Yo no odio. Ni tú odias.
El odio es un sentimiento de repulsión tan grande y abominable que se extiende por todo el interior del cuerpo hasta explotar asquerosamente.
Al final es aberrante. Por eso me resulta abrumador cuando alguien, con mínima dificultad dice "odiar" algo. El que algo te disguste, no te parezca, te sea indiferente, o te contradiga... Eso no es odiar.
De manera precisamente contraria pienso acerca del amor, el amor lo venden caro, intentan que quien lo exprese sienta una completa entrega hacia ellos, ¿está mal o no?
Yo creo, en mi muy insignificante manera de pensar, que el amor es esencial en nuestras vidas, en nuestro ser, el amor es parte de nuestra constitución humana, porque nos amamos a nosotros mismos, es por eso mismo que no buscamos el hacernos daño.
Pero el amor está ahí, no deja ser, la misma biblia dice que amemos a los demás como a nosotros mismos. No dice quiérelos, no dice sedúcelos, no dice deséalos, dice ámalos; amar es permitir a tu cuerpo dolerse cuando alguien más lo hace, entristecerse cuando alguien cercano está triste, valorar a los demás por el simple hecho de ser, de existir al igual que tú. Eso es amor a mi parecer.
Por eso es para mí tan sencillo amar, porque amo con el hemisferio izquierdo a las personas a mi alrededor, con el raciocinio.
El odio es un sentimiento de repulsión tan grande y abominable que se extiende por todo el interior del cuerpo hasta explotar asquerosamente.
Al final es aberrante. Por eso me resulta abrumador cuando alguien, con mínima dificultad dice "odiar" algo. El que algo te disguste, no te parezca, te sea indiferente, o te contradiga... Eso no es odiar.
De manera precisamente contraria pienso acerca del amor, el amor lo venden caro, intentan que quien lo exprese sienta una completa entrega hacia ellos, ¿está mal o no?
Yo creo, en mi muy insignificante manera de pensar, que el amor es esencial en nuestras vidas, en nuestro ser, el amor es parte de nuestra constitución humana, porque nos amamos a nosotros mismos, es por eso mismo que no buscamos el hacernos daño.
Pero el amor está ahí, no deja ser, la misma biblia dice que amemos a los demás como a nosotros mismos. No dice quiérelos, no dice sedúcelos, no dice deséalos, dice ámalos; amar es permitir a tu cuerpo dolerse cuando alguien más lo hace, entristecerse cuando alguien cercano está triste, valorar a los demás por el simple hecho de ser, de existir al igual que tú. Eso es amor a mi parecer.
Por eso es para mí tan sencillo amar, porque amo con el hemisferio izquierdo a las personas a mi alrededor, con el raciocinio.
Yo no odio. Ni tú odias. El odio es un sentimiento de repulsión tan grande y abominable que se extiende por todo el interior del cuerpo has...



Aquí guardo fragmentos de mis días: anécdotas que me han formado, pensamientos que se resisten al silencio, destellos de oraciones que encuentro en los bordes de la rutina.
Escribir, para mí, no es un oficio sino una forma de respirar. Cada texto nace del impulso de entenderme y, tal vez, de reconciliarme con el mundo.
No busco atención o aplausos; solo dejar constancia de lo que alguna vez fui, mientras sigo aprendiendo a mirar con calma.