Grecia

No hablo de la nación; que mucho me gusta por su historia, cultura, tradiciones y gente. Estoy mencionando acerca de la mujer, de mirada intensa y promiscua, de cintura pequeña y gran trasero y muslos; la dama de pechos medianos, piel blanca y cabello oscuro y lacio, como mucho me gustan.

Voy a hacer el intento de fusionar dos historias en una misma. Cuando la saludé, cabizbajo, la intensificación de cada una de las palabras emanadas de su boca hicieron vibrar hasta mi vello facial. Sonreí al escuchar su nombre, automáticamente; es lógico creer que no sería capaz de soportar la presencia de tan intensa persona; ha sido lo que más me ha gustado del viaje. Tenía que venir acompañado de otro porque sino el taxi me habría costado mucho. No soy tacaño; pero no estoy dispuesto a gastar tanto solo para ver tan inminente monumento...

Lo mejor y más divertido es que no solo vi; aunque no me agradan las chicas que beben, ella y su mirada profanadora cada que se pavoneaba frente a mi persona me volvía loco y necesitado. Tenía que tocar su piel, tenía que probar sus labios, tenía que ponerla dentro de mis brazos. Para hacerlo usé el método más vil conocido. La ignoré, después de avistarla por segunda vez, notar la fuerza de su interior hablándome y apreciar el transpirar caliente de su piel alcoholizada le pedí una foto. Sí, una foto; quería que ella me tomara una foto porque había visto cómo todos le tomaban a ella.

Es obvio que una dama de su categoría y alcurnia comúnmente acosada al verse ignorada por mí sentiría interés. Así pasó, más tardé en pedirle la foto que lo que ella tardó es cuestionar mi acción y por consiguiente verse necesitada de mi aceptación; es ridículo, ya que quien estaba hirviendo por dentro y acobardado era yo.

Con la situación ad hoc, y un montón de palabras cautivadoras encima hubo deseos mutuos de compartir algo más que palabras, así sucedió, los besos nos alcanzaron para avanzar la noche y ver venir el amanecer. Ambos sabíamos que el evento era de una sola vez, no hubo necesidad de intercambiar números ya que ninguno de los dos pensó contactar de nuevo al otro.

Sé que al principio se vio ofendida por aquello de la foto a ocultas de su parte posterior, y es que; quien no hubiera querido preservar tan preciosa toma e incluso publicarla aquí, como logro futuro; pero no hay necesidad. Ese vestido plegado al cuerpo de color turquesa resaltante de toda su belleza corporal vivirá por siempre en mis memorias.

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