Amá
Amá, a ti te digo:
Amá, en este día te pido perdón por todos los momentos malos que te he hecho pasar.
Amá, gracias por todo lo que has edificado en mi vida, esos valores, virtudes, dones, lecciones y disciplinas que hoy me identifican gracias a ti.
Amá, ahora comprendo que todas y cada una de las cosas que me has dicho han sido con el único fin de instruirme, enseñarme y amarme.
Amá, muchas gracias por darme la vida (y también la comida), gracias por cuidarme, por guiarme; no se como podría yo pagarte todo lo que has hecho por mí, por ese cálido beso en las noches y por esa tierna despedida en las mañanas.
Amá, sabes que te amo con todo el corazón, aunque a veces me cueste mucho trabajo demostrarlo con acción.
Amá, eres una mujer maravillosa, hermosa, preciosa y virtuosa.
Amá, no conozco palabra en el diccionario para expresar mi gratitud; solo hay una frase en mí vocabulario que puede definir lo que siento por ti.
TE AMO CON TODO EL CORAZÓN Y DESEO QUE DIOS TE BENDIGA MUCHO.
Atte: Tu chamaco que te quiere.
Amá, en este día te pido perdón por todos los momentos malos que te he hecho pasar.
Amá, gracias por todo lo que has edificado en mi vida, esos valores, virtudes, dones, lecciones y disciplinas que hoy me identifican gracias a ti.
Amá, ahora comprendo que todas y cada una de las cosas que me has dicho han sido con el único fin de instruirme, enseñarme y amarme.
Amá, muchas gracias por darme la vida (y también la comida), gracias por cuidarme, por guiarme; no se como podría yo pagarte todo lo que has hecho por mí, por ese cálido beso en las noches y por esa tierna despedida en las mañanas.
Amá, sabes que te amo con todo el corazón, aunque a veces me cueste mucho trabajo demostrarlo con acción.
Amá, eres una mujer maravillosa, hermosa, preciosa y virtuosa.
Amá, no conozco palabra en el diccionario para expresar mi gratitud; solo hay una frase en mí vocabulario que puede definir lo que siento por ti.
TE AMO CON TODO EL CORAZÓN Y DESEO QUE DIOS TE BENDIGA MUCHO.
Atte: Tu chamaco que te quiere.



Aquí guardo fragmentos de mis días: anécdotas que me han formado, pensamientos que se resisten al silencio, destellos de oraciones que encuentro en los bordes de la rutina.
Escribir, para mí, no es un oficio sino una forma de respirar. Cada texto nace del impulso de entenderme y, tal vez, de reconciliarme con el mundo.
No busco atención o aplausos; solo dejar constancia de lo que alguna vez fui, mientras sigo aprendiendo a mirar con calma.
No hay comentarios.
Publicar un comentario
Se agradecen tus comentarios.