Anormales

De esas veces que caminando por la vida resultas insufrible e insuficiente a ti mismo, reprochando cada instancia y precepto y simultáneamente viéndote como un haragán social que no merece nada más para sí que la desdicha de andar en rotunda soledad.

Simplificas tus bondades y reduces tus virtudes,
cosas que empezaron como un logro ahora son vicisitudes.

Desfalleces ante el hecho de saberte superado,
hoy no hay alguien que te quiera ni siquiera a su lado.

Si fuera la cruz a cargar no sería tan horrendo,
pero es como quieren que lo veas,
que te fíes para matarte,
que te agotes para hundirte
y como a un bicho pisotearte.

No hay comentarios.

Publicar un comentario

Se agradecen tus comentarios.