Mostrando las entradas con la etiqueta rokck. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta rokck. Mostrar todas las entradas

 Tras el rush mental, estoy de vuelta. Ni más fuerte, ni más inteligente, ni más nada, solo yo, con lo poco que me queda de existencia. En mi mente viajé a una dimensión en la que estoy en un lugar frío y cómodo, el servicio de internet es de primera, hay silencio que me permite concentrar, el lugar está decorado de forma minimalista, con los muebles óptimos para el trabajo, huele bien, mi piel tiene una textura suave, estoy recién bañado así que me siento limpio. Para enriquecer la concentración del momento, a manera de fondo, a un volumen bajo, comienzan a sonar melodías clásicas sin voz en ellas, ligeras, relajantes. Junto a mí, una mesa de centro con una ensalada de la casa (de esa que tiene vinagreta) y un gran vaso con agua, refrescante, cristalina, deliciosa.

Abro mi computadora, notas a la mano, comienzo a redactar una historia.

Así es como quisiera estar, pero la realidad me abruma. Ruido, incomodidad, calor, desesperación por todo el cuerpo, el escozor constante provocado por la sensación de ausencia de limpieza y frescura; es que el calor es un fastidio. Y el aire del ventilador, resecándome la piel, dañino. Ni recién lavado puede uno permanecer con la piel preciosa.

¿Qué hice para sentirme ajeno cuando estoy en mi lugar de origen? Nada nuevo hay que contar para responder a eso; la verdad es que desde que tengo memoria, mi mente está en otra parte. Aquí soy un subalterno, un esclavo, un sirviente, un subyugado. En mi pensar, estoy libre, mis manos se sienten cómodas colocando palabras una delante de la otra, mis ojos descansados, la espalda no me duele por las posturas, mi ser está relajado y en armonía con el Universo.

Jamás lo entenderán completamente, porque quienes recién me conocen, saben poco o nada de mí; y quienes creen conocerme de toda la vida, ignoran por completo lo que hay en mis anhelos. Simplemente he sido usado, como medio, como herramienta, como apoyo. A todo esto, obviamente lo he permitido. He dejado de lado mi libertad por ayudar a que otros se impulsen un poco; algunos tomándome como antagónico, otros como secundario o fugaz. Pero al final estuve ahí, lo recuerden o no; sin fijarme en los créditos porque no les otorgo la importancia que los demás. Recordando desde la sombra de una mente analítica; identificando a los que me mienten a la cara, dándome cuenta de aquellos truhanes que se mofan y utilizan el sistema para favorecerse, los fraudulentos, los pseudoastutos, los rencorosos, los comprometidos, los viciosos, los cobardes, los codependientes, los patéticos, los rencillosos y los egocentristas.

Ahí van todos, tratando cada uno a su modo de abandonar las miserias en su interior. Cada uno utilizando los medios a su alcance. Desde aquí, sin emitir juicio alguno porque en definitiva es algo que no me corresponde, un suspiro, y sigo con mis cuentas. Cada vez más complicadas, cada vez con mejor aspecto, pero siempre, siempre, resolviendo algo, ya sea interno, global, particular o de un presente alterno.



El Escritor

Por
 Tras el rush mental, estoy de vuelta. Ni más fuerte, ni más inteligente, ni más nada, solo yo, con lo poco que me queda de existencia. En m...

 –¿Por qué no has escrito nada? Se supone que tú tenías esa capacidad. ¿Qué ha pasado contigo?

–Se supone, tú lo dijiste. Mi cabeza no da de sí. Te puedo contar la razón por la que me encuentro de esta manera pero no tendría sentido. A final de cuentas nadie lee esta clase de cosas, donde no existe un héroe y mil villanos, donde el único rival a vencer es el que te roba el sueño por las noches, el que te obliga a equivocarte donde antes no lo hacías, el que te obstruye el pensamiento y el razonamiento. El que ya está cansado de la existencia misma, pero sigue aquí, repitiendo constante que eres basura.

–Estás mal por creer eso, no te esfuerzas lo suficiente y no aprovechas los talentos que tienes, estás dándole vueltas a un problema en el que te atoraste hace tiempo, y del que pareciera que no deseas salir por ahogarte en la autocompasión.

–Me tienes harto. Me tienes harto tú y todos los que piensan así de mí; los que juzgan cada una de las decisiones que he tomado como algo erróneo. Estúpidos. Todos ellos. Al solo asegurar que he vivido oportunidades similares a ellos, con ganas de cachetearlos. Si me siento tal como me siento, es en gran medida por el agobio que es vivir; he tenido dos cartas en esta mano, y el juego, hasta ahora no me ha dado la oportunidad de jugarlas. No soy como la mayoría, que si se cansan a medio camino pueden simplemente arrojarlas todas y volver a apostar. No, yo no tuve esa oportunidad, yo me tengo que aguantar a que el croupier suelte algo que pueda convenirme; pero hasta ahora, hasta ahora solo me ha tocado aferrarme a mis dos pequeñas cartas.

–¿Qué dices? ¿Por qué el afán de compararte? ¿Por qué no hiciste como los demás, los que salieron del mismo estrato que tú, mancillando a alguien bien eróticamente, bien socialmente con el fin de escalar y convertirte en estandarte. En lugar de estar constantemente quejándote.

–He ahí el origen de la aberración a abandonar las sombras; la mayoría lo hace sobre los cuerpos tirados que pisotean a su paso; y mi intención no es, ni ha sido nunca, amedrentar para crecer. Y hablando de comparaciones, cada segundo desde el instante en el que nacemos somos prueba de esta herramienta de instrucción. Mejor cállate, no digas idioteces.

–Reitero mi postura ante tu poco deseo de prosperar. Es como si me dijeras que las puertas han estado frente a ti toda la vida y simplemente no has querido cruzarlas, solo te quedas ahí junto a la entrada, a llorar tus penas y a rogar que tus miserias se vayan. En tu intención de ser observado, pasas desapercibido porque no "cacareas" tus logros y reiteras en la constante presencia de tus fracasos. ¿Qué estás esperando? ¿Que un ángel llegue y te extienda la mano para sacarte de donde estás? Eso es básicamente dejarse morir.

–Estoy en un punto en el que ni eso me hace concordar. Pueden criticarme cuanto quieran, pero a pocas personas conozco con la imposibilidad de conciliar el sueño de manera crónica a causa de la ansiedad como yo; y con mencionarlo no trato de victimizarme, solo escupo un argumento que alguien que no ha estado en mi condición vería difícil debatir. Argumentar desde la obviedad es sencillo, desprestigiar a otros por el solo hecho de no verse, hablar o juntarse con ustedes es fácil. Pues la sociedad en sí, como existe, está modelada de tal forma en la que puedes ser agresor o agredido. Y lo del ángel, no creo que pase algo así, soy demasiado cobarde para autodestruirme hasta consumar la obra. Simplemente dejé de anhelar, de sorprenderme, de sentirme optimista o querido. Me volví gris, de un gris opaco que no te das cuenta que está ahí, quizá incluso tampoco te enteres cuando ya no esté.

–Bájale un poco a tu drama, he conocido a enfermos terminales con una mejor actitud hacia la vida que tú; dime ya qué es lo que verdaderamente te pasa. Antes no eras así, podíamos hablar durante horas, nos entendíamos, nos poníamos retos juntos y los alcanzábamos. Ahora es como si hablara con un sujeto extraño, al que le han robado la esencia y solo está para cumplir; reutilizando tus propias palabras: Una autómata.

