Cortina

Te impresionaría saber lo mucho que cambió mi organismo de un día para otro después de colocar una cortina del modo que a mí me gusta; es en serio, te platico que en días recientes, desde que mis padres me visitaron; le dieron una merecida lavada a la cortina de mi habitación sin regresarla a su posición original, permitiendo el ingreso de mínimas cantidades de luz durante la madrugada lo que curiosamente me había impedido sueños, de los que estoy orgulloso saberme dueño, puesto que por lo regular eran una delicia.

Según estudios de salud (que no pretendo mencionar cuáles, lee e indaga, que es lo que yo hago siempre que un tema me apasiona), había estado durmiendo mal, afectando casi directamente mi reloj biológico y mi estado de salud física, mental, hormonal y general.

La belleza de todo esto se centra en que anoche, posterior a una reorganización de espacios, limpieza ordinaria y separación de toda preocupación; reacomodé esa cortina, volví a sentir el placer de saberme cubierto por la oscuridad inminente en la noche, y dormí delicioso.

Una cortina podría no decir mucho por ahora; pero ya que ando en estos asuntos, tengo que confesar que encontré una cosa más que me venía afectando recientemente; curiosamente pasa sin que las personas se den cuenta que existe; es un mal general que afecta con tensión a la gente manteniendo a todos estresados y ávidos a un estilo de vida acelerado y sin control.

Voy a empezar por experimentar en ésta área llamada sueño; sin embargo, y definitivamente, recordando eficiencias y momentos de extraordinaria lucidez y claridad intelectual en mi pasado, creo que la renovación del mismo será algo que me proporcione estupendos resultados; quizá en uno o dos meses más, después de haberme habituado de nuevo a esa forma de recuperación de fuerza, les mencione de qué va ésta técnica de salud.

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