Aparece otra vez, desde el monte las tinieblas, son y existen tal vez, los pesares de la vida, el silencio cautiva, capturándome con fuerzas, ocultándome en el miedo de no saber de inocencia. ¿Quién soy yo? Estoy ebrio, de tus besos mi princesa, y me duele como nunca el saber no verte cerca, estarás, muy feliz, de pensarte triunfadora, sin entender, la verdad, que lo nuestro no fue una broma, cada célula de mi alma, me hará vivir en agonías, reciclarme, renovarme, enfrentarme a mi salida, que no tope, con la puerta, que no llore como antes, que se sienta, y no se entienda para quien no sepa de amores. A veces me duele, a veces me olvido de quien soy, a veces me asusta, de saber a dónde voy.
Aparece otra vez, desde el monte las tinieblas, son y existen tal vez, los pesares de la vida, el silencio cautiva, capturándome con fuerzas...
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Aquí guardo fragmentos de mis días: anécdotas que me han formado, pensamientos que se resisten al silencio, destellos de oraciones que encuentro en los bordes de la rutina.
Escribir, para mí, no es un oficio sino una forma de respirar. Cada texto nace del impulso de entenderme y, tal vez, de reconciliarme con el mundo.
No busco atención o aplausos; solo dejar constancia de lo que alguna vez fui, mientras sigo aprendiendo a mirar con calma.