Vero

Hoy platicaba un poco con mi buena amiga Vero, respecto a todas esas situaciones que me han estado afectando y la que, curiosamente es la que peor mella hace en mi mente y percepción de la realidad: las benditas damas.

– "He descubierto que les tengo miedo a las mujeres"

– "Uhmmm... No. Debes corregir esa palabra ˝mujeres˝, no le tienes miedo a las mujeres, hay algo de las mujeres a lo que les tienes miedo, sin embargo, no a las mujeres."

– "¿A su belleza? ¿A ser un fracasado rechazado por ellas? ¿A lo fácil que me enamoro?"

– "¿Qué pedo, ya te volviste a enamorar o qué onda, cuéntame tu penuria corazón, ahora qué te suscita?

– "No me he enamorado, o eso creo. Pero neta me da miedo ser pisoteado, por lo que no me atrevo a aproximarme o a hablarles. Siento que no soy suficiente. Quiero estar con alguien, y neta, a veces pienso que quien sea con que le guste mi presencia."

– "Escúchame; no me decepciones. Abres la boca para platicar hermosísimamente como para que dentro de ti exista esa terrible inseguridad."

– "Pues es la verdad. No me atrevo. ¿Qué me está consumiendo de esta manera que no me permite acercarme siquiera a nadie?"

– "Yo sé qué es. Es tu vida monótona. Es que solamente trabajas y no te divierte y no tienes vida social tipo relación social. ¿Me explico?"

– "Me siento muy feo. Literal, alguien que no es atractivo... Y digo, eso me hace salir huyendo antes de intentar aproximarme. Hay razón en eso que dices. Me siento inmensamente solo. Pagaría por tener alguna amiga para salir a caminar y charlar de vez en cuando. Así de mísero está el pedo."

– "Sí, ocupas salir y despejar tu cerebro. Este... No sé, algo que te distraiga, que te tenga dinámico, proactivo."

– ¿Sabes que es una delicia para mí cuando sucede? Sin embargo mis miedos son una grotesca daga enterrada a un costado. No es que mire atrás; es que a donde sea que volteo me sé solo y sin quien quiera estar a mi lado. Me molesta andar depresivo."