–Pues lo describes perfectamente, eso soy; un elemento en un sistema a medio funcionar, que no es lo suficiente y queda debiendo para ser lo necesario. Entre las muchas maneras de asimilar mi realidad, deduje que soy una especie de máquina programada para cometer errores, lo que significa que hasta ahora, sin importar hacia dónde dirija mis energías, todo cuanto me ha brindado satisfacción, se ha esfumado y ha desaparecido de mi historia. Un ser desmenuzado, con amores fallidos, hermanos muertos, crisis abrumadoras, conocimientos ínfimos, empresas acabadas, imágenes eliminadas, historias nunca contadas. Solo quiero que me dejes descansar un poco, por favor, que te retires y me permitas dormir al menos un par de horas. Pues probablemente mañana, tú también me olvides.



Un mes ha pasado desde la última vez que me paré aquí a escribir un poco. Me llegan las conclusiones de si habré perdido mi capacidad de conectar ideas o me he envuelto tanto en cinismo como para aceptar que estamos perdidos sin deseo siquiera de esforzarme más por ser distinto. Como un súbito encuentro en el que mi realidad atropella, aplasta, destruye y desmenuza mis sueños hasta convertirlos en anhelos inexistentes.

Donde cada una de las personas que han pasado ha dejado mella y mi vulnerabilidad es ahora un goce que discrepa con lo que el entorno celebraría en el contexto de benevolencia, excelencia o pulcritud.

El "me da igual" se vuelve un mantra casi budista que aplaza lo difícil a su imposibilidad absoluta, sumergido en la rotunda e inminente llegada de un presente mísero, sin ánimo alguno, cual autómata, resumido en un "trabaja y paga", sin nada por disfrutar o reconocer con asombro; entonces tal parece que es lo segundo. El cinismo me tiene absorto y se ha apoderado por completo de mis extintos gustos temporales.

Y como veo las cosas, cada efecto conveniente o inconvenientemente causado por el entorno es siempre un asunto de geografía; historia, quizá en segundo término. Y lo que yo solía considerar como algo alcanzable con mi limitado razonamiento, en el entendido de desarrollar las herramientas óptimas para lograrlo, lamentablemente no era más que una falacia consumada en mi interior. Pues por lo observado, lo experimentado y aprendido al paso de mi andar, es que cada cual "logro aparente" que puedo redargüir en prójimos, es simplemente la respuesta a la usurpación, el crimen, la estafa, el engaño, la maldad y el abuso aplicado a otros.

Entonces, entre mis solemnes palabras domingueras, probablemente no haya a ningún lado más para ir, y me encuentre enrollado en un circunloquio sin final, con el firme propósito de enmendar carencias intelectuales, físicas o emocionales a través de párrafos que seducen, se extravían durante su creación y añoran ser comprendidos a la vez que admirados.

Que Dios nos brinde una salida a todo el mal que nos aflige, que se detenga el número de enfermos y muertos, es lo único constante en mis ruegos. Pues ya no vive la persona que antes era en mí, el supuesto ser inteligente que no tenía miedo a los obstáculos y deseaba fervientemente superar limitaciones y obstáculos. Lo de hoy es continuar respirando, hacer lo que me toca y restituir lo que he perdido. Aunque eso represente la totalidad del valor en tiempo del rastrojo que queda del redactor.



Un Mes

Por
Un mes ha pasado desde la última vez que me paré aquí a escribir un poco. Me llegan las conclusiones de si habré perdido mi capacidad de con...
Hubo un tiempo en el que escribía todos los días acerca de las bellezas de la vida, más adelante las desgracias comenzaron a llegar, una subsecuente a la anterior, y después miraba al cielo, con las esperanzas casi perdidas, extraviándome en el pensamiento de no conseguir nada a pesar de mis esfuerzos. Fracaso tras fracaso, ¿una pena? Ni idea, en estos momentos no tengo cómo probar lo mal que me trata la existencia; sin embargo, aquí andamos. Llorándole, tal vez, pero aguantando los golpes conforme van llegando. Catarsis.

Hace un par de meses conocí a un tipo, telefónicamente, el cual se encontraba en una situación fea, endeudado hasta la nariz, con la dicha de tener nacionalidad extranjera, se fue e hizo de la vista gorda ante la deuda que dejaba atrás en el país que lo vio crecer. Eso no me parece racionalmente justo, creo que huir a las deudas es algo que no haría, a pesar de que me estén ahorcando ahora mismo.

Ayer un amigo me dijo: "no te vayas a suicidar", y pues no, tampoco. Llámenme ingenuo o cobarde, no importa, el punto es que no me desharía de mi vida con tal de escapar a mi realidad, por difícil que esté, aunque seguido tenga que llorar, la prefiero.

Pensando de manera fría, no pasa de que termine en prisión, qué más da, estar encerrado transitando diversas penas no es muy diferente a estar encerrado cumpliendo una condena; aunque claro, se valora la libertad, y por eso mismo me siento comprometido con pagar mis pendientes, sin renunciar. En algún momento le dije a mi amigo, el que me puso en esta situación compleja, que ya estaba acostumbrado a ser pobre, y no tengo miedo a continuar en pobreza un par de años más, ni modo, si es lo que me toca, me aguanto. Toda la vida hemos sido así, durante mis primeros años vivíamos en una casa de cartón con notables carencias, y mis papás en casa satisficieron la miseria económica con inmenso amor. Por ellos y gracias a la familia que me rodea es que un día terminé la carrera y por eso mismo siento una enorme responsabilidad de actuar recíprocamente, sin rendirme hasta lograr darles algo en retribución. No he podido, lo sé, estoy consciente, pero cada que puedo lo intento una vez más.

Aquí cabe identificar que cuando me impongo metas suelo ver hacia arriba siempre; para algunos son imposibles estando en el contexto que me encuentro en el momento que lo hago. Y así, con la invaluable ayuda de los amigos, conocidos y familiares, poco a poco he ido escalando superando obstáculos. Obviamente también la carencia de sueño, las limitaciones intelectuales, la falta de confianza en mí mismo y otros complejos menores, han sido parte de la trayectoria. Se ha tenido que trabajar de la mano con expertos en la mente, leído tanto cuanto he podido (lo cual, por cierto, admito con pena no haber hecho en mayor medida el año actual, espero reincorporar el hábito pronto), escribiendo para resarcir internamente la herida, autodialogando e introspeccionando acerca de los hechos; qué más da que el Universo esté repleto de personas mejores en comparación, cada uno de nosotros ha tenido que recorrer un camino distinto y no sé qué tanto o tan poco parecido a mí sería alguien que haya andado exactamente en los mismos senderos que yo.

Entonces cabe analizar la parte del ego, esa que siempre me ha causado desagrado. Porque mientras algunos consideran que soy un ególatra, otros quizá me vean como egocentrista; mi familia, las personas con las que más contacto y comunicación tengo, saben que en verdad soy alguien desprendido y que quiere lo mejor para ellos. Quizá al ojo de alguien a quien no le presto demasiada atención soy "el malo", así como para mí hubo antagónicos en su momento (un abrazo donde estés, Zaira).

