Justicia

Una historia de amor escrita con letras de sangre, una muestra de lo que un ser es capaz de hacer con tal de estar cerca de la persona indicada; el problema aquí, como en muchas otras instancias, es cuestión de perspectiva.

Decir, él mismo, que la ha matado porque no deseaba compartirla con nadie más, aparte de ser un acto aberrante y cobarde, explica en mucho la magnitud del ego que tiene sobre sí mismo. Probablemente era amor sincero, pues las muchas cartas de amor encontradas en el interior de su alcoba lo confirman, sin embargo, hasta qué punto podría uno mismo permitir a ese amor crecer alimentándolo al grado de no comprender cuando un acto ha sido bueno o malo.

La investigación entregada por los peritos a la procuraduría afirma que el suceso se dio mientras la víctima se arreglaba para su nuevo pretendiente, el acusado, siendo las mil novecientas, ingresó saltando la cerca del vecino y con un químico venenoso en mano (que se presume es una versión viral de gas mostaza) y una máscara antigás lanzó el paquete que al estallar la bolsa plástica contenedora liberó la sustancia; la víctima, habiendo recién salido del baño, se encontraba en su habitación cuando el producto se disipó en el aire donde unos veinte segundos después, el cuerpo tendido e inerte era desnudado y penetrado por el acusado.

No existen testigos que confirmen el hecho, sin embargo ha sido él mismo quien con lujo de detalles y un nulo sentido de culpa el día de hoy, al filo de las cero seiscientas horas presentándose a la puerta de mi casa, como fiscal distrital, me ha contado su completa versión de los hechos.

El punto aquí, su Señoría, es documentar e investigar si el mismo se encuentra en cabal goce de sus facultades mentales. Debido a lo cual, me he puesto en contacto con diversos especialistas de la mente durante el transcurso del día con la única cuestión de si el mar de amor es o no motivo de desbordes emocionales y mentales de esa magnitud.

La lista es larga en cuanto al número de personas que históricamente han, o hemos, pues me cuento entre ellos, padecido grandes aflicciones como consecuencia de un amor mal correspondido.

Quisiera que las personas del público y los miembros del honorable jurado aquí presente mediten su opinión respecto a la mencionada situación; sobre todo quiero que definan de manera clara la delgada línea se rompe al separar a un ciudadano decente para convertirlo en un enamorado demente y posteriormente en homicida de bajos escrúpulos.

Sin más por agregar en este turno, quedo a la espera de respuestas factibles por parte suya primeramente y posterior del jurado en general; y que la misma quede documentada al final del documento de dictamen. Pueden hacer pasar al acusado para que por su propia cuenta realice la pertinente declaración.


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