No Es El Lugar

 Estuvo raro el día, lo he de reconocer, cuando tienes demasiadas ganas de conseguir algo, luego llega y se siente raro, pensando en el vacío post-logro que le llaman. Ayer fui a la plaza, tenía un par de meses queriendo ir, y la pasé bien, desde mi perspectiva no fue como que algo hiciera falta, sin embargo, conforme el día transcurría me di cuenta que no estaba alcanzando el pico de diversión y agrado que ilusamente puse en mi mente, lo cual se tradujo en un momento de introspección y análisis que me hizo llegar a la conclusión de que cualquier lugar puede resultar satisfactorio si se quiere, porque no es el lugar, es uno mismo.

Y es que he estado en sitios repletos de gente experimentando incomodidad de ser chocado múltiples veces por quienes llevan más prisa que yo así como en otras ocasiones he sido genuinamente ignorado e invisibilizado y en ambas se siente raro, se siente mal. No sé cuál de las dos me agrada más, creo que ninguna, de verdad.

Entonces decidí que lo más sano para mi mente es mantenerse en lugares familiares, con círculos de gente que conozca; dejando las “experiencias” a mis side quests; quizá quede como alguien huraño, pero es que tanto tener el foco de atención como sentir que no existo, se convierten en emociones que no me agrada experimentar. Por lo que prefiero estar donde sí sea visto, pero no de una forma que me llegue a resultar desagradable.

Últimamente noto que disfruto más cuando no hay expectativas de por medio. Cuando no espero que el día sea perfecto, ni que las personas actúen como imagino. Hay algo liberador en permitir que las cosas pasen sin medir su valor. Quizá eso es crecer: dejar de perseguir sensaciones y empezar a construir calma, incluso en medio de lo ordinario.

Porque al final, no se trata de volver a buscar lugares distintos para sentir algo nuevo, sino de aprender a estar bien en los mismos, bajo otras circunstancias. Cambiar la mirada, no el entorno. Tal vez lo que me hace falta no es más movimiento, sino más quietud; no más planes, sino más presencia. Y si eso me convierte en alguien reservado, que así sea, pero al menos estaré en paz.



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