También hay otros que me consideran como alguien que está intelectualmente limitado, o muy por abajo de su nivel; y pues bueno, si se me mide por mi capacidad para hacer algo que no conozco, definitivamente lo estaré. A final de cuentas la historia que he venido a contar es esa, que no soy más ni menos de lo que un tercero pueda interpretar de mí; que si esa persona piensa que soy un excelente amigo, lo seré; que si deduce de mí que soy un bribón, también lo seré; que si alguien me considera mentiroso, grosero y déspota, bueno, no puedo hacer nada para cambiar su perspectiva; o si se da la oportunidad de conocerme y darse cuenta de que soy alguien amable, amoroso, generoso y sincero, sin lugar a dudas, todas esas virtudes las tendré.



No puedo dormir. El calor es terrible. Pero más que el calor, mi falta de esperanza es cada vez más evidente. ¿Qué significa que siga aquí, por qué no he muerto todavía? Les juro que me siento a otro nivel de mal, durante todo el día he tenido un torbellino de realidad que me azota a cada momento. A mi edad, mi padre ya tenía un patrimonio, ya vivíamos en esta casa, ya estaba por nacer mi hermana. Con los años que tengo, no puedo dejar de sentir que soy un desperdicio, un estorbo, un sujeto desagradable y extraño.

Sinceramente no sé qué sucede conmigo, o qué tonterías había venido deseando, ya no tengo quince, ni veinte; tengo treinta y cuatro y de mi vida no he logrado hacer nada. Ha habido buenas oportunidades que no he sabido manejar, he tenido cartas excelentes en mi mano que no he colocado a tiempo, he apostado por juegos que terminé perdiendo; literalmente, me siento como si fuera un objeto programado para la derrota. Y se los juro con el alma, estoy harto.

En lugar de ser bendición y alegrías, siento que soy una vorágine de miseria y tristezas; mis amigos, todos más arriba que yo, logrando cosas importantes. Construyendo, explorando, trabajando, encontrando, concluyendo metas; y mi mente, mi cerebro, o lo que sea que haya en mi interior, no me deja ni siquiera dormir tranquilo. De verdad quisiera superar este terror, despertar mañana y que alguien me dijera: "hey, todo esto ha sido un mal sueño, todavía tienes quince, sigue habiendo la oportunidad de que hagas algo bueno con tu vida".

Porque para cualquier lado que volteo veo gente exitosa, mientras que yo parezco un fantasma, cada vez más invisible a los ojos de los demás; con menos amistades, sin atractivo alguno, autoengañado, desilusionado. ¿Por qué no soy capaz de lograr algo que funcione? ¿Por qué sigo intentándolo cuando al parecer estoy descompuesto por dentro? No lo sé, se los juro que no tengo idea. Pero una cosa sí les digo, esto por lo que he pasado, de corazón, no se lo deseo a nadie.

Es muy desagradable no encontrarle el gusto a nada, que no exista belleza alguna que me motive, que hayan desaparecido mis ganas de esforzarme, que sienta que no soy capaz de aprender nada nuevo, que tenga la percepción de ir poco a poco convirtiéndome en el pordiosero que tal vez una vez soñé que sería. Pero si voy a ser pordiosero, no sé por qué sigo escribiendo aquí; o bueno, en algún momento dije que esto sería un recuerdo de las cosas por las que pasaba que quería leer cuando fuera viejo, eso si tengo la capacidad de leer y si llego a viejo.

Pero en serio, ¿por qué nada me sale? Es como si el destino se llamara sabotaje. No tienen idea de la presión por la que atravieso, no se imaginan siquiera lo mal que me siento y en las deplorables condiciones que me encuentro; y lo peor es que estoy agotado, me siento exhausto de no hacer nada bien. Estoy cansadísimo de intentarlo y no poder. Llegan momentos en mi vida en los que me quiero desconectar de todo, desaparecer, desvanecerme.

Y es que el círculo de gente que me tolera es el mismo, minúsculo, perfecto y estricto, sin modificación alguna; cuando alguien llega así se va, rápido, se aleja juzgándome. Recuerdo cada uno de los juicios que se han emitido hacia mi persona, es doloroso. Porque cuando estoy en medio de la necesidad soy invisible, y han sido muy pocos, contables con los dedos, los que se han acordado de mí y me han tendido una mano.

Pero si no soy nada, si no tengo nada ni a nadie, si no puedo, ni quiero, ni recibo o brindo; como un zángano sin oficio ni beneficio, si todo eso me describe y únicamente trabajo como autómata para restituir los daños que provoco en mi propio paso, y mis esfuerzos terminan en números rojos al final de cada semana; ¿cuál es el sentido de continuar así? Yo, con toda honestidad, me he rendido.

Perdí la capacidad de programar, de leer, de escribir, de aprender, de trabajar, de soñar, de dormir, de alimentarme, de ejercitarme, de vivir. Estoy aquí como el vestigio de lo que algún día fue un ser humano, pero no soy más que un cascarón gris, carente de esencia, en medio del olvido, apático, sin gusto, huraño, ermitaño, apagado, aburrido, roto, despreciable, solo. Si alguna persona lee esto y quiere venir a decirme que le ponga ganas, que no me rinda, que ánimo, o cualquier otra frase genérica de esas, puede ahorrársela. Estoy muerto, dañado o algo por el estilo, pero tengo muy claro a quienes les interesa mi existencia y quienes no dan un pepino por mí. I'm just tired of being useless.



 Es casi seguro que te dirán de todo para hacerte caer, tu responsabilidad únicamente es esforzarte por lo que amas; eso, a veces, a pesar de que los demás no opinen igual que tú.

Hace tiempo que no envío actualizaciones de cuentas, principalmente porque me habían estado quedando mal con algunos pagos; por lo que me vi, más profundamente sumergido en un rato de complicaciones. No he de decir que estoy feliz y de vuelta; muy por el contrario, estoy poco más lejos de recuperarme, pero ni hablar.

Buscaré un trabajo más, uno que me permita resurgir de mis pendientes. Pero no solo se trata de encontrar trabajo, es importante tener la capacidad de desempeñarlo. En el actual, estoy aprendiendo bastante. Hago cosas que antes no sabía y eso está bien, llega un punto en el que se vuelve divertido.

Aunado a lo mencionado en el anterior párrafo, vuelvo a clavarme en el aprendizaje, a ver qué puedo conseguir. No únicamente con propósito de aprender, sino de aplicar ese conocimiento en los demás proyectos que se presenten.

Hace unos días, tenía que actualizar unas queries manualmente (como cincuenta); encontré patrones y realicé las modificaciones automáticamente. Mi jefe no dijo nada, solo se sacó de onda de que el trabajo que me asignó para un par de días había quedado en a penas un rato.

Eso soy, eso me gusta, automatizar procesos. Programar para que las cosas se hagan por sí solas. Por ejemplo, en un scraping que realizaba solía tardarme días en descargar decenas de gigas de diversas fuentes; actualmente la descarga, la organización, la homogeneización, la limpieza de meta, la depuración, la compresión, el encriptado y el posting de data suceden gracias a un pequeño programa de administración que implementé. El trabajo de una semana lo realiza el microprocesador, quizá, en unas cinco horas. Aunque claro, me quedo sin esa máquina y la red se usa para eso.

En fin, ya no sé de qué estoy hablando; probablemente es porque estoy feliz de que el resultado de mi entorno de pruebas haya sido optimista conmigo. Eso y sentir que pude programar algo que necesitaba por cuenta propia; una de cal por las que van de arena.

