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Cuando le preguntas a un joven "qué le enseñaron en la escuela", por lo general habrá una respuesta en común: Leer y escribir, así, en conjunto, siempre.

Pero veamos la realidad, ¿en verdad sabemos leer? No sé cuántos libros lean ustedes, si estudian, supongo, leen muchos más (aquí cabe cualquier licenciatura), pero leer por placer no todos lo hacemos. Un ejemplo claro que me gusta mencionar es la saga de Harry Potter, muchos son los chavos que se han “quemado” toda la serie en cine o televisión, pero no asciende a tantos la cantidad de los que han leído tan estupendas obras. Vamos, yo mismo he recomendado los libros a aquellos que se dicen fanáticos de la serie, y sus respuestas por lo general son semejantes: “¿Para qué? Si puedo ver la película.”

Eso es sólo un  mínimo efecto que los medios de comunicación han causado en nuestras vidas. Hablando de televisión: Telenovelas, programas de concursos, programas de relleno, series, etcétera. La basura televisiva es lo que la gente prefiere ver a leer un maravilloso libro, sé que ésta es una guerra que los lectores jamás podremos ganar, pero intentamos concientizar a las personas a volverse un poco más lógicas, críticas e intelectuales.

Leer libros (de cualquier género) genera hábito y amor por la lectura. Hay una frase de Sir Francis Bacon que dice “el conocimiento es poder”. Vivimos anonadados y embaucados a lo que la “sociedad” nos pueda ofrecer y para eso nos preparamos. Cada que salgo a la calle y veo las famosas tribus urbanas me pregunto, ¿realmente conocen los fundamentos de las culturas que siguen? Es decir, veo un tipo completo vestido de negro y los labios igualmente coloreados, conocido como darketo o gótico, ¿será realmente que él conoce los principios fundamentales del arte, la literatura y el tiempo que presume llevar como bandera? Avanzo más en mi andar y me encuentro a uno llamado rastafari, me pregunto ¿habrá leído el Kebra Nagast, libro de la gloria de los reyes y ahora sigue los preceptos que ahí se inculcan? ¿Habrá comprendido el prefacio?

Mencionar esas dos tribus es un ejemplo solamente, no me interesa para nada hacer que quienes practiquen estas u otras doctrinas se ofendan por su propia ignorancia.

No me interesa meterme a hablar de religión, ni de ideologías, cada cabeza es un mundo, pero seamos honestos con nosotros mismos y autoanalicémonos. Realmente, no leemos y si leemos, no comprendemos; en cualquier caso, estamos jodidos.

Respecto a la escritura, comenzaré con esto: He leído tres documentos de tesis, redactados por profesionistas que han terminado una carrera, quienes con méritos y deméritos la han culminado. ¿Saben qué he encontrado? Faltas de escritura, faltas gramaticales, secciones copiado-pegadas, fotos con pie en páginas completas y desorden. Esas tesis han sido de ingenierías, por lo que los licenciados quedan libres de lo anterior, supongo que por su mucho leer sabrán por lo menos llevar el orden de sus ideas.

Pero hay algo que nos pega a muchos, la redacción casual, hablo de aquella que hacemos sin el compromiso de “escribir bien”, cartas, tareas, recados, mensajes, correos, etcétera. En ellas nos olvidamos de algo básico en nuestro idioma, los benditos acentos.

Nos conformamos con que el texto vaya más o menos legible y más o menos entendible, damos cualidades de criptógrafo a nuestro público receptor. Es consecuencia de eso que los correctores electrónicos sean tan famosos.

Hablando de música, escuché una fracción de una canción que dice:
"Se siente.
Se siente.
Caliente.
L disco en high.
Mujeres vengan, tomen un bye bye.
Yo la llamo y le caigo.
Ella tiene mi sal.
Esta buscando que de en el Ferrari un ride.
Alineadau con andar en traje, corbata.
Los lideres de nuevo descontrola a las gatas.
El negocio se trata de ganar más plata.
Sedúceme negra yo ya prendí la fogata.
Se ven las luces de neon y el humo (casi no te veo).
Chula yo quiero un cantito si tu me dejas te fumo.
Te consumo.
Déjame mudo.
Lamento decirte que usted conmigo no pudo."
(Abusadora, Wisin and Yandel).

El mismísimo Edgar Allan Poe se estaría revolcando en su tumba de escuchar algo como esto. Insultos literarios acompañados de una banda sonora que incluye un constante retumbar de "bajos" y ruidos sin armonía comprendida.

Con letras dirigidas a terminologías sexuales y ofensivas. Considerarlo parte de la cultura sería ofender a aquellos personajes que se esforzaron por dar el mote de arte a la música, y a muchos grandes poetas y juglares que se interesaron en crear letras que mostraran inspiración y buen gusto.

Según parece, estamos cayendo en un agujero de ignorancia del que difícil será salir. Y todo esto es gracias a los maravillosos medios a los que estamos conectados: Incluido el internet, con Facebook, Messenger y Twitter como principales responsables. La televisión, con sus programas realmente desarrollados para personas con cociente intelectual medio bajo. Las revistas, con demasiado contenido publicitario y poco material para nutrir el cerebro (espero que ésta no sea una de las mencionadas). Los diarios, siempre fieles a ser manipulados acorde con lo que unos cuantos desean y no que se muestre. Los gobiernos, que invierten en una educación de poca calidad y completamente inútil. La sociedad misma, que sigue siendo aborregada sin abrir los ojos a las grandes cosas que se encuentran ocultas a su alrededor.

En fin, si un día abro una empresa y tengo la oportunidad de solicitar empleados en los anuncios económicos pondré: Empresa solicita personal que sepa leer y escribir, se prometen magníficos sueldos y excelentes prestaciones. Lo demás está de más.

// Escribí esto como participación en una revista local el 30 de Diciembre de 2010.


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