Big G

¿Te imaginas tener una llamada de la Big G en la que te consideren para una vacante? Bueno, eso me sucedió durante la semana. Esta mañana, tras horas de analizarlo, soñar al respecto, verme portando uno de esos divertidísimos gorritos de bienvenida, creo que voy a declinar, al menos temporalmente.

Si me preguntan el por qué he tomado esa determinación, hay un buen número de razones en el momento; es verdad, qué sexy se podría leer ese elemento adherido a mi hoja de vida, pero no considero que sea el tiempo oportuno de alinearme a semejante gigante tecnológico.

He estado pensando las probables variables de la situación, confío plenamente que algún día, en un futuro no muy lejano, podré ser parte de algo así con un puesto de mayor responsabilidad, que en vez de ser alguien más con características maravillosas (porque vaya que a puro genio perciben para posiciones enfocadas al código); esa es por ahora la razón número uno de mi decisión, la segunda e igual de interesante, es que no me considero con la suficiencia y capacidad de intentarlo hoy mismo.

Me falta crecer en muchos sentidos, uno de los más importantes está relacionado conmigo mismo, una decepción consecuencia de hacer el ridículo con ellos crearía en mí una estela negativa que no veo necesaria en el futuro inmediato, de la cual sería complicado salir pronto. ¿Se imaginan no poder resolver las problemáticas más sencillas que me presenten? Qué triste detalle.

Otro dato importante es que me gustaría seguir produciendo en donde estoy actualmente, generar herramientas y servicios que dignifiquen la dedicación y el tiempo invertido en ellos; probarme que soy capaz de lograr productos desde cero con la capacidad de adquirir mercado y competitividad. Eso quiero. Aprender más áreas de negocio, generar mejores aplicaciones a la medida que resuelvan necesidades del usuario.

Por consiguiente, lo más justo, al menos hablando en términos temporales, es la introspección y sanidad del alma en unidad armónica con el espíritu, ajeno a cualquier sentimiento avaricioso, para conseguir un yo más pleno, completo, libre y seguro de sí mismo y así después, de ser posible, adentrarme a mercados más grandes, donde la competitividad es enorme y las recompensas maravillosas.

Sí, es probablemente decepcionante leerlo, pero más decepcionante sería para mí exponerme como un arlequín ante hombres dignos de ser considerados sabios modernos. Un abrazo Big G, espero podamos encontrarnos en años venideros y que esto no se me considere como un rechazo por acto de ingratitud, sino una asimilación de mi lugar en el Universo y mi andar en la realidad actual. Bendiciones.


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