Me voy, tus estatutos no tienen fundamentos,
y mi sapiencia carece de paciencia,
cuando tan abruptas muestras me das
de lo que no puedes demostrar jamás.
Si de verdad quieres saber aquello que tus ojos podrá abrir,
lo que deberás hacer es empezarme a pedir.
y mi sapiencia carece de paciencia,
cuando tan abruptas muestras me das
de lo que no puedes demostrar jamás.
Si de verdad quieres saber aquello que tus ojos podrá abrir,
lo que deberás hacer es empezarme a pedir.
Me voy, tus estatutos no tienen fundamentos, y mi sapiencia carece de paciencia, cuando tan abruptas muestras me das de lo que no puedes ...



Aquí guardo fragmentos de mis días: anécdotas que me han formado, pensamientos que se resisten al silencio, destellos de oraciones que encuentro en los bordes de la rutina.
Escribir, para mí, no es un oficio sino una forma de respirar. Cada texto nace del impulso de entenderme y, tal vez, de reconciliarme con el mundo.
No busco atención o aplausos; solo dejar constancia de lo que alguna vez fui, mientras sigo aprendiendo a mirar con calma.