Humanos, buscando ser objetivos en un mundo de subjetividad; donde cada cosa puede ser distinta a como en realidad se cree y cada plan puede poseer una intención diferente a la que a simple vista creemos.
Humanos, deseosos de lo concreto en un plano de cuestiones abstractas; donde quien es más sutil y sabe manipular llega a posturas que nadie podría imaginar.
Humanos, sufriendo por el saber absoluto, incluso entendiendo que lo relativo es en lo que han de confiar. Siempre respondiendo a las necesidades de su ser a partir de filtros sin entender que existen solo dos verdades.
Humanos, que ignorando la verdad universal; la que es y que existe, se han creado una propia.
Humanos, que se basan en su propia verdad para lograr avistar su mundo de fantasía, donde lo que hagan sea lo correcto, donde lo que vivan sea lo mejor, donde lo que porten sea único, donde quienes sean, sean perfectos.
Humanos, que desconociendo el poder divino se hacen a sí mismos héroes e ídolos, que desconociendo la honestidad del arte se dicen a sí mismos creadores, que limitando los sueños de unos cuantos con mentiras, hacen caer al prójimo.
Humanos, que se fascinan en la sabiduría de iguales haciendo a un lado lo que su corazón les dicta.
Humanos, que buscando el conocimiento alejan su mente de la sabiduría; que buscando la pasión alejan su corazón del amor; que buscando la libertad alejan su espíritu de la santidad.
Humanos, que creyéndose especiales se vuelven egoístas y pretenciosos, deshonestos y abusivos, agresivos y violentos, asesinos y rencorosos, holgazanes y decrépitos.
Humanos, que esperan su vitalidad les rinda para ser venerados, respetados, servidos y adorados; sin ver que su propia voluntad es la que los lleva lentamente al mal.
Y ya, es todo lo que tenía por reflexionar. ¿Que por qué estoy así de simple? Porque no puedo sacarme de la cabeza una idea. Se me ha dicho que soy un "raro" y que eso "asusta".
Humanos, deseosos de lo concreto en un plano de cuestiones abstractas; donde quien es más sutil y sabe manipular llega a posturas que nadie podría imaginar.
Humanos, sufriendo por el saber absoluto, incluso entendiendo que lo relativo es en lo que han de confiar. Siempre respondiendo a las necesidades de su ser a partir de filtros sin entender que existen solo dos verdades.
Humanos, que ignorando la verdad universal; la que es y que existe, se han creado una propia.
Humanos, que se basan en su propia verdad para lograr avistar su mundo de fantasía, donde lo que hagan sea lo correcto, donde lo que vivan sea lo mejor, donde lo que porten sea único, donde quienes sean, sean perfectos.
Humanos, que desconociendo el poder divino se hacen a sí mismos héroes e ídolos, que desconociendo la honestidad del arte se dicen a sí mismos creadores, que limitando los sueños de unos cuantos con mentiras, hacen caer al prójimo.
Humanos, que se fascinan en la sabiduría de iguales haciendo a un lado lo que su corazón les dicta.
Humanos, que buscando el conocimiento alejan su mente de la sabiduría; que buscando la pasión alejan su corazón del amor; que buscando la libertad alejan su espíritu de la santidad.
Humanos, que creyéndose especiales se vuelven egoístas y pretenciosos, deshonestos y abusivos, agresivos y violentos, asesinos y rencorosos, holgazanes y decrépitos.
Humanos, que esperan su vitalidad les rinda para ser venerados, respetados, servidos y adorados; sin ver que su propia voluntad es la que los lleva lentamente al mal.
Y ya, es todo lo que tenía por reflexionar. ¿Que por qué estoy así de simple? Porque no puedo sacarme de la cabeza una idea. Se me ha dicho que soy un "raro" y que eso "asusta".
Humanos, buscando ser objetivos en un mundo de subjetividad; donde cada cosa puede ser distinta a como en realidad se cree y cada plan puede...









Aquí guardo fragmentos de mis días: anécdotas que me han formado, pensamientos que se resisten al silencio, destellos de oraciones que encuentro en los bordes de la rutina.
Escribir, para mí, no es un oficio sino una forma de respirar. Cada texto nace del impulso de entenderme y, tal vez, de reconciliarme con el mundo.
No busco atención o aplausos; solo dejar constancia de lo que alguna vez fui, mientras sigo aprendiendo a mirar con calma.