Me ha ido mal, me ha ido terrible. Pero qué más da. Llevo como un mes que a penas hablo con la gente a través de redes, por eso quería venir a dejar esto por acá. A decir que a pesar de lo difícil que se ve todo, aquí ando.



Aquí ando

Por
 Es casi seguro que te dirán de todo para hacerte caer, tu responsabilidad únicamente es esforzarte por lo que amas; eso, a veces, a pesar d...

 Ha pasado un mes entero desde la última vez que publiqué algo por acá. Les diré qué, no estoy taaan ocupado, simplemente estoy distraído. Me disculpo. Mi vida no es lo que quisiera en este momento, pero hey, al menos las risas no faltan.

¿Qué puedo contarles que no sepan ya de mí? Oh, sí, recién estuvo mi hermana conmigo en Guadalajara; lamentablemente lo que iba a ser una semana de "cotorreo" resultó siendo una semana de asistir a una oficina sola, pegado a una pantalla, con cubrebocas, alejado de todo.

"Pero al menos tengo trabajo", es lo que me repetía continuamente en la cabeza; sabemos todos que mis ingresos actuales no me dan para saldar pendientes, pero ni hablar. Hay que aguantar.

He estado trabajando un poco en un experimento social; no sé qué tan buenos resultados obtenga, pero todo es parte de los "experimentos" que a cada rato se me ocurren y a veces nada más dejan como resultado beneficios de conocimiento, solo eso.

Quisiera recibir dinero de esas cosas. Pero por ahora sigue sin ser posible. De chiquillo una de las cosas que me llamaba la atención era ser investigador privado, mucho "suspense" en quel haber, supongo.

Si notan que cada fracción de este texto está más corta que de costumbre, ténganme un poco de paciencia, he estado distante de la literatura y bastante afligido por situaciones económicas. Tanto, que sigo experimentando el encierro incómodo; que en una de esas me serviría como experiencia si me mandan a la cárcel.

¿Pero el encierro es malo? Para nada, si se disfruta con comodidad es un viaje maravilloso de autoconocimiento y saber, navegando en las circunstancias correctas es, de hecho, mucho más liberador y placentero que la oportunidad de estar todo el tiempo afuera experimentando el exterior.

Tengo que contarles que, el asunto de las clases, bueno, creo que hasta aquí llegué. No podré continuar con mis alumnos en el siguiente ciclo debido a que vuelven a ser presenciales. Esos chiquillos y lo vivido en la escuela se quedarán permanentemente en mi corazón hasta el último de mis días. De hecho, les he pedido un feedback de cómo se han sentido conmigo, y me alegra en demasía saber que tienen una muy buena impresión de mí como su profesor.

No me juzguen por estar alegre por la opinión de los niños mencionada en el párrafo anterior, simplemente es un goce que jamás imaginé vivir. En fin, me retiro por ahora, quedan muchas cosas por hacer el día de hoy y estaba atorado viendo cómo un "upload" avanzaba en porcentaje; por eso decidí venir aquí a platicarles un poco de lo que va mi vida, not many changes until now, but still walking. I love you all.



Love You All

Por
 Ha pasado un mes entero desde la última vez que publiqué algo por acá. Les diré qué, no estoy taaan ocupado, simplemente estoy distraído. M...

  Hace un rato que no pasaba por acá. Qué les puedo decir, no han sido mis mejores días, algunas decisiones erróneamente tomadas me tienen preocupado. Estuve tentado cuando peor me sentí a venir a tirar bilis, al final decidí esperarme.

Entre las cosas dignas de celebración para contar, ayer a penas me dieron la bienvenida a un nuevo proyecto con el cliente; eso es una señal agradable, entre todo este espeso de incertidumbre que me rodea.

Ya no tengo un centavo, y está bien, hay situaciones que me aterran más que la pobreza extrema; además nací siendo pobre y en un círculo en el que desde el inicio las limitaciones se notaron, para festejar es que haya podido estudiar una carrera, encontrar un trabajo y sentir que otras personas confían en mí. De ahí en fuera, lo que no tenga que ver con vestir, un lugar para dormir y alimento, es gane.

Las anteriores mañanas no me había sentido incómodo como hoy al despertar, y es que, por algún motivo mi cerebro pensó que ya estaba por terminarse octubre, con un año a punto de acabar y sin haber podido avanzar en nada con mis pendientes. Me asusté, me asustó el hecho de estar en un momento distinto de mi historia en el que no fui capaz de hacer absolutamente nada.

¿Ha aprendido algo? Dicen, "oficialmente" el manager y los compañeros en el proyecto actual, que soy desarrollador Datastage; y está bien, eso en papel al menos se lee cool. Pero hay que demostrar funcionalidad. Asimismo supuestamente me manejo bien en Docker y Kubernetes, pero hasta que mis productos de software generen beneficios desde ese contexto, soy únicamente un evangelista de dichas tecnologías.

Para ser sincero con ustedes, estoy desganado, me veo al espejo como alguien débil que está poco a poco perdiendo las esperanzas de salir adelante, analizando cómo mis sueños se esfuman lentamente mientras con un dedo me aferro a la idea de conseguirlo ante el abismo del fondo que representa la miseria.

¿Y eso me hace sentir mal? No, eso no me hace sentir mal ni bien, simplemente estoy ahí, siendo el vaho que se esparce a la distancia hasta desaparecer. Sin saber bien en este momento si seré o no capaz de dar un paso siquiera con esta sobredimensionada carga, existo, y puede que eso resulte tarde o temprano en algo útil para alguien.



Incertidumbre

Por
  Hace un rato que no pasaba por acá. Qué les puedo decir, no han sido mis mejores días, algunas decisiones erróneamente tomadas me tienen p...

 Cuando te sientes bien, la vida anda por sí sola, el tiempo te alcanza para realizar todos tus pendientes, en lugar de estarte quejando, avanzas, en fin, un montón de beneficios. Por eso es que no había publicado nada hace como un mes, pues estaba pasando por días tremendamente estresantes, con un montón de cursos encimados, con problemas para realizar algunos otros más, broncas de conectividad en general, complicaciones para quedarme dormido, o madrugadas excesivas, bueno, una seguidilla de penurias que de solo leer sentirían que ando de bajón. Pues no tanto que anduviera de esa manera, es que así me sentía con tantas presiones.

La sola bendición de haber dormido bien anoche, énfasis en el "anoche", ha ayudado a que mi mente amanezca más relajada el día de hoy, me siento motivado y capaz de aprender y entender los temas que tengo por estudiar, me siento alerta y funcional.

Cuánto quisiera que todos los días de mi vida tuviera un estado mental como el actual, tendría completa apreciación del entorno, disfrutaría más cada instante y sentiría que nada puede hacerme sentir mal; aunque sea un engaño parcial, estoy agradecido por la manera en la que me desenvuelvo en este momento, por eso quería compartirlo, para que quede claro que no los he abandonado, ni a mí mismo, solo que había estado manejándome en una frecuencia mental (por llamarlo de una manera absurda) bastante lenta y restringida.

Quiero que sepan que he estudiado mucho, de hecho, he estado enfocado en aprender cosas que no únicamente ayuden a mejorar mi CV, sino que me hagan sentir más completo como profesionista; he de admitir que no ha sido nada fácil, he pasado días enteros encerrado aprendiendo, pero creo con todo el corazón que lo que sea que venga tiene bien merecida esa impresión extra de esfuerzo.

