Siempre

Hoy en la mañana desperté feliz; feliz y triste a la vez. Mi corazón dispuesto a todo por amor había vuelto a mi lado, me había llenado de fortaleza el dormir correctamente y esperanzado estaba en que las malas experiencias de días recientes en cuanto al trabajo y lo demás se pudieran superar en serio.

Y parece que fue así, renovadas ganas de producir vinieron a mí; la sonrisa volvió a mi rostro y entre el andar descalzo, viendo mi vida ante el espejo de la sinceridad y la naturaleza me volví a sentir inmensamente fuerte, quería continuar ahí, así, salvándome de toda la aflicción que las circunstancias me habían hecho experimentar.

Y lo declaré; lo saqué de mi sistema completamente; era un apestoso virus que me estaba haciendo la vida traumática. Me había llenado de trancas, de pánico, de horror. Ya antes había superado la desdicha, la mala fortuna, la incompetencia; ya antes había podido superar el hecho de no ser una buena opción para alguien.

Si solamente me vieras a los ojos y con sinceridad me hablaras en lugar de evadirlo todo por miedo a lo que suceda. No soy tu fracaso, nunca lo sería; no es una promesa, sino un juramento con el alma en las manos, es una declaración completa de mi deseo de vivir y estar ahí por ti, para ti, contigo, siempre.

Así es, SIEMPRE, en mayúsculas porque quiero que te hagas una con la idea. No soy un amor temporal, no soy una historia para contar, no soy un amigo más; soy todo lo que vas a desear y en mí está el conseguir junto a ti que las metas y los sueños se cumplan, que nuestra existencia juntos deje como tontos a los redactores de los más hermosos cuentos de amor.

Así será, la bendición que me propicias junto con la que yo a ti permitirá a ambos alcanzar un clímax interminable de virtud y gustos que nadie nunca ni nada nos podrá quitar. No soy un personaje ficticio, sabes bien de lo que por ti sería capaz; y aunque tú me digas que no es el momento, yo quiero gritarlo al mundo, quiero saber que es cierto, que vengas a mí sincera y cumplas tu juramento.

La terquedad como el orgullo, es lo que nos hace débiles; tenemos que aprender a salir de eso; puedes quererlo sola, pero sé que a mi lado no habrá una sola cosa imposible de lograr; y vaya que te hablo en serio, sabes bien que los límites no son para mí una excusa y siempre salgo de pie en las batallas, por horrendas que se presenten a mí.

¿Sabes qué es el verdadero amor?
Es lo que te ofrezco y sé que puedo saciar cada fibra de ti con tanto que poseo.

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