Sépase y quede escrito que estuve a punto de rendirme y dejar de luchar por mis metas en este mundo colmado en decepciones, en el que, lo único y simple que me motiva es el amor a ser alguien, aunque no, quizá lo que haga es retrasar mi fracaso; aun así, he quedado con el hoyo frente a mí cavado, la pala en mano.
La verdad es odioso y deprimente poseer una vida llena de "quereres" y pocos logros, si sigo, es por la pasión que fluye desde el interior, aquella que me hace parecer un terco a ojos ajenos y por la que un par de veces antes he tenido para contar bochornosos capítulos, que me privan de autenticidad y protagonismo, y me reprimen a lo que se conoce como conformismo.
De poder redactar una balada acerca de mi historia, hasta ahora nadie la podría ver como gloria. Con las manos puestas en un teclado dañado, con la esperanza parchada a cada paso, con las imágenes del pasado en matices, con el espíritu y la esencia digitalizados. Entonces, como signo final se dirá a una hora ¿quién es ese que por aquí ha pasado y del cual nadie sabe definir su estado?
Sépase y quede escrito que estuve a punto de rendirme y dejar de luchar por mis metas en este mundo colmado en decepciones, en el que, lo ún...
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Aquí guardo fragmentos de mis días: anécdotas que me han formado, pensamientos que se resisten al silencio, destellos de oraciones que encuentro en los bordes de la rutina.
Escribir, para mí, no es un oficio sino una forma de respirar. Cada texto nace del impulso de entenderme y, tal vez, de reconciliarme con el mundo.
No busco atención o aplausos; solo dejar constancia de lo que alguna vez fui, mientras sigo aprendiendo a mirar con calma.