Entre mis planes está el dejar de sentirme incompetente cuando se me presente un problema, obviamente he estado trabajando mucho también en dejar atrás aquello que no me hace bien. Tema aparte, sin duda cuesta trabajo mejorar, pero anhelo cada segundo hacerlo.

En fin, ha sido una mañana fructífera y espero que el día continue así. Solo me queda desearles un excelente día que tengo que seguir estudiando. Ahorita estoy metido en cursos laterales del trabajo, que son parte de los obligatorios; honestamente pueden ser aburridos, pero hay que hacerlos y ni modo. ;)



 Como algunos de ustedes podrían saber, hace ya más de un año fui despedido de mi anterior empleo; y a pocos días de eso me enfermé y terminé en Colima el 10 de marzo, al día siguiente, fue oficializada la declaración de Pandemia del virus que ha causado un número considerable de víctimas letales, entre cuyos casos, debo reconocer que cuento a un par de conocidos.

Bien, pues posterior a mi desempleo y la explosión de este evento global, me fue una cosa trágica poder conseguir una fuente de ingresos; estuve más de la mitad del año sufriendo por eso, hasta que, a principios de noviembre, recibí la llamada de una amiga de la familia en la que me preguntaban si estaría disponible para dar un par de clases a la semana en una escuela secundaria; yo feliz, muy feliz, pues en mi situación cualquier centavo que llegara era algo en comparación a seguir produciendo "ceros".

He estado ahí desde entonces, conocí a niños maravillosos y divertidísimos, terminé por hacer buenas relaciones y al parecer les agradaron mis formas distintas de dar clases; pues me vi a mí mismo como estudiante reflejado en ellos, y consideré aquello que me fastidiaba de la escuela antes de asignarles parámetros para calificar, les dije que a mí no me gustaban los exámenes, siempre me iba bien, pero notaba la frustración en muchos de mis compañeros, así que no les haré exámenes. Después les comenté que yo era muy malo para hacer tareas, o mejor dicho, nunca las hacía, así que les propuse no dejarles tareas. Finalmente les comenté que mi intención era que aprendieran y al mismo tiempo la pasaran bien; por lo que atravesamos los temas que venían en la agenda de la materia en unos tres meses para pasar a realizar cosas más importantes (como maquetación y programación), obvio, tratando de sacar los temas durante cada clase.

Al principio todo bien hasta que empezaron a cruzarse proyectos transversales que habían de realizarse en conjunto con otras materias y métodos de evaluación; lo respeté y hablé con ellos, había que hacerlos pues ya estaban ahí. Me da mucho gusto saber que me he ganado la estima de algunos de ellos, con el paso del ciclo tengo que admitir que ciertas personalidades son entrañables y me alegrará saber que logren grandes cosas en el futuro. Pero al día de hoy me enteré de algo triste...

La misma situación que me dio ese trabajo es probable que me lo quite, pues al momento actual se han conseguido concretar muy pocas inscripciones y reinscripciones, por lo que el próximo periodo escolar en ese instituto, pende de un hilo. Como les he contado también, al iniciar el año actual pude decir con satisfacción y gusto que me había vuelto a enrolar en una empresa de Tecnologías, así que estaba muy contento de hacer algo relacionado con mi carrera, pues incluso teniendo las clases, mi sueldo era minúsculo en comparación con mi necesidad de ingresos. En fin, hoy la escuela que me abrió las puertas en mi momento más difícil está en una situación en la que probablemente cierre, y eso me causa mucha tristeza.

Ojalá que mis alumnos se animen a seguir ahí, aunque entiendo que es complicado porque a algunos el nuevo modelo les parece muy engorroso y de otros sus papás muestran cansancio por cómo funciona; también me gustaría que se alcance la cuota de inscripciones necesaria para que el colegio permanezca, pero eso no está de mí decidirlo. El horizonte no se ve propicio, ya después les contaré si terminaron cerrando o manteniendo la escuela, incluso si yo tengo que retirarme de ahí por temas de presupuesto, me dará gusto saber que siga en pie.



 Demasiado tiempo, demasiado poco.

Ha pasado más de un mes que me conecté, me propuse cambios, fallé de nuevo, me enamoré y desenamoré, viajé y soñé, aunque también olvidé y perdoné.

Ha pasado tanto, en tan poco tiempo, y en términos reales, eso ha sido casi nada, a penas un parpadeo, a penas un abrir y cerrar de ojos de otro capítulo en mi historia. Probablemente digna de ser contada, o aburridísima y sin sentido. ¡Qué sé yo!

Únicamente vengo aquí a descargar mi mente de vez en cuando. Ya no tolero las desveladas, mi rostro envejece, mi cuerpo está cercano a pasarme factura.

La enfermedad afuera ha matado a parientes, a amigos y conocidos... Sigo dando clases, estoy aprendiendo otras tecnologías, me concentro un segundo en ser mejor persona, me distraigo una hora de serlo. ¿Ironías? O puede ser que no tenga la capacidad de lograr nada, que toda esta apatía me vaya a terminar consumiendo convirtiéndome en un ermitaño amargado.

Al final, todo es una historia. Se va a contar letra a letra, a pesar de que haya ojos que no merezcan conocerla. Nunca. Siempre. Adiós. Vuelvo pronto... Espero.



Hola amigos. He vuelto, es tiempo de aprender lo que se pueda, es hora de ponerme a disposición de la enseñanza y despertar e ir a dormir cada día como si fuera otra vez el último. Dejar atrás los males que me agobiaban es el siguiente paso a la libertad; un año a cuestas se dice fácil, pero no lo es.

Es momento de acrecentar el tamaño del análisis, enfocarme en lograr surcar los posibles errores y aprovechar los recursos para bien. Para el crecimiento y la proyección del plan, para la estructuración completa del negocio desde todos los ángulos, para escalar hacia el éxito, un paso a la vez.

Estos descalabros monumentales hacen mella en mi esperanza, sinceramente me hacen dudar y temer; de algún lugar he de conseguir las fuerzas o el cielo mismo me las regala para continuar levantándome y a pesar de todo abonar un paso extra.

Volver a la cobertura de la industria de las tecnologías me da ánimos; varias personas me dijeron que estaba cometiendo un error por aceptar ese empleo; entre las resoluciones a las que había llegado previamente estaba claro que iba a aceptar aquello que me pusiera de nuevo frente a la oportunidad de mejorar atributos, aunque eso significara reconocer con humildad que no habría vacante demasiado pequeña.

Del mismo modo no hay personas que sean demasiado ajenas a nosotros; influencia en menor o mayor medida hay, me gusta pensar en ella. Me gusta saber que se encuentra bien.

Inversión, inversión, todo debe ser inversión a partir de este instante. Inversión para rescatar mis finanzas, inversión para saldar pendientes, inversión para revolucionar mi entorno, inversión para el aprendizaje, inversión para el retiro, inversión para los deseos, los gustos y las características.

Desde una espalda desnuda hasta un punto rosa; de una piel tersa a una canción pegajosa. Las historias enlazándose tendrán pronto que salir a flote; y como dije un día: Lo haré. Tal vez no ahora, ni mañana, probablemente ni siquiera en esta vida a mí me toque, pero se sabrá.

