Isis

La idea de ahora es escribir un texto basado en el número de palabras utilizadas; según imagino de mí mismo, tengo la capacidad de escribir más de quinientas sin tanto problema y manteniendo el hilo conversacional correcto. De eso específicamente se trata éste texto.
Puedo aprovechar el momento para explicar un poco de lo que ha sucedido en el transcurso de mis días sin una ocupación más allá de la de “morir de hambre” sin empleo como la que llevo a cuestas.
Hay al menos una empresa que me supone interés en mis servicios como ingeniero, sin embargo, y para mis más lamentables lamentos, éstas empresas y proyectos no me han dado una respuesta final a mi necesidad de enrolarme en un empleo más.
A veces, estar aquí me es de lo más desesperante; siento que ser ingeniero desempleado es mucho más aterrador que no serlo pero tener un ingreso constante. Tengo problemas económicos, tengo adeudos, tengo necesidades básicas, tengo responsabilidades, caray, tengo ganas en definitiva de no estar más aquí…
Por eso mañana emprendo el viaje nuevamente. ¿Temor? Por supuesto. Como no tienen idea mis queridos lectores. Pero vale más para mí, y espero se comprenda, el hecho de movilizarme a un lugar en el que las opciones para mi giro son más factibles y comunes.
No me asusta tanto el hecho de no ser suficientemente capaz, porque quieran o no, a cualquier reto que me he enfrentado he tenido, con un poco de tiempo, la oportunidad de adaptarme rápido y eficientemente.

Donde estuve trabajando la última vez (sí, ese lugar en el que me corrieron justo el mismo día que me dijeron sin siquiera tener el valor mis jefes de haberme mantenido en plantilla al menos el tiempo prometido), aprendí un montón de cosas en un par de quincenas.

También quiero que se sepa y que quede redactado aquí que mis antiguos jefes me bloquearon de las redes sociales cual si fuera yo algún tipo de delincuente o cosa por el estilo. Yo hice algo en respuesta, eliminé de mis amistades a la amiga en común con el que supuestamente era mi jefe con el único fin de evitar sus comentarios en mi muro un poco desviados de la realidad y completamente estimulados por lo que mi exjefe pudiera decirle.

En un momento dado pretendo hablar con ella, pretendo explicarle cómo sucedieron todas y cada una de las cosas, contarle cómo es que no cumplieron sus promesas mis jefes, ni en cuestiones de pago, ni en cuestiones de tiempo mínimo contratado, es más, me atrevo a mencionar que estoy seguro de que lo mismo hicieron a otros programadores antes o después de mí con el simple deseo de explotarlos a cambio de nada, a cambio de un sueño, solo mentiras.

Pero ya, yo dije que no pienso mover un solo dedo en contra de mis anteriores patrones; los respeto, respeto lo que hacen y lo que les gusta. Pero ya; hasta ahí. Y eso es en general lo que quiero contarle a Isis, pero quiero hablarlo de frente, no por redes sociales, prefiero que piense en éste momento que no la quiero cerca de mi vida hasta que pueda yo por cuenta propia y sin filtros contarle mi historia tal cual sucedió, sin máscaras ni mentiras, sin toda la falsedad que aquel “jefe” supuestamente exempleado completo y capaz de IBM no deja de escupir. Paz a todos.

No hay comentarios.

Publicar un comentario

Se agradecen tus comentarios.