lo que el entorno ofrece.

Esa es la lección: Aprender de la vida, nada más.

Ego

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El sistema nos ha inculcado a que debemos de ser lo mejor para sobrevivir, pero no solo eso, nos exige en la actualidad ser gente con cierta...
Hey. Ninguna frase es suficientemente sublime para expresar mi gratitud al saber de tu existencia cerca, deseable y preciosa.

Cada paso que he mal dado en mi vida me ha movido lentamente al punto en el que me encuentro hoy, y no habría imaginado un escenario en el que me hubiera tocado conocer a una persona tan maravillosa.

Pero más allá de letras y palabras que retumben en tu mente al pasar segundos preguntándote si es que estoy demente se encuentra el hecho de saber si lo que merezco es poca cosa.

Es decir, pasar un rato amable para todos es posible, y entender que idiotas por ti mucho harían; pero ¿es alguien sincero y a la vez tan loco para poner tu mente a meditarlo todo y disfrutar la historia?

No lo sé. Realmente no me importa. No es que busque glorias personales o en tu ser hundirme para contar cuentos; sol quiero tus memorias y en tus sueños confundirme.

Pues al final te pretendo completamente; porque aunque soy alguien que disfruta mucho de su vida, libertad y logros; estoy dispuesto a compartir contigo las delicias de vivirlo todo.

Sé que puede ser frustrante no sentirte muy estable, pero nunca te he ofrecido nada que no pueda propiciarte, tengo mente sobria, corazón sincero, un alma pura y una buena historia.

Me vuelvo un poeta cada que el sentir me llega; vivo en un planeta entre confusión y miedos, donde todos mienten, donde pocos hacen, donde quiero y trato de ser siempre de los que cambian reglas, de los que al proponer logran, de los que influyen a bien, de los que dejan legado, de los que vidas forman.

Al final de todo el texto cargado de egocentrismo que he escrito, solo basta hablar con optimismo de lo bello que en ti he visto.

Pero no, hoy no lo haré; no sea que cada una de las letras retumben contra la pared que un simple "gracias" de tu parte supondría y me haga creer que en realidad has pasado a verme como otro más de los que por tu atención su propia esencia abandonaría. Pues hay algo que jamás me perdonaría, el dejar de ser yo.

Por eso sigo paciente a que el tiempo haga lo suyo, que me de la recompensa de pertenecer a tu todo; y a ti de ser para mí otro gran tesoro.

Pido mucho, lo sé. Pero cada segundo que recibo lo recompenso con creces. Pruébame, lo mereces.

Y sí, envejeces, te arrugas, y a cada segundo que sucede te encuentras más cerca de la muerte; por eso mismo recapacitar acerca de tenerte ha sido una deliciosa anécdota, una fiel memoria, una marca de oro en el historial de mi pasado, un logro por haber el eslabón perdido en ti encontrado.

Nunca las letras superarán a todo aquello que me haces experimentar...

Más allá del espacio abarcado, más allá del tiempo invertido, ten en cuenta que en ti veo a alguien que me inspira a seguir constante en éste maravilloso camino. Te quiero y te bendigo.

// Escrito el 20 de Agosto de 2015.

Hey

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Hey. Ninguna frase es suficientemente sublime para expresar mi gratitud al saber de tu existencia cerca, deseable y preciosa. Cada paso ...
Después de meses sin escribir nada por aquí, me encuentro de nuevo, posterior a haber tomado una gran cantidad de decisiones, unas más correctas que otras, viviendo sin duda, de la mejor manera posible, y todo por qué, porque soy de esas personas a las que al final de cuentas la historia de vida, siempre tiende a darles la mano después de muchos tropiezos.

Les presumiría que estoy escribiendo esto en una hermosa MacBook Pro, pero sería demasiado decir, puesto que hace dos meses no había tenido computadora ni la oportunidad con ello de avanzar en mis proyectos independientes.

Y también hablaría, si quisiera aparentar presunción, del espléndido empleo que poseo como Ingeniero en Data Warehousing en una empresa mundial, con un sueldo estupendo en relación a mis años de experiencia y la seguridad que me da el hecho de haber firmado ahí por dos años como mínimo, antes de intentar siquiera mudarme a otro lado, aunque sí, con el conocimiento pleno de que en el transcurso de los mismos y bajo valoraciones habrá merecidos incrementos salariales y (según dice mi jefe), capaces de hacerme dudar de mi deseo de venderme a otra compañía antes de pensarlo.

Pero no, hoy no quiero presumir, hoy no quiero decir que me encuentro extraordinariamente feliz de seguir trabajando en asuntos de estética y que ha habido avances bastante interesantes, no quiero decir tampoco que estoy a nada de adentrarme en el mundo de proceso posgradual y el perfeccionamiento en base a cursos y certificaciones que me harán mejor profesional.

No, no quiero ser como todos, que salen y presumen cada uno de sus logros; yo quiero ser de esos que diligente y calladamente hacen, sin mentir a nadie, sin construir castillos en el aire, que si un escalón suben o bajan, enteran al pueblo entero de su preciosa experiencia y capacidades. No, para nada, yo solo quiero seguir siendo yo, desde las sombras como siempre, dando pasos firmes y agradecido con cada uno de aquellos que me han permitido seguir de pie; alguien que no se cansa de proponer, de aprender, de idear, de emprender; alguien con pleno entusiasmo ante la noticia de sorprender, así soy, así vivo.

Y lo que va de aquí en adelante es acerca de liberarme de pendientes y comenzar ese capítulo en mi vida que tanto he esperado llamado inversión.

Presumir

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