Enemigos
Si tuviera la oportunidad de dirigir mis letras a quienes en algún momento se han dignado a hacerme frente insinuando su enemistad contra mí, el listado sería de un número peculiar, con algunos que llegaron a ser íntimos amigos, y otros que apenas conocí.
Un día preferí dejar de lado enemistades y darme a mí mismo el valor suficiente para no dar cabida a malos entendidos y a sitios particulares en mentes ajenas. Como he dicho siempre, es preferible para mí el trabajo de los asuntos desde lo más profundo; sin exhibir o rebajar quien soy.
Hoy estaba feliz realizando mi trabajo —porque aunque lo crean o no, me gusta disfrutar lo que hago, aunque eso signifique trabajar—, en mis manos cayeron herramientas que fácilmente podrían ayudarme a rebajar a nada a un par de seres que pudieran ser considerados como adversarios. Me reí fríamente al tener eso entre mis dedos, jugueteaba con las posibilidades y al final decidí continuar con mi andanza distinta, y mi ejemplo como ser quedó explícito por encima de todo.
Lo cierto es que con un poco de ingenio cualquier enemigo sería devastado en segundos, cualquier construcción de ideas a su favor podría ser desvanecida con un sencillo acto bien implementado; y lo mejor, se me vería cual héroe al finalizar mi hecho. Pero no, prefiero que cada uno use sus cartas en pos de lo que cree más conveniente; yo al final, como siempre sucede, ganaré.
Y digo lo anterior porque, si bien es cierto que uno encuentra trabas en la vida y piedras en su andar, las cosas se acomodan de una forma que lentamente llevan a un desenlace mucho mejor para aquellos que todo el tiempo invirtieron diligentemente donde otros actuaron en afán de su propio y llano beneficio.
Estoy agradecido por mi decisión, como siempre, excelente.
Un día preferí dejar de lado enemistades y darme a mí mismo el valor suficiente para no dar cabida a malos entendidos y a sitios particulares en mentes ajenas. Como he dicho siempre, es preferible para mí el trabajo de los asuntos desde lo más profundo; sin exhibir o rebajar quien soy.
Hoy estaba feliz realizando mi trabajo —porque aunque lo crean o no, me gusta disfrutar lo que hago, aunque eso signifique trabajar—, en mis manos cayeron herramientas que fácilmente podrían ayudarme a rebajar a nada a un par de seres que pudieran ser considerados como adversarios. Me reí fríamente al tener eso entre mis dedos, jugueteaba con las posibilidades y al final decidí continuar con mi andanza distinta, y mi ejemplo como ser quedó explