Imagina haber reducido un total de treinta kilogramos de peso en el transcurso de tres meses (del uno de agosto pesando ciento siete, al uno de noviembre llegando a tu peso, setenta y siete), imagina estar a punto de cambiarte de lugar de residencia por uno en el que esperas volver a tener el control de lo que significa tu entorno, imagina también el haber logrado contener manías (como comerte las uñas) e iniciado favorablemente excelentes hábitos (como la lectura y la escritura constantes), imagina también haberte iniciado en la cultura de la buena alimentación y el ejercicio apropiados para practicamente todos los días, continuando con la imaginación, mírate a ti mismo siendo un elemento eficiente en el trabajo, adquiriendo una bicicleta para ahorrar y ser parte del cambio en beneficio de la naturaleza, imagina también que tu relación con los seres del sexo opuesto se vuelve más agradable, y que generalmente te conviertes en una un ser más atractivo socialmente hablando, finalmente imagina que haz iniciado nuevos proyectos que funcionan a la perfección...

Ahora, solo por un instante, recuerda que eres humano y que al salirte de tu esfera de protección creada, controlada y desarrollada bajo tus propias conductas ves colapsadas cada una de las áreas que anteriormente imaginaste en sinergia. Así es, así nos pasa a todos. Lo más importante del camino avanzado y conocido es precisamente el hecho de entender límites y procesos, averiguar la manera en la que empezar de nuevo puede o no ser una carga, dependiendo de la mentalidad con la que te tomes todo, pues, como ahora lo veo, y desde días atrás, creo que es posible conseguir el cambio completo en mi ser, basándome un poco en experiencia y otro poco en ingenio puedo determinar que la frase que define y resume lo que vivo actualmente puede decir más de mí que lo que cualquier historia que pudiera contar:

"Porque puedo."

Volver a mi peso... Porque puedo.
Recuperar mis estupendos hábitos... Porque puedo.
Agregarme conductas correctas... Porque puedo.
Eliminar lo que me estorba... Porque puedo.
Continuar creciendo... Porque puedo.
Enamorar a más personas... Porque puedo.
Nutrir mi entelecto... Porque puedo.
Salir al mundo sin miedo... Porque puedo.
Liberar nuevos proyectos... Porque puedo.
Formar mi cuerpo... Porque puedo.
Mantener el éxito de mi lado... Porque puedo.
Poseer finanzas maravillosas... Porque puedo.
Hacer todo con excelencia y calidad... Porque puedo.
Invertir inteligentemente... Porque puedo.
Continuar escribiendo... Porque puedo.
Superar la adversidad... Porque puedo.
Alcanzar metas y sueños... Porque puedo.
Ser, vivir, hacer... Porque puedo.

Puedo

Por
Imagina haber reducido un total de treinta kilogramos de peso en el transcurso de tres meses (del uno de agosto pesando ciento siete, al uno...
Hola.
Es cierto que hace días que tengo ganas de volver aquí a redactar un poco, y no hay excusa, simplemente no se había dado la oportunidad. Es cierto que el tiempo invertido en el trabajo es mucho, pero más allá de eso yo creo que lo que desperdicio en desplazamientos y en convivencias sociales es lo que verdaderamente me limita en cuanto a capacidad de redactar, pero no se asusten ni sorprendan, sigo siendo el mismo insocial de siempre, con ligeros cambios de estilo solamente.

Imaginen a alguien que solía andar por las calles en calidad de cazador ahora siendo cazado; bueno, no he llegado a esos extremos, pero los notorios cambios en cuanto a un mejor estilo y una más atractiva personalidad han fungido en lo que vendría siendo el actual yo; tan variante como siempre en cuanto al saber o no qué camino tomaré, tan difícil de preprocesar, tan irónico e ilógico que es deliciosamente artístico conocerme e intentar descifrarme.

Vívelo, si quieres adentrarte en alguien que te puede volver demente como consecuencia de su testosterona o te hará querer llorar cuando parezca lleno de estrógenos, estás en el lugar ideal. La respuesta la tienes tú, está en ti el decidir si quieres o no saber más de mí y qué versión te atrae más o cuál te gustaría preservar. Aunque, al final, quien decide siempre he sido yo; las cosas que hago y los caminos que sigo, siempre han sido los complejos, los que no andaría cualquiera, con un simple propósito, no ser igual al resto... Y bueno, hasta hoy, funcionalmente hablando, todo perfecto.

No se trata de que intentes localizarme en tal o cual punto en un plano, tengo amigos que son fenomenales y es realmente precioso pasar tiempo con ellos; amo cada cosa que sucede como consecuencia de mi buen pasado y resistencia en mi buen presente. Considera eso a la hora de intentar capturarme o seducirme.

También admito que me encuentro en proceso de aceptar mi envejecimiento con mucho mejor cara que antes. O sea, las nostalgias, dejémoslas para aquellos que no saben disfrutar quienes son y qué hacen, yo prefiero seguir construyendo arquitectónicamente esta vida y bendiciendo a quienes pueda en el proceso de concluirla. Porque para eso vine, para ser alguien que genere influencia determinada, y si logro hacerlo al menos en una persona, mi estadía aquí habrá rendido frutos enormes.

Eso es todo lo que soy hasta ahora, un producto de las circunstancias entre las que me he involucrado, consecuente de mis miedos, vicios y virtudes, decidido a no rendirme ante el paso y peso de los sucesos, más allá de todo, con enfoque al frente, pero atado fuertemente a la consciencia del presente y montado en la fortaleza de lo que hay en mi pasado.

Amo a mis padres y a mi familia, a los buenos amigos que me han dejado los años, a las personas que puedo admirar por lo que saben y lo que han hecho, amo cada detalle de mis días y noches; pero principalmente, y antes de amar cualquier singularidad, amo que Dios siga ahí para mí, ilimitada y omnipresentemente. Bonita noche.

Estilo

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Hola. Es cierto que hace días que tengo ganas de volver aquí a redactar un poco, y no hay excusa, simplemente no se había dado la oportunid...