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"No asumas nada, cuestiona todo", del pensamiento crítico o la verdadera evolución humana; jamás pensé que mi espíritu se sintiera de la manera que actualmente se siente con el fervor suficiente de expresar con sinceridad lo que ha notado en la sociedad común, en lo que presente está para muchos mediocres que leen y no comprenden, que pasan sus días sin vivir, que trabajan sin disfrutar su propio ser, que limosneando y robando centavos obtienen el verdadero valor del dinero: Nada.

Así es señores, tengo que expresarles que en mi actual forma de vida, para muchos desperdiciada pero llena de emociones, no entienden por qué me atrevo a experimentar por la única razón de "porque puedo".

La resolución es simple, se los explicaré con lujo de detalles: Todo lo que es palpable en esta vida tiene un valor comercial, económico, moral, intelectual o espiritual, sin embargo, para el uno mismo, todo aquel afecto intrínseco en el proceso de adquisición material y nulo avance es vanidad pura y sin valor verdadero.

Como lo he repetido en varias ocasiones, he pasado por miles de niveles de desarrollo a través de los cuales he aprendido de mí cada día un poco más, aceptando que en el transcurso del tiempo termino por conocer solamente aquello que me ha llevado a ser un fracasado en continuas ocasiones; malentendiéndose lo anterior, la etiqueta será la forma de interpretar mi estadía, pero no es así, simplemente he aceptado aquellas áreas en las que mi genialidad florece para dar cabida al verdadero hombre que he de llegar a ser una millonésima de segundo antes de morir: mi clímax existencial, como me he dado el lujo de nombrarlo.

Leo cuerpos, observo almas, analizo pensamientos y me adentro en espíritus de toda índole a cada oportunidad que tengo; sé cuando me mienten, cuando se crecen a sí mismos, cuando se fascinan, cuando están necesitados, cuando se enorgullecen, cuando detestan, cuando desprecian, cuando se duelen, cuando lloran, cuando temen, cuando se ocultan, cuando añoran, cuando valoran, cuando planean, cuando consiguen. Aprendí eso de la gente, aprendí eso de adentrarme en mí mismo.

Soy una máquina de datos en constante incremento del uso de su capacidad de almacenamiento, no me sacia nada que tenga qué ver con lo superficial, no hay poder humano que consiga limitar a la bestia repleta de deseo integrada en mí, no hay forma alguna de lidiar conmigo si yo no me abro a que lo intenten; porque todos son basura a mis ojos, aún aquellos que sé amar con todo lo que representan.

¿Entonces cómo es que me digo a mí mismo humano? Fácil, domándome a mí mismo es como logro cada día despertar agradeciendo mi existir y el de aquellos que me rodean, que se esfuerzan por interactuar conmigo, algún día la bendición de hacerlo llenará sus vidas y sabrán lo maravilloso que ha sido tenerme cerca; porque soy alguien en eterna deuda con la gente, cada día hago lo posible por ser mejor para funcionar entre ella, por inútil que llegue a parecer.

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