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He vuelto, no en la forma en la que los tenía acostumbrados; lo hago de una manera distinta, habiendo dejado el tiempo suficiente para limpiar sentimientos en mi alma y mente y reiniciarme sin tener qué ver el hecho de que haya cambiado el año; quizá en un modo simbólico quería dejar la toxicidad del año anterior atrás junto con el mismo, o solo esperé lo necesario para respirar de nuevo.

El significado de mi vida está completamente ligado a las cosas que suceden a mi alrededor, y he tenido que invertir algo de tiempo para convencerme de abandonar detalles que en alguna forma me venían anclando a situaciones melancólicas y negativas; terminando el año con una depresión impresionante, deseando en primera cuenta morir o desaparecer del espectro humano antes de siquiera darme la oportunidad de abrir los ojos y agradecer por despertar a un nuevo día.

Las cosas que me ocurrieron en semanas anteriores no se las deseo a nadie; me gusta saber que tuve la oportunidad de seguir adelante y que finalmente logré terminar el año en paz conmigo mismo; cualquiera podría juzgarme por esa riña interminable que tengo contra mi propio yo, pero créanme que no hay sentimiento más placentero que mantener a raya ese lado lúgubre.

Y bueno, me he comprometido esta vez únicamente para conmigo, en secreto, en la comodidad de mi recámara; los avances que quiero alcanzar para mi situación no son necesariamente materia de opinión pública. Cosas malas y buenas pasan dondequiera, lo mejor es aguantar y seguir.

He escrito, claro que lo he hecho; pero como mencioné en el post anterior aquí publicado, había que aniquilar la versión pseudo-narrativa que venía presentando para dar lugar a algo mejor, al menos en mi perspectiva; y lo hice, claro que sí, continué con textos ahondándolos hasta convertirlos de una masa amorfa que eran a algo un poco más decente. No importa, las manos no me dejan en paz ni las ideas o los pensamientos me permiten dormir si no he descargado antes la saturación en mi mente.

Si se preguntan qué me ha pasado, bueno, les diré que tuve que ver morir algunos de mis sueños y anhelos para dar cabida a otras cosas, también fue necesario abandonar proyectos de distintas índoles para enfocarme un poco más; sigo en ello, no lo he terminado de hacer, pero me concentro en lo que tiene mayor vitalidad y elimino lo que no está funcionando o me ha estado desorientando.

Hace unos días escribí que probablemente el 2018 sea mi año más difícil a la fecha, pero en ese mismo texto afirmé que estoy más preparado que antes a afrontarlo. Que la paz, dicha y bendición colmen sus vidas, les deseo prosperidad y satisfacciones constantes. Hagamos que el año que augura ser terrible y complicado, se vuelva una experiencia digna de revivirse.

Extraño a quien pintó este cuadro, pero aprendí algo: "La energía (nombre del cuadro) no es algo que se contenga."

He vuelto, 2018

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He vuelto, no en la forma en la que los tenía acostumbrados; lo hago de una manera distinta, habiendo dejado el tiempo suficiente para limpi...