Ánimo

Ser alguien no es el resultado de un estado de ánimo, es una convicción en el alma, que fluye con fuerza y se arraiga a tu corazón. Hoy me sentí defraudado por una persona, por su egoísmo, por su orgullo, por sus mentiras. Sin embargo, después de un rato de analizar mi todo al rededor, esto fue lo que resultó de mi introspección:

Si la felicidad no te la da otra persona, no hay razón para creer que tu miseria es causada por alguien fuera de ti. Durante la tarde he recapacitado en algunos asuntos, me he liberado de algunas estelas que me venían marcando y limitando el paso.

Sé que soy mejor que antes y que seré mejor que ahora, por ello he decidido dedicarme a sembrar, preparado estaré siempre para la siega, no importando que apenas una porción de la misma me toque a mí; será suficiente para enriquecerme y potenciar mi nombre grandemente. Seré bendición a otros sin afanes de heroísmo, actuar con sabiduría será la bandera de mi andar. Y amar la existencia divina mi fuerza.

Como muestra, un botón, y el hermoso aprendizaje de la siguiente cita:
"Ahora, hijo mío, a más de esto, sé amonestado. No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la carne. El fin de todo discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos, que esto es el todo del hombre".

La sabiduría no proviene del mucho leer, ni anhelar; así mismo el éxito no llega con apenas intentarlo muchas veces; lo que hay que hacer en no descansar, producir, crear y confiar con perseverancia para triunfar. El único consejo que puedo darles hoy es que no dejen la la vida de otros fastidie la suya, sean valientes y vivan convencidos de hacia dónde van y qué es lo que quieren.

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