Ratas histéricas provocan mis miedos,
andando solo por las noches agónicas,
quiero olvidar el terrible suceso,
entender la realidad del proceso.
Seguir, dejar en el pasado el mal paso dado,
volver a las manos de mi ser amado,
caudillo escultor de la muerte fui…
con el arma en la mano me perdí.
Destruí su alma, destruí sus huesos,
de su piel fluía sangre, se asomaban sus sesos.
La muerte ya le tocaba, yo no tengo corazón,
ahora el miedo me embriaga, completa desesperación.
andando solo por las noches agónicas,
quiero olvidar el terrible suceso,
entender la realidad del proceso.
Seguir, dejar en el pasado el mal paso dado,
volver a las manos de mi ser amado,
caudillo escultor de la muerte fui…
con el arma en la mano me perdí.
Destruí su alma, destruí sus huesos,
de su piel fluía sangre, se asomaban sus sesos.
La muerte ya le tocaba, yo no tengo corazón,
ahora el miedo me embriaga, completa desesperación.
Ratas histéricas provocan mis miedos, andando solo por las noches agónicas, quiero olvidar el terrible suceso, entender la realidad del p...



Aquí guardo fragmentos de mis días: anécdotas que me han formado, pensamientos que se resisten al silencio, destellos de oraciones que encuentro en los bordes de la rutina.
Escribir, para mí, no es un oficio sino una forma de respirar. Cada texto nace del impulso de entenderme y, tal vez, de reconciliarme con el mundo.
No busco atención o aplausos; solo dejar constancia de lo que alguna vez fui, mientras sigo aprendiendo a mirar con calma.