Hay que recuperar los buenos deseos así como hemos recuperado un poco del pasado. Que se resuelva o no, lo dirá el tiempo, pero estoy abierto a seguir poniéndole mi pecho a lo que vaya a enseñarme la vida.



He Vuelto

Por
Hola amigos. He vuelto, es tiempo de aprender lo que se pueda, es hora de ponerme a disposición de la enseñanza y despertar e ir a dormir ca...

Voy a decirte que sí, pero la neta no volveré a intentarlo.

Voy a regalarte lo que quieras, y al mismo tiempo alejaré de ti mis pasos.

Voy a evitar incomodarte, para poder cavar mi escape.

En algún punto de su vida el redactor entendió que no se trataba de pelear, atrapar o trabajar hasta el cansancio y dejó que la conexión interna con el arte hiciera lo propio. Ya había cedido ante el desprecio ajeno, estaba en un punto bajo de su viaje, pero ahí seguía, a pesar de todo, escribiendo.

Si se tratara de demostrar que soy bueno, –se decía–, seguramente fracasaré de nuevo. Si la vida fuera acerca de conseguir mis sueños, –replicaba–, probablemente nunca consiga siquiera describirlos. Si acaso importara cada letra que mis pensamientos plasman, –pensaba–, después de varios millones, tal vez consiga ser leído.

Pues no es así, la negatividad haciendo acto de presencia desde el primer minuto de este nombrado "nuevo ciclo", cual por cierto, he de confesar de paso, no me ha parecido en nada distinto a un jueves cualquiera, fastidia de formas inimaginables, presionando la llaga.

Algunos de mis alumnas de secundaria con su atenta personalidad de niños, me abordan interesados para enterarse de qué es lo que me sucede. "Nada, un poco, algo, todo, no tengo idea". Mis réplicas una más evasiva que la anterior, ¿y si la música fuera capaz de convertirse en mi salida? ¿O tal vez contar una vivencia del pasado me sirva como tangente?

Me gusta escribir, así, en seco, franco, y a veces diferente, intercalar poemas y textos narrativos con honestidad impresa; pues al final, todo artista busca cada día la atención de su musa, por inalcanzable que sea. Pero uno que la herramienta que utiliza es la palabra, o bueno, un servidor al menos, una y otra vez encuentra formidables los atributos en su camino, anhelando estar metido en todas partes y al mismo tiempo, en ninguna, pues si las divas de mi historia tuviera la astucia de enumerar, desde mi abrir de ojos, hasta el doble de los días que llevo transcurridos sería la cantidad actual.

Es muy sencillo poner palabras que hablen del amor, de lo formidable que es el viaje al "fueron felices para siempre", lo complejo es estrujarte el corazón y con lágrimas de impotencia, entre los "te amo", "te extraño", "nunca voy a olvidarte", "siempre estaré para ti" y "eres lo mejor que me ha ocurrido" aplastando cada fibra nostálgicamente, declarar que seguimos en pie, dispuestos a aceptar lo que llegue.



 Mi cabeza es una sopa. Desde despertar y no saber qué estoy haciendo aquí hasta fastidiarme por el solo hecho de existir, "de qué sirve ser ingeniero" me pregunto, si nadie está interesado en pagarme por trabajar para ellos, y por cuenta propia, "de qué sirve a veces redactar", si no consigo construir una obra decente de todos los recortes, "de qué sirve tener acceso a tanta información que no está disponible para todos", si con ella no hago negocio y mis números rojos siguen aumentando, "de qué sirve esta vida" si nada más estoy aquí de paso, y no logro cuidarme para yo mismo funcionar correctamente.

Se está terminando el año; durante toda mi vida llegar a esta época significaba muchas cosas para mí, la nostalgia llegaba y me llenaba de dicha la sola idea de poder compartir con mis seres amados, en papel o de manera virtual me ponía retos para esforzarme en ser una mejor versión de mí, obsequiaba regalos de corazón a quienes me rodeaban, me enternecía con el amor que se respiraba adentro y afuera.

Hoy la situación es diferente, mi cerebro no deja de repetirse que ha sido un año difícil, el más complicado hasta ahora, tengo treinta y tres años, en casi un mes cumplo treinta y cuatro sin sentirme pleno, sin ganas de continuar, sin sensaciones de amor rodeándome. Agradezcan por mí aquellos que son dichosos de sentirse enamorados, felices y completos, yo estoy quebrado, en todos los sentidos que esa palabra signifique.

Una de las cosas que solía resolver mis complejos, temores y fracasos es el humor, pero incluso eso ha estado bastante lejos de lo que era. Y los amigos, estamos encerrados, estoy atrapado, con deudas incrementándose a mi alrededor, con decenas de problemas sacudiéndome cada hora, con terror ante el riesgo que supone para mi papá salir cada día a trabajar para darnos de comer. En mi mente, soy un mendigo, un pordiosero, un limosnero que vive del apoyo que sus padres le brindan, y no tienen idea de lo frustrante que es eso. Es hasta doloroso.

Cada mañana en cuanto despierto en lugar de sentirme feliz por estar con vida, me siento triste por seguir siendo un inútil estorbo. Pero qué quiere de mí esta humanidad, y qué puedo hacer que me saque de este agujero sin fondo, ¿llorar? Créanme que lo he hecho hasta el cansancio, ¿estudiar? También, continúo haciéndolo a pesar de no comprender por qué en todos lados estoy siendo rechazado. He perdido oportunidades que estaban ahí puestas para mí, me han botado de procesos en los que voy sobrado con todas las características que buscan, me han ignorado a postulaciones en las que no son necesarios conocimientos ajenos a mí y mi experiencia. En fin, todo este mar de decepciones me tiene harto, estoy como diría el mismísimo Grinch "hundido en mi propia miseria", aunque no sé para dónde voltear.



 Me piden que escriba, cuando me siento incapaz de hacer cualquier cosa que me pueda ayudar a salir adelante. Mis oportunidades de ser mejor desaparecen lentamente, y me atraviesa el cuerpo la idea de ser uno más del montón, en la próxima oportunidad que se me presente, sin lograr nada por mi cuenta, funcionando únicamente como otro mono (monkey) en el ensamble de producción de la gran maquinaria que es cualquier empresa que me de cobijo y me brinde la oportunidad de generar para pagar pendientes.

Así es, probablemente se avecine un futuro a corto plazo en el que estaré en un lugar en el que las capacidades cognitivas no sean requeridas y únicamente esté ahí presionando botones de manera sistemática; sin analizar, sin desarrollar, sin pensar; pues mis bondades empíricas dan la impresión de estar muchísimo más lejos de lo que la media en mi ramo representa.

¿Qué se siente estancarse en un mar de frustración y limitaciones durante un viaje con rumbo hacia el éxito? Es terrible. Como título de Easton-Ellis, "less than zero", cada detalle invertido en alcanzar tu cometido es un giro en el propio eje, al tiempo que envejeces, tu cuerpo se empieza a deteriorar por la pésima calidad de vida y te lamentas cada segundo por los errores cometidos que no permiten que liberes tu pensamiento y empieces a producir.

