Frankenstein

Me voy a aventurar a decir que hay muchos que pasan por aquí y no tienen idea de la cantidad de entradas (o posts del blog) que tengo escritos en este lugar, a que estoy en lo cierto, ¿verdad? Bueno, probablemente, con delicioso gusto iré a echar un vistazo antes de continuar redactando hoy...

814 publicaciones, ¿cómo ven? ¿Ya saldrá material para un pequeño libro o antología? Yo digo que sí; pero bien, por ahí no va el trato; vengo a confesar que desde ayer me llené de unas ganas terribles de escribir en un formato diferente; si bien es cierto que no me considero nada más que un amante de las letras aunque no por eso un experto en ellas, quisiera comenzar a escribir una novela ligera, que el lector la disfrute, lo atrape, pero al finalizarla sienta el deseo enorme de volver a leerme.

El plan es simple: Si en algún momento de mi vida quiero tener la capacidad de escribir libros; tenía que haber empezado por alguna parte, y bueno, como buen emprendedor que soy, opté por iniciarme en aquello que desde niño se me facilitó, los poemas, aunque como podrían ver con el paso del tiempo (si es que alguien además de mí lo ha hecho), mi técnica a la hora de escribirlos creció poco a poco adoptando cada vez un estilo más propio.

De ahí, el segundo paso fue escribir un montón de cuentos cortos, el plan eran cien para ser exactos (que voy en noventa pero ninguno de ustedes los conoce, así que síganme el juego); esos los hice con el obvio plan de seguir mejorando mi capacidad redactora, y aunque habrá quienes piensen que sigo siendo no más que un escritor de letras para corridos y canciones de rancho (Robina — como amas que te diga — dondequiera que te encuentres), el siguiente nivel a vencer es el de colocar una idea dispersa en al menos un centenar de páginas, y obvio, publicarla.

¿Será algo original, será algo bueno, será algo divertido, será algo fantasioso, será ficción, será histórico, será político, será filosófico, será romántico? Nada de eso sé en ese preciso instante; he mencionado un par de veces antes el hecho de que tengo montones de textos empezados o recortes aquí y allá; ni siquiera he determinado si usaré esos para hacer una especie de Frankenstein (cosa que me aligeraría el trabajo creativo), o básicamente será algo completamente nuevo, en papel, a computadora. Vaya, estoy en ceros en este instante, pero sé que no podré cerrar los ojos hoy para descansar hasta tener esclarecida esa duda y mañana, con toda la intención y el hambre por las letras que tengo, iniciar la travesía.

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