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Hace días estuve pensando el título de esta entrada y algunas cosas que me habrían gustado que dijera, hoy que comienzo a redactar solamente recuerdo el título y a lo que iba con el contenido. La idea general es mencionar que he descubierto que las mujeres no son todo ese mundo de maravillas que imaginaba en mi mente, sino que son solo eso, mujeres.

Seres pensantes, cambiantes e inteligentes con tantos defectos y virtudes como nosotros los caballeros, quisiera detenerme a meditarlo, quisiera dar un paso atrás y reescribir algunos escenarios de mi  vida donde pude haberme beneficiado de su inocencia, pero no es así y eso es bueno.

Si intentas estar siempre rodeado de las mejores (a tu consideración), de las más guapas, de las inteligentes, de las sociales, de las capaces y de las cultas te quedas con un enorme vacío en tu ser al saber que, como uno, cuando gozan de grandes dotes de algo, padecen algunas otras cosas. En parte se agradece la sabiduría divina al no darles todo en conjunto, ahora, tampoco niego la existencia de mujeres excelentes en todas las áreas que a mí me atraen, pero lo común es así: personas tan débiles en número como el número de sus fortalezas.

Verlas libres, vibrantes y poderosas sobre mí hace que me pregunte en qué momento les di ese lugar tan especial en mi corazón, y no es que quiera hacerlas menos, pero no son ni cerca, y Dios lo sabe, de lo que una figura divina es para mí. Entonces, por qué tanto embrollo y tan pésima capacidad para relacionarme con ellas; ahí está la respuesta, les di demasiado valor para mi vida y las hice sentir en un estereotipo que no eran capaces de llenar, incluso la mejor de ellas. Sino que como nosotros, son un costal de huesos y carne con cualidades tanto positivas como negativas.

Finalmente expresar que lo único que ha cambiado es la infalibilidad en la que las tenía puestas para mi mente, cosa que sin embargo, con mi cuerpo a la par de cualquiera de ellas, puedo definir como una completa humanidad, algo que evidentemente amo. Y sí, sigo enamorado de las damas, pero hoy en un lugar como debe de ser, en un lugar alcanzable, en un lugar razonable, en un lugar real. Nadie es demasiado bueno ni demasiado malo si se le ve honestamente. Adiós y gracias por leer esto. La frase para recordar es: Son solo mujeres.

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