Además, con tantas obligaciones por cumplir, tantos métodos que realizar a rajatabla, tantas reglas que obedecer, únicamente te queda pudrirte en el olvido. Despreciado, sin aliento ni esperanzas, y solo, completamente solo... Porque aquello que más te horrorizaba se volvió el fantasma que te acecha cada noche y se roba tus sueños, ese mismo que te muestra en la mañana cómo va muriendo tu entusiasmo creativo poco a poco. ¿Y qué será de mí? Te preguntas todo el tiempo. Si acaso mi condena fuera en prisión, tendría el privilegio de contar los años que me faltan hasta que se cumplan mis días de castigo y algo disruptivo suceda conmigo al volver a la libertad. Pero vivir dentro de esta cápsula de decepción, sin capacidades óptimas para utilizar las herramientas que me rodean, sin aprender nada nuevo con la astucia necesaria para hacerme suficiente y dar verdaderos pasos, solo es veneno. Un veneno que acaba con cualquier ilusión que alguna vez hube tenido.

Ni siquiera se me dan las letras como en algún momento lo anhelé, convirtiéndome lentamente en un bulto inerte de porquería; hasta en eso era mejor el escarabajo en el que terminó Samsa. ¿Qué pasará conmigo? La incertidumbre y la duda me hieren cada día, no tengo idea, de verdad, no lo sé. Me consumen deudas conforme pasan las horas, y no he sido capaz de producir un céntimo más de suficiencia. Cualquiera con algo de ego diría: "Hey, hago lo propio; estudiar, prepararme y seguir aplicando", pero la verdad mi caso, en esta ocasión se siente diferente, es como si cada día atravesara un juicio que se reinicia una vez finalizado el anterior en el que continuamente salgo culpable de todos los cargos.

Y con esta culpa en mi alma, este dolor apretándome el pecho, este autodesprecio ante mis limitadas capacidades y este peso enorme que supone existir en estos tiempos; las microdosis de veinte minutos redactando son una necesidad de escupir un poco de este desagrado y frustración, para poder seguir pataleando a la mañana siguiente contra corriente en las atormentadoras aguas del gris entorno distópico en el que se encuentra sumergida mi mente.



 Estoy aquí una vez más, pasadas las tres y media de la madrugada, el ruido del aire afuera es intenso y delicioso para un clima como el que es habitual en Colima, se escucha una alarma doméstica de fondo, perros ladrando y carros a la distancia.

Mi mente está triste, me encuentro más preocupado que nunca antes en lo que va del año; las cuentas ya no me salen, veo cómo lentamente se termina este ciclo y sigo sin ser funcional para el entorno que me rodea. Apenas ayer me sentía esperanzado con volver a enrolarme en la vida laboral de manera útil, con tremendo fracaso como desenlace en la entrevista que me dio para abajo, y lamentablemente no puedo dejar de pensar en cómo se me fue esa oportunidad de las manos.

En ocasiones me gustaría no ser tan pasional con mis metas y permitirme fluir libremente entre lo que me rodea; de hecho, había venido haciéndolo constantemente durante las últimas semanas, sin cerrarme a oportunidades y dedicándome a proponer. Pero al final no depende únicamente de mí; la consecución de penas y el entorno han sido parte fundamental en mi lucha por continuar. Atrás quedó, muy lejos de mí, la versión que se sentía capaz de alcanzar sus sueños, ahora solo pienso en poder dormir mañana o al menos seguir pataleando para no hundirme.

Innumerablemente me he repetido la frase de "esto es temporal", conforme el tiempo transcurre y mi ignorancia queda evidenciada, esa temporalidad me aterra. Es desgarrador no poder apoyar a mis papás como quisiera, es tristísimo encontrarme en una localización geográfica casi todo el tiempo sin poder moverme y hacer algo por mejorar, por falta de recursos, y ahora también, conocimientos.

Lo que depara el día de mañana para mí no está claro, a este punto no sé siquiera cómo voy a iniciar el próximo año o si terminaremos completos el actual; por que obviamente ese es otro de mis miedos y una cosa que me desalienta. Nadie va a venir a ponerse en mi lugar, darse cuenta de lo mal que está mi situación y regalarme un millón de pesos para que vuelva a activarme, nadie la hará, y estoy consciente de ello. Así que el adeudo de mi casa seguirá creciendo, probablemente hasta la pierda; los otros pendientes económicos también, ahorcándome. Y mientras, muero lentamente, en la autodecepción.

Lo reconozco, es hermoso ver cómo algunos de mis conocidos y gente en mi entorno crece a pesar de la situación en la que estamos metidos todos; me congratulo con sus logros y al mismo tiempo me aflijo con la inexistencia de los propios. Sin viajes, recursos, negocios, talentos, nada. Es cierto que desde un inicio he admitido que cualquier posesión es vanidad, pero vivo en este mundo, aquí nací, en estos tiempos, es lógico que también quiera poder construir un poco para dejarlo a quien termine conmigo esta historia.

Para cualquier novela, por entretenida que sea, cuando el héroe cae de manera recursiva en un ciclo de inminente derrota, si no se aplica un "deus ex machina", todo se iría al caño. Bueno, así de cerca estoy de que este trayecto termine del mismo modo. Solo me queda un comentario más por hacer ahora, a los que estén activos: Sigan haciéndolo, los necesitamos más todavía. A los que como yo, no encuentran la salida: Sepan que tal vez caigamos en la desgracia, pero el golpe no será del todo culpa suya, vayan preparándose.

No les voy a predicar esperanza, ni les voy a decir que mañana será mejor, solo les aseguro que si están conscientes de que pueden desvanecerse ahí mismo, la inminente aceptación de la caída será un proceso menos doloroso. Porque cierto es que, como dijo Jobs: "Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón". Abracen, rían, lloren, coman, beban, bailen, canten, lean, escriban, amen.



 I know you think that you're not good enough, but instead of complain, keep learning whatever you can.

Of course you know geniuses and you're not even close to have their skills or qualifications; take it easy, you're running your own race and its versus your fears and limits.

Instead of wasting your time looking around or watching past times, be coherent with your dreams and continue moving.

For sure a lot of people will reach there before you can even open and close your eyes, but take it as something nice to see during your way to get what you deserve.

Never stop dreaming, but live everyday killing stupid fantasies and doing whatever can make your goals happen.

Don't cry about what you have failed anymore, rather celebrate what you have experienced and who you are today.

You're alive, you feel great, you're motivated, you will help others as much as they are helped you until now; because you're full of love to give (this is much more important than misery and self pity).

Use this post as your mobile-browser's home page. 

And remember: You have no to lose, there's nothing else in your bag, learn as much as you can.



 Si hace bastante que no escribía es porque estaba pasando por un periodo de adormecimiento intelectual, las ideas no fluían correctamente, las palabras no daban de sí una para ser redactada posterior a la otra, pero he venido aquí esta noche, en medio de la madrugada, porque tengo una confesión que hacer:

Con nadie en mi vida he podido liberar esa parte de mí que debería de causarme vergüenza por los complejos y temores, si un poder especial tienes, es precisamente ese, que estás cerca y logras mantenerme cautivo mientras extraes cada una de mis vivencias y provocas que mi gusto por ti crezca.

Conoces al cínico, al gordo, al débil, al deprimido, al frustrado, al molesto, al agradecido, al maniaco, al obsesivo, al desesperado, al torpe, al frágil, al valiente, al entregado, al honesto, al justo, al desagradable, al fastidioso, al incompetente, al luchador, al virtuoso, al descarado, al arrogante, al misógino, al engreído, al estudioso, al repulsivo, al caprichoso, al pasional, al distante, al enamoradizo, al cansado, al romántico, al esperanzado, al talentoso, al triste, al divertido, al simpático, al amable, al asocial, al bibliófilo, al melómano, al espiritual, y estás a un paso de conocer al monstruo, sin mostrar siquiera un poco de miedo, eso es lo que más me agrada de ti.

