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Querido diario... No; en serio. Hace poco que tengo muchas ganas de escribir todos los días, pero no sé, me desmotiva el hecho de no estar plenamente seguro de la repercusión que eso tenga tanto para mi sitio como para mi vida. Me interesa hacerlo en calidad de experimento y trabajar sobre el proyecto, pero pasa algo, algo que sinceramente me hace dudar de la posibilidad de lograr mi cometido, los fines de semana.

Cuento que cuando se atraviesa un fin de semana difícilmente me puedo sentar detrás de un dispositivo electrónico a redactar algo; además, sépase que lo hago por el mero gusto de hacerlo. Pues de lo que aquí publico no consigo nada más que la atención de unos cuantos lectores, no por eso no lectores destacados, vaya que lo son, de lo mejor que hay.

Pero como dije un día, escribo por la satisfacción que me produce hacerlo; no por algún beneficio secundario. Obviamente no estaría dispuesto a rechazar que alguien, en algún momento apoyara la causa con aportaciones; pero eso no impediría mi libre manera de expresarme. No lo haría en ningún momento en calidad de vendido, y vaya que he pensado mucho en eso.

El hecho de redactar por mi cuenta, con la propia influencia de mi vida, como experiencia particular de lo que soy al día de hoy y lo mucho que eso me agrada me hace caer siempre en la crítica redundante de aquellos que lo hacen a cambio de algo. No me parece mal que lo hagan, pero en su mayoría tienden a ofuscar sus verdaderas identidades en base a lo que un puñado de personas atrás opinen como mejor opción a elegir y más redituable.

Por eso me gusta ser independiente. Porque si bien es cierto que hay que entregar cuentas regularmente, llámese a acreedores, a oficinas gubernamentales o a miembros de la familia; la satisfacción de que lo que la opinión ajena piense no afecta a mis textos, pues lo que produzco proviene de mi interior, no se compara con nada.

Los llamados libres somos en realidad esclavos de nuestra libertad. Los cuerdos somos cuerdos en nuestra locura. Los sabios lo somos en nuestra ignorancia. Los cultos en nuestra falta de mundo. Todo lo que depende de nosotros y todo de cuanto dependemos, nos hace al mismo tiempo algo y nada. Una paradoja más de la vida.



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Querido diario... No; en serio. Hace poco que tengo muchas ganas de escribir todos los días, pero no sé, me desmotiva el hecho de no estar p...