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 Solía pensar que el éxito llega a partir de características y cualidades que despertaran interés y diferenciaran del resto, y que tarde o temprano a cada uno de los que no se aferran a la idea de seguir modas los alcanzaba de alguna manera, ¡qué equivocado estaba!

Con el pasar de los años, comprender tantas cosas que antes no hacía se ha vuelto una experiencia diaria; esto del discernimiento se me da de maravilla y sin embargo prefiero guardar silencio para ver el suceder de los demás. Pues la ambigüedad del predicador en mi interior me limita a no ser parte de lo que está allá afuera. Aquí es donde cabe aclarar que no es por "sentirme especial" ni mucho menos, es más por aquello de permanecer en lo oculto. Bien sabido es que una vez que pones un pie en el dominio y gusto de las masas, te tienes que someter al régimen y los lineamientos del sistema que hayas escogido.

Pero ¿qué beneficio encuentras en ser un "Don Nadie"? Creo que el mayor está en no verte expuesto de modo que se convierta en algo insoportable. Cuando tú mismo te cuestionas los eventos en el entorno, lo que esperarías de un ambiente crítico, es que suceda lo mismo, pero a escala. Aunado a eso, la necesidad de atención trae consigo otras consecuencias repletas de engaño; por ejemplo, que percibas tu dimensión significativamente mayor al resto y alimentes un ego de por sí ya elevado.

Pero no es tan accesible aceptar la insignificancia, ya que nos resulta natural, incluso en nuestros círculos más cercanos, mostrar cierto protagonismo. Que si el jefe, que si el administrador, que si el que habla, que si el valiente, que si el que propone, que si el inteligente, que si el atractivo, que si el atlético, que si el religioso, que si el alto, que si el bajo, que si el blanco, que si el adinerado, que si el moreno, que si el gordo; de entre todas las posibilidades físico-intelectuales posibles, habrá una en la que te termines percibiendo como el protagónico, a nadie le gusta contar una historia de vida de la que no sea parte.

Aunado a lo anterior, está el claro ejemplo de que en casa, dentro del núcleo familiar, siempre encontraremos la manera de sobresalir en sinnúmero de formas; siendo el primo, el tío, el sobrino, el hermano, el padre, el abuelo, el hijo o el hermano que a partir de características específicas se vuelva especialmente distinto. Entonces, por donde le busquemos, es imposible permanecer gris ante todo y todos; tendríamos que literalmente convertirnos en ermitaños y aislarnos en un punto remoto, lo cual, irónicamente nos haría especialmente diferentes al resto. Por tanto, ajenos al "Don Nadie".

Entretanto que argumentamos si una persona posee una cualidad específica que le convierta en dispar, deberíamos reconocer que es prácticamente imposible seleccionar a alguien que sea completamente intrascendente, y valorar un poco más el trabajo que se hace por permanecer cuerdos en un contexto que cada vez más nos fuerza a reverenciar tendencias y desprestigiar a quienes no acuerdan con el pensar del grueso social.

Esporádicamente me di cuenta que con cada acción por la que tratara de ocultar mi personalidad al resto, el impacto sustancial era, aunque no declarativo públicamente por parte del entorno, sí evidenciado. Por lo que he decidido abrazarme de lo que venga, aceptar la responsabilidad y a pesar de estar sin un centavo en la bolsa brindar lo único que me queda, las letras. por consiguiente, ahora más que nunca he de darles el valor que merecen. Ellas han estado ahí conmigo en los peores momentos, me han servido para reflexionar, expresar amor, agradecer, liberar miedos y dejar salir las tristezas que me agobian.