Con sinceridad, al cabo de los años a cuestas de conocernos, habiéndote hablado de cada uno de los rincones de mi existencia y dificultades durante la misma, sin importar lo grandes que hayan sido mis errores o terribles mis problemas, a pesar de las enfermedades; entre las sombras, como esa parte de mí de la que contadas personas podrían dar testimonio, te encuentro.

Se mantiene entre nosotros una conversación continua sin importar los lapsos de inactividad, pues mutuamente respetamos el valor que cada uno le otorga a su vida y prioridades; sin molestarnos o andar justificando la dosificación de atención, sin mostrarnos reacios y ante un mutuo consenso jamás emitido en palabra o texto, seguimos uno para saber del otro.

No estoy seguro de que esto sea amor o un afecto fraternal simplemente, entiendo que lo consideres de la misma manera; sin embargo, el respeto, la admiración y la atención que nos brindamos es suficiente para motivarme a escribir estas líneas con toda la experiencia acumulada.

Entre mis planes conscientes nunca estuviste, probablemente nunca más estés, pero estas letras sí son dedicadas a ti; pues a pesar de no sentir la explosión emocional que en mis enamoramientos antaño, el aroma a frutas y colores brillantes que me provocaba con su presencia Angie, el brote de espuma satisfactoria en mi estómago rebosante de alegría ante el que sucumbía al escuchar la voz de Bertha, o el torbellino de pasión desenfrenada que ponía alerta cada una de las fibras de mi cuerpo al pasar mis manos sobre la piel de Daniela, además de un par de casos fallidos que únicamente me hicieron comprender lo inexperto que soy en las artes amatorias; lo dicho, lo escrito, lo planeado y lo pactado, cada acuerdo que hemos realizado, me hace sentir en mayor medida interesado por ti.

Imagina el tamaño de la explosión que provocó en mi interior el gozo al saber que nos atraen las mismas fechorías, y por "fechorías" sabes tú perfectamente a qué me refiero, pero entre eso: El sarcasmo, el humor negro, el antiheroísmo, el pensamiento crítico, las expresiones atípicas, el fuego y el tiempo.

Hablar de dimensiones, distancias o idioteces del día a día, mientras se me escapa una sonrisa o un pequeño pensamiento contigo como protagónica recorre mi mente, sin darle más vueltas al asunto y aferrarme a una alucinación probable, estás ahí, que es lo importante, únicamente quiero decirte eso: Gracias por estar.




 ¿Es triste despejar dudas? El fracaso es una constante que inminentemente encontraremos adelante, sin importar el rumbo que tomemos, tarde o temprano la tristeza de no conseguir lo que anhelamos se hace presente. Así que, aunque triste, es catártico.

Llegar a un punto en el que tras analizar la consecución de decisiones te des cuenta que eres lo que eres como resultado de todos tus errores del pasado; poder agradecer sin embargo, que las experiencias vividas no han hecho más que nutrir tu alma y espíritu, es una enorme victoria.

Hace días veía una publicación de una chica extranjera en la que comentó algo que me gustó mucho: El mexicano siempre ve la virtud en las situaciones, no importa que le haya ido mal o bien. Si le fue bien, lo celebra con todo su ser y si le fue mal, toma con optimismo el aprendizaje adquirido.

Ya sabes, el proceso de reincorporación ante el duelo es complejo; pasando por todo el tiempo que supone la negación, después hay que aceptar que las cosas no son para uno, a veces esas etapas permanecen con uno durante años. De ahí el enojo, la ira, el coraje, lo que venga consigo...

Pero estuvo bien ilusionarse, siempre es bueno intentar, mejor es que el mundo reconozca que no pudiste conseguir algo que te vieron comprometido a alcanzar, en lugar de no haber movido un solo dedo. Porque peor que el fracaso es la mediocridad de la inacción.

Los deseos van a seguir llegando, y tanto los objetivos como los obstáculos son entes dinámicos. Tenía que sacar lo anterior de mi sistema, necesitaba expresarlo en algún lugar y que quedara evidencia.



 Más de un mes sin pasar por aquí, pues no tenía ganas de casi nada, las situaciones en mi entorno se complicaban lentamente hacia un destino catastrófico, los miedos hacían fila para doblegarme. No recordaba la última vez que tuve una razón para celebrar, el año se comportaba peor de lo que esperé... Hasta que me llegó una noticia que transformó mi paradigma de cómo venía viendo las cosas.

Atracción hacia lo bueno, aceptación del éxito en pequeñas dosis en lugar de victimizarme por la seguidilla de fracasos. Volví a ser otra vez yo, con un montón de cosas a cuestas, pero feliz de poder agradecer a la vida. "La gente que nos rodea se sigue muriendo a montones", fue algo de lo que me dije, deseaba convencerme de que por mal que estuviera, muchos la estaban pasando peor.

Escribir quedó demasiado abajo en mi escala de prioridades, leer me costaba un trabajo titánico. Tuve que girar la tuerca, cambiar la dirección hacia la que observaba, y entonces me di cuenta: remaba contra corriente, el mundo en medio del colapso y yo queriendo tratar de mostrar cosas que todavía no era, deseando aprender tecnologías para las que anhelaba ser bueno, aplicando a posiciones de las que nunca me hablaron.

Y sí, opté por dejar que el tiempo decidiera por mí; ya había hecho decenas de jugadas sin lograr ser aceptado, las empresas no me querían, ¿será que estoy en una especie de lista negra?, detalles que nunca sabré. Lo que sí sé y por lo que vine hoy, es que me convertí en el vivo ejemplo del sobreviviente a las arenas movedizas que dejó de luchar contra ellas.

Durante toda la previa, morí y reviví sueños repetidas ocasiones; hasta que una tarde, cansado de fracasar en mis intentos, recibí una llamada, en la que se me ofrecía dar algunas clases de computación a niños. En mi pensar profesional (con el ego de un ingeniero a tope) siempre me dije que los profesores de materias tecnológicas no son más que personas frustradas que no encontraron cabida en su rubro laboral, así que terminaron en docencia. Lo dije y ahora lo vivo, no sin antes expresar mi más profundo respeto a los que se encuentran en un contexto similar, he comprendido cosas que antes, por mi visión incompleta, solamente ignoraba.

Desde el primer día me prometí ser un tipo de instructor que enfocara su esfuerzo en ver a los alumnos dominando los objetivos; pero me puse límites como si fuera un estudiante más: No voy a hacer exámenes, no impondré tareas y todas las actividades relacionadas al tema se realizan en clase.

Con esa metodología en mente, la logística para conseguir recursos será importante; y la utilización de herramientas en línea durante este periodo obligatoriamente digital será la base para conseguirlo. ¿He de lograrlo? No tengo idea, pero al menos me esforzaré en ser la clase de mentor con quien yo me hubiera llevado bien. Además es cuestionable el hecho de que otros quisieran vivir las condiciones de "desempleo" por las que atravieso; por lo que en lugar de estarme quejando, dedicaré más energía a agradecer y prepararme en lo que pueda.