La Biología

 De la biología surge el prólogo de nuestra vida,

Una danza eterna, cultura y naturaleza de la mano,

No dicta quiénes somos, pero sí la dirige,

Nuestra esencia, un lienzo, un terreno arado.


La genética nos ancla, más no nos define,

Es simplemente un ingrediente en la mezcla de nuestra mente,

Y aunque parezca un juego de opuestos constante,

Veo la belleza en ambas partes: en el yo que elijo, desafiante.


Años y hormonas desfilan, revelando nuevas facetas,

Más introspectivas y suaves, me hallo menos combativo,

Gratitud y fortuna se mezclan en mi copa,

El neandertal de antaño ha cedido ante el sabio, suscribo.


La biología, repito, no es un destino grabado en piedra,

Los hombres no eludimos nuestras emociones, solo las manejamos distinto,

Anhelamos proteger, nuestro lenguaje es la acción,

Resolver problemas, en ese acto se halla nuestra pasión, por instinto.


No nos reduzcas a simples deseos y paz,

Somos un mar de emociones, cada ola en su lugar.

Problemas afrontamos, en esta era de transformación,

Violencia y comprensión se entrelazan en una canción.


Aquel que no sostenga tu mirada en medio de la discusión,

No juzgues con dureza su aparente evasión.

Tus ojos verdes compiten contra una pantalla reluciente,

Pues ello no implica que él no te ame, te lo aseguro, ferviente.


En el baile complejo de la vida y la existencia,

Las cuerdas de lo que fuimos, de lo que somos, en perfecta coexistencia.

Nos movemos al ritmo de una melodía antigua y vacilante,

Apreciamos nuestros orígenes, con el futuro al frente, desafiante.



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