Freso, freso, freso, freso
me dicen por eso…
te continúo el verso…
o quieres un poco de queso…
nah, mejor dame un beso.
me dicen por eso…
te continúo el verso…
o quieres un poco de queso…
nah, mejor dame un beso.
Freso, freso, freso, freso me dicen por eso… te continúo el verso… o quieres un poco de queso… nah, mejor dame un beso.



Aquí guardo fragmentos de mis días: anécdotas que me han formado, pensamientos que se resisten al silencio, destellos de oraciones que encuentro en los bordes de la rutina.
Escribir, para mí, no es un oficio sino una forma de respirar. Cada texto nace del impulso de entenderme y, tal vez, de reconciliarme con el mundo.
No busco atención o aplausos; solo dejar constancia de lo que alguna vez fui, mientras sigo aprendiendo a mirar con calma.