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 Me propuse un nuevo reto: Utilizar mis computadoras personales lo menos posible de lunes a viernes. ¿Y cómo es que voy a incrementar la productividad si no estoy utilizando mi herramienta de trabajo?

Bueno, ahí es donde las reglas son flexibles. Mi compromiso nada más aplica al uso personal de la computadora, no para temas laborales. Porque ahora mismo tengo un proyecto independiente interesante que implica que le dedique tiempo, y no puedo quedarle mal a mi cliente.

Pero fuera de esa responsabilidad y las llamadas poco frecuentes para resolver temas de otros proyectos, no debería de tener mucho que hacer en mis computadoras entre semana, y es de ahí de donde me agarro para este reto. Pues es bien sabido que me puedo meter el día completo a navegar y cotorrearla en redes, que sin darme cuenta se me hacen las tres o cuatro de la mañana en ello.

Una de las cosas que quiero evitar con esta decisión, es precísamente desvelarme de más por perderme en el contenido; pero entonces, otras dudas surgen, ¿cómo es que voy a producir yo mismo en lugares como mi blog o escribir guiones (en caso de ser necesarios) si me la paso fuera de mi computadora entre semana? Es ahí donde pienso utilizar la herramienta "Diario" que la última actualización de iOS trajo consigo. Lo que voy a hacer es escribir en esa app, copiar de ahí y programar las publicaciones automatizando el proceso. Todavía sigo resolviendo ese tema. 

Pasando a otro tema y aprovechando que sigo en la oficina mientras escribo esto, hay una mujer bastante atractiva, del tipo de belleza peculiar que me atrapa, tez blanca, piel perfecta, labios llamativos, lentes y figura trabajada, con proporciones preciosas; me parece algo que rosa lo ridículo la manera en la que algunos hombres le hacen sombra, es incómodo de ver y sin embargo, los entiendo. No los justifico, ni creo que estar ahí solo porque una persona te gusta sea algo correcto, pero sé lo que se siente y me apiado en cierta medida de ellos.

Para colmo, ella sabe lo que tiene y es justamente esa comprensión la que la hace más poderosa; porque se ve enteramente llena de confianza y con ello en consecuencia no puede derrochar más sensualidad. ¿Qué hace uno? Ignorarla lo más que se pueda, no por mí; por mi yo del pasado, en respeto a la persona que he sido, por la memoria de tanto soldado caído antes seres de tal magnetismo.

No soy mejor a todos aquellos que han claudicado víctimas de sus gustos, sesiones me han costado dejar atrás esa parte tan superficial y vacía de mí, pero para qué fingir, soy un humano imperfecto más en este mundo rodeado de imperfección humana.



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