Luchas, por comprender la razón,
sufres, por entender corazón.
Miedo, que te provoca el hablar.
Tiempo, no pares de funcionar.
Disipa, en el mundo tu bondad;
creciendo, en conocimiento y verdad;
cambiando, con espíritu de humildad.
Nunca dejes de cantar.
Te llamas, dueña de gran esplendor;
tu fuego, hace olvidar mi dolor.
Derribas, las sombras de falsedad,
intrigas, a mi alma con tu bello andar.
No me canso de expresar,
que te quiero mucho más,
de lo que puedas... Imaginar.
Vibrante, solo de pensar
que algún día me vas a amar.
sufres, por entender corazón.
Miedo, que te provoca el hablar.
Tiempo, no pares de funcionar.
Disipa, en el mundo tu bondad;
creciendo, en conocimiento y verdad;
cambiando, con espíritu de humildad.
Nunca dejes de cantar.
Te llamas, dueña de gran esplendor;
tu fuego, hace olvidar mi dolor.
Derribas, las sombras de falsedad,
intrigas, a mi alma con tu bello andar.
No me canso de expresar,
que te quiero mucho más,
de lo que puedas... Imaginar.
Vibrante, solo de pensar
que algún día me vas a amar.
Luchas, por comprender la razón, sufres, por entender corazón. Miedo, que te provoca el hablar. Tiempo, no pares de funcionar. Disipa, ...
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Aquí guardo fragmentos de mis días: anécdotas que me han formado, pensamientos que se resisten al silencio, destellos de oraciones que encuentro en los bordes de la rutina.
Escribir, para mí, no es un oficio sino una forma de respirar. Cada texto nace del impulso de entenderme y, tal vez, de reconciliarme con el mundo.
No busco atención o aplausos; solo dejar constancia de lo que alguna vez fui, mientras sigo aprendiendo a mirar con calma.