¿A qué edad es bueno empezar a escribir como obseso por las palabras? Hoy escuché de una película, mientras uno de los personajes confesaba que escribía, el otro respondió: "Todos lo hacen". ¿En dónde queda esa cualidad que te hace especial cuando vives en un mundo en el que cualquiera hace lo que tú? ¡Qué fastidio!
Mis antiguos compañeros se han ido, están todos en Canadá, yo me mudé a CDMX porque quería también experimentar un cambio; sin embargo la nostalgia me parte el corazón en dos, por un lado, anhelaba que mis compañeros me hicieran parte del equipo y me quisieran como yo a ellos; por el otro, necesitaba un cambio pronto, pues la situación alrededor de mi persona hacía mella en mis emociones, mi situación física y claro que en la intelectual.
¿Se imaginan tener mejor fortuna en la vida? El hecho de que no me haya enfermado casi nunca, que ame estar tras una computadora generando proyectos gozando de un excelente empleo y de vez en cuando me pueda desahogar con letras es lindo; ¿será que soy tan terrible al escribir que todo lo redacto en primera persona y vuelvo cada uno de los textos para mis lectores una muestra de egocentrismo desenfrenado? Si supieran que en mi pensar casi todos los que he conocido son mejores que yo en un sinnúmero de cosas.
¿Qué puedo hacer? El año está a nada de terminarse y creo que va siendo hora de cambiar de mentalidad; es momento de alegrarme por cada una de las mañanas que el cielo me obsequia, por el placer de ver a las personas a los ojos y sonreírles de vez en cuando, celebrar el hecho de que dondequiera que me encuentre, siempre hay un par de padres y una hermana recordándome con amor.
Esa gente es la que está pegada a mi corazón, en medio de las decisiones, compromisos y relaciones hay un mundo de ángeles protegiéndome; las palabras de la gente que me quiere, son lo que me recuerda quién soy, en dónde estoy y hacia dónde voy; porque como dice el verso: Todo lo que soy, lo que tengo y lo que he recibido es regalo suyo. Así mis sueños, deseos y convicciones siempre están del lado correcto de la historia; y aunque me haya ido mal en algunas cosas, un mar de posibilidades hace que vuelva a mi camino, en el que se construye una vida de amor, bendición y bondad para los que me acompañan.
La diferencia entre viajar y vivir ahí; quiero conocer lugares, quiero salir de mi zona de confort, me maravillo de cómo mis conocidos van por el mundo, los veo en Estados Unidos, Canadá, Francia, Italia, España, Alemania, Rusia, Inglaterra, Australia, Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, Finlandia, Noruega, Japón, China, India, Corea, Sudáfrica, Marruecos, Portugal, Turquía, Croacia... Y yo, bueno, yo sigo esperando mi momento.
Antes me preocupaba de lo muy abandonado que me quedaba con respecto a los otros, y es que analicémoslo, desde el principio de mis días las consecuencias de la benevolencia divina, la gracia del Señor, o como sea que se llame, se han visto más lentas para mí que para los demás; he sido un soñador de closet desde el inicio, queriendo conseguir grandes cosas, ideando proyectos y empezándolos desde poco o nada, si una cosa ha sido constante para mí creo que es la capacidad de soñar, de pensar que un día el favor del cielo me va a llegar y las puertas de arriba derrocharán bendición... Ok, tal vez nunca ocurra, probablemente no conquiste mis anhelos, qué más da; me encuentro en un instante de la vida en el que he aprendido a valorar todo lo que llegue, desde la austeridad de no tener un centavo para comer, hasta la dicha de poder bendecir a los que pueda con lo que he recibido.
Aunque claro, he de confesar que me pone un poquito nostálgico no ser como la mayoría de ellos; pues he visto cómo mis amigos se quedan con las mujeres más atractivas y hacen familias con ellas, cómo es que algunos rodean el mundo y muestran lo bien que les ha ido, haciendo fortuna por montones, también que no dejan de estudiar y prepararse para ser mejores; mientras que yo, aunque pueda jurar que lo intento, quizá no tengo la capacidad lograr la gran cantidad de cosas con las que hube imaginado cuando era un pequeño niño, ansioso por aventurarme en la vida jugando en la casita de cartón cubierta del amor y la protección de mis padres en la que vivíamos.
Fui feliz, es más, siempre lo he sido; porque por más oscuros y ruines que lleguen a parecer mis tiempos sé que hay personas a las que puedo recurrir y en las que puedo confiar cuando las tardes sean más tristes, ellos me proporcionan la mayor riqueza y fortuna que el mundo pudiera desear; tal vez nunca haya viajado a su lado, tampoco nos hemos ido una semana de vacaciones, pero están ahí, para brindarme de su cariño en los momentos que más los he necesitado.
Y como comentaba, hay gente alrededor que parece vivir en un expreso, llegando a todos sus objetivos muchísimo antes de lo que imaginé. Por ejemplo: empecé a amar la lectura muy entrado en años, me enfoqué en escribir más viejo todavía, el placer por programar lo adquirí durante la carrera, mi gusto musical se enriqueció hasta mis veintes, comencé a estudiar profesionalmente paralelo a mis amigos generacionales terminando sus carreras, no he conocido a mi pareja y estoy en mis treintas, me fasciné por las computadoras y los videojuegos desde que tengo memoria, mi primera computadora la compré en el tiempo que ya trabajaba, mi primer consola de sobremesa la obtuve hace a penas un par de años, salí por primera vez de mi estado natal para hacer inventario para la empresa en la que trabajaba en mis tiempos de facultad, me alejé de mi zona de confort (la casa de mis padres) cuando tenía un cuarto de siglo; y así podría seguir, analizando que el andar de los días para conmigo ha sido diferente.
Me podría poner melodramático y lamentarme por el hecho de no haber disfrutado de muchas cosas como mis viejas amistades; porque seamos sinceros, me ha costado establecer relaciones y hay cosas que me atemorizaron a las que no me atrevía; yo nunca fui de fiesta, los antros o bailes no me llamaban la atención, me horrorizaba el que mis papás se decepcionaran de mí si en algún punto llegaba ebrio, drogado o semejantes, así que me volví abstemio por determinación propia; tuve que sufrir de un par de rupturas amorosas muy dolorosas para entender mejor el funcionar de mi mente y corazón, para reconocer que la sinergia entre varios aspectos de mí era lo que me permitía funcionar mejor (espiritual, moral, intelectual, emocional, físico, social y mental).
No voy a mentir, a veces siento justa envidia por el éxito de los demás; por cómo ellos van avanzando a pasos agigantados alcanzando metas, adueñándose de todo cuanto les rodea, en lugar de solo estar consumiendo oxígeno. Espero tener la energía suficiente para continuar sorprendiéndome ante el azar que el destino haya colocado y lo que el mañana tenga escrito para mí. Pues como dije un día: El pasado está plasmado, el presente lo controlamos, y el futuro está en nuestras manos.
Los momentos de ansiedad a media noche tras despertarte con la serenata de los vecinos son cero cool. Estoy a poco más de un mes de que el año termine, y la oscuridad lo sabe y me coloca en su punto más siniestro, por eso mis manos tiemblan, mis uñas se acaban, mis labios se resecan, mi cabeza duele, mis pensamientos se enciman uno sobre el otro, el palpitar de mi corazón se hace uno con la inquietud intrigante del segundero y empiezo a sudar estando a diez grados, horrorizado ante quien esté viéndome sufrir desde la ventana evocando una obvia sonrisa burlona.
A nadie puedo desearle ese tormento, cuando los huesos de la espalda crujen no importando hacia donde intente acomodarme, está claro que tengo que aguantarme. El ardor de los ojos combinado con la imposibilidad de girar la cabeza de modo que la comodidad vuelva a mí. Pero no es solo eso, el continuo susurro de mis miedos crece, debería de tener algún significado que hasta ahora desconozco, o probablemente sea solo eso, el súbito deseo de conocer mi entorno es lo que atemoriza a esa parte de mí; pues todos tenemos un yo oculto que no nos gusta dejar libre, alguien que asimila distinto la realidad y los valores.
Una tercera voz acaba con la armonía del momento; los ruidos son reales, están caminando hacia mí y no sé cómo confrontarlos. Tengo que irme por hoy, dejarle que controle mi mente y se haga cargo de mis sentidos, espero me extrañen aquellos por los que en un punto hice algo, o tal vez no recuerden ni quién soy, pues nunca me vi abundante de una personalidad cautivadora, y hoy menos, el silencio va a ser una de las características que lo describa, como una vez hizo conmigo, seguro hará de nuevo. El presionar de sus brazos rodeándome la garganta se hace presente, claro que es más fuerte. Mis mejillas entumecidas se entregan a su voluntad, la cabeza me arde, me quema. La vista se nubla, gracias por darme otra oportunidad.
Y las palabras de esa desagradable criatura fueron: Suelo creer en todos, menos en mí.
Para mis compañeritas:
La vida es mucho más que solamente una canción, si tan solo pudiera hacerte entender lo hermosa y maravillosa que es tu compañía para mi vida no habría lugar a dudas, tú comprenderías.
Cada vez que la mañana me despierta agradezco al cielo el haberte puesto en mi camino, es probable que para ti parezca algo difícil de entender, y no más que otro cumplido. Pero mis trayectos significan introspección y palabras de amor dirigidas al que lo ha hecho posible. Sin ti cerca, todo sería un fastidio, irradias calor con tu magnífica personalidad, tu dulce manera de ser, me ayudaste a ser libre.
Números podría arrojar al por mayor, en vísperas de explicar cómo me haces feliz; no hay música que me inspire más, o que me saque del abandono, no hay noticia más agradable, que saber tus ojos frente a los míos, que el silencio nos contraiga, nuestros cuerpos se aproximen, y tu voz susurre a mis oídos que estás ahí para mí, que hable, que no me limite, que me quieres ver sonreír.
No estoy seguro de alcanzar a tocar un poco tu corazón con mis letras, pero el sentir tus manos, lo confieso sinceramente, me lleva a un sitio tan reconfortante, como el abrazo de una dama a un niño que solía sentirse olvidado, como el primer beso en los labios de quien solía ser por todos ignorado.
Mi alma se alegra cuando estoy contigo, los fines de semana extensos son un terrible martirio, pues no te veo, no te siento, no te escucho, no estás aquí conmigo.
Hoy me quedo un poco triste, pues un tiempo sin vernos tendremos pronto. Espero que los versos provenientes de mis pensamientos hacia ti queden firmes como un recuerdo constante de que te siento parte mía, pues de aquí en adelante veré un poquito de ti al salir el sol de cada día.
Te quiero.
Mexican IT companies are using not-IT people to offer IT positions; then there are a lot of IT employees without a clue working on IT. That’s an idiot problem. Candidates telling lies, companies buying and selling lies. Is this a big deal? Of course it is, it’s a very expensive one. People who has no idea about the work are taking it, just because a lot of mexican engineers are too lazies to learn another language.
Why is this incorrect? Well, it would take time for me to explain, but basically we’re destroying the behavior of next generation related to IT world. It used to be an environment prepared for people with some values (the ones that you learned in an IT career), but from now often, different kind of “values” are entering to scene.
As for example, when you’re an engineer you know that your work is to investigate and do the maths in order to resolve problems; but people from other careers (most of them), they normally use another methods (sometimes unscrupulous) to get a similar resolution.
It’s because of that we have (writing about code) tons of lines of garbage, lack of consistency and obviously, unsecured information.
Maybe not today, but the time will be the best tool to measure and verify the negative effect these conducts are causing to our entire economy.
[Sorry to people who isn’t from IT, this message is for the guys in the other side of the knowledge, those ones who after have been prepared, think they are too good to update their minds with something else.]
// I got this from old notes, copied from somewhere I forgot. Nothing personal to anybody.
Escribo para ti,
porque te amo,
y no es la forma de las estrofas lo que lo decide,
o tal vez sí.
Creemos en el arte que idealizamos,
así mismo nos apasiona lo "mejor",
sin saberlo,
nos volvimos víctimas del dolor.
No lo entiendes por no atreverte a abrir los ojos,
pero aquí sigo esperando paciente,
por un beso tuyo,
inminente.
Escriben así y se hacen llamar escritores; por el hecho de ubicar las frases para dar estilo a párrafos utilizando formas y aprovechándose de los espacios vacíos. ¿Así de vacíos están los cerebros de los lectores? Probablemente no. Quizá me cueste trabajo reconocer la profundidad de las pocas palabras tanto como asimilar positivamente mucho del arte contemporáneo o la música moderna. Hay posibilidad de que esté envejeciendo en el trayecto, o simplemente que me esté dando cuenta de lo mucho que nos han timado, y cómo es que vivimos en una sociedad que lo fracciona, modula y capitaliza todo. Incluso en la industria de las tecnologías de la información (que es en la que desempeño mis labores), ahora son más comunes las entregas de solo una pieza de la solución para así poder comercializar el conjunto de sus partes.
Pensando lo anterior, está colocada tan internamente en nuestro subconsciente esa idea, que no vacilo en dudar el hecho de que las personas de esa forma se comprometen, entregan, responsabilizan, abren o expresan en estos días; siempre dubitativos ante el hecho de ser o no genuinos; por eso la cantidad inconmensurable de memes que atraviesan nuestros dispositivos a cada momento, porque hasta las opiniones y los gustos los brindamos en fracciones diminutas. ¿Y todo para qué? ¿De qué le sirve al ser humano hacer millones de amigos cuando, por su falta de características individuales se vuelve uno más a elegir, tan reemplazable y ordinario como cualquier otro, pues no aporta ni nutre en ningún sentido la relación para con él?
Nos encontramos en un punto de la historia tan preconcebido y moldeado que todo cuando imaginamos está ahí por una razón y con un fin previamente establecido; nos preparan en centros educativos para formarnos con un modo de pensar en específico, donde el mundo laboral es una continuación del mismo, nos colocan metas inalcanzables a cambio de fugaces sensaciones de triunfo y felicidad, nos llenan de chatarra comercial desde el momento mismo en el que nuestros sentidos comienzan a captar información, nos ofrecen lo que queremos recibir, nos dicen lo que queremos escuchar, nos muestran lo que queremos ver, todo servido a la carta.
Y creemos en nuestra miserable y vana concepción del entendimiento que estamos andando por un camino único, que nuestra voluntad la estamos cumpliendo con base en las experiencias, las coincidencias, las adversidades y el devenir de las cosas. ¡Cuánto hemos fallado en atender que lo más valioso que poseemos es la oportunidad de producir para otros! Aislándonos y concentrándonos en el ser, en el tener y conseguir para nosotros mismos, para mera y superflua satisfacción de nuestro ego.
Tengo que decirte algo si llegaste a esta línea, no la he redactado con intención de ofenderte a ti, tus gustos, tus metas o placeres, cada uno es responsable y tiene derecho de interpretar la vida en la manera que va comprendiéndola. Solo deseo pedirte un favor, uno pequeño, que si el día de mañana vez a alguien triste, con el rostro o la mirada de estar teniendo un mal día o que su semblante grite una lucha interna, haz lo posible por regalarle una sonrisa cordial, un saludo amable y de ser factible un abrazo afectuoso; recuerda que aunque cualquier cosa positiva o negativa que el entorno tiene para darnos es vanidad, todos hemos pasado por malos ratos y podrías ser el factor agradable que repercuta la memoria de su día.
Estoy otra vez intentando cerrar los ojos, abandonar las ganas de extrañar. Pero la misericordia tiene más de un nombre, no quiero claudicar.
Sigo sobrio, de las cadenas que me hacen recordar sus dulces labios; escapé, pero en la lúgubre soledad en medio del silencio su ausencia me acongoja, el aroma de su cuello presente estaba en lo que soñé.
¿Estoy intranquilo? Probablemente no; solo encontrando la manera de mis pensamientos colocar en orden. Las risotadas al otro lado de la pared me despiertan, el murmullo de quienes han salido a divertirse hace mofa de mi triste situación de pesar tras darse cuenta.
Tendría que escribir un poco como salida a mis ataques de ansiedad, no me siento mal, pero es mejor así, por si acaso mañana no tengo nada más para decir.
¿Has visto al despertar entre el frío y la humedad de lágrimas que hubieses derramado antes sobre la almohada los ojos escarlatas de un ser aterrador que presume estar ahí simplemente a tu cuidado? Algo de esa índole seguro que te habría asustado.
Pero bien es real que ya me ha sucedido antes; a las tres con treinta y tres me he despertado ansioso más de una vez en el pasado, y entre las sombras al caminar unos cuantos pasos recuerdo el brillo colorado.
¿Qué es eso que más que darme miedo me conmueve por no saber con certeza sus motivaciones, o si solo es el efecto del desvelo en mi cabeza lo que provoca esas desquiciadas maquinaciones?