En Mi Mente

 A muy pocas cosas le tengo miedo, he aprendido a superarlos lentamente, no soy inmune a los fracasos, pero ya no me provocan la pena que solían. Vengo a escribir acá de mis constantes desventuras por la única y exclusiva razón de que este lugar es todo mío, y puedo exagerar tanto cuanto pueda mis reacciones y acciones. Destruirme si así quiero en la ficción, mientras paso por un proceso de recuperación, terapia y cualquier herramienta necesaria.

Tal vez en un rato que regrese me ponga a escribir un poco más, y es que mi cabeza tiene demasiadas ideas contenidas, que las trato de diversificar y disipar con fines de mejora continua o con la finalidad de que no me consuman. Cualquiera de las dos es factible.

Pero no se trata únicamente de expresarse por hacerlo, a veces sí, en la privacidad de la introspección; de vez en cuando es bueno mostrar en qué se está trabajando y cómo van los resultados al momento, pero mostrárselos a uno mismo es más satisfactorio, sin que nadie más se entere, pues este tema es entre mi variante más productiva y la que lleva estancada sin hacer nada años.

Las cosas expuestas aquí, también me sirven de distractor, no crean que no; a veces asumo que son un foco, pero otras, ayudan a alejarme de cosas que no debería estar haciendo. O al menos no en mi cabeza, les diré que hay días que lo que ocurre en mi mente es un circo o un concierto, otras una biblioteca o una sala de spa. Puedo ser y he disfrutado de ser ambas versiones.

La acumulación de dudas es otra variante de las broncas que me ocurren; puedo con tal cosa, por qué habrá sucedido tal otra cosa, generalmente de manera nostálgica, enfocadas más de lo que quisiera en el pasado provocándome destellos temporales de tristeza y penas, pero hey, nadie acá es perfecto, o al menos eso se me ha dicho.



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