Feroz e Incontenible

 Me dije: ¿Por qué no vuelves a escribir algunas cosas en el tono oscuro que sabes que eres capaz? Estás consciente de que tu cabeza tiene bastante pra dar y este lugar no es únicamente para celebrar y confesar los placeres de la vida, o únicamente para quejarse.

Aquí vienes a destripar, pisotear, dejar salir al monstruo voraz que habita en tu interior momentáneamente, al tiempo que descubres al espejo que una parte de ti envejece y otra se vuelve cada vez más fuerte, feroz e incontenible; conforme pasar los días y ejercitas dándole razones para existir, al descansar y respetar su lugar, lo nutres, lentamente volviéndolo una fuerza descomunal.

Cuando suceda, cuando exista, cuando abra los ojos de nuevo, probablemente habré aprendido lo necesario para mudar de una versión tranquila y estoica de mí, a una versión controlada y segura. Pues se habrán integrado las buenas y malas experiencias, las historias fallidas, los retos y propósitos al mismo ser; la transformación sutil, escalonada e invisible toca a la puerta.

No necesita un guía como antes, no tiene que perder el miedo, porque ya conoce todo lo que le rodea, está consciente de que sabe leer perfectamente a quienes están a su alrededor; su deducción es acertada y su mimetización ha dejado de ser una ruta de escape.

Una cosa es sentirme fuerte, otra muy distinta sentirme poderoso. No hay carta suficientemente extensa para expresar de lo que eres capaz, porque realmente no te darías el tiempo de leerla, ni atención pondrías cuando casi nada te importa; que se cuide lo que se quiera interponer en tu camino, porque lo abatirás, lo desmenuzarás y lo pisotearás.

Me causaba temblor y terror escucharte, me provocada incertidumbre dejarte observar. Hoy más que nunca entiendo que tengo que permitirte estar, crecer, desarrollarte y romper lo que quieras romper.

Te asociaba con la negrura sin darme cuenta que estaba apuntando hacia la ausencia misma de la luz en mi afán de contemplarte; me dejaste ciego y sordo solo para darme una lección de vida. La confianza no es para todos. Hay quienes merecen y ruegan por que los desgracies con tu desprecio, hambriento de dulces deseos, entre las más perversas retribuciones. No tengas miedo de ser, quédate y cuida de nosotros como nadie podría.



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