Ortografía

Yo inicié escribiendo con una ortografía pobre, pésima, casi como la de algunos de ustedes y peor aun que la de otros de los que aquí publican. En un principio, mi intención única era presentar mis ideas a todos y que todos se dieran cuenta de que “tenía algo que decir”; con el paso de los años descubrí que valía tanto la idea en sí como la forma de expresarla, y es que, sin llegar a ser ridículos, pero cuántos de nosotros hemos leído documentos formales (como tesis, por ejemplo) y los ojos empiezan a arder a media lectura debido a la enorme cantidad de errores ortográficos que uno se encuentra a lo largo de papeles y papeles.

Si bien en un principio pensaba que eso era superficial y no le daba mayor imprtancia, las redes sociales y el pésimo nivel de gramática que tienen varios de mis “amigos” para expresarse me hacen suponer que el instantismo actual no provoca otra cosa que el deterioro de nuestra hermosa lengua; y es que, aceptémoslo, nos volvemos “cagantes” al corregir la manera de escribir de los demás, pero nos sabemos peor con nosotros mismos si no los sacamos de ese regular agujero de ignorancia en el que se han metido, cuando estamos conscientes de que sus errores son reales mucho más que una cuestión “de dedo”.

Sin más por el momento, les invito a volverse, como redactores, más cuidadosos a la hora de plasmar sus textos y como lectores, más críticos (constructivos) para enriquecer las capacidades de los que aquí exponen.

//Lo escribí para Toqueteros el 24 de Septiembre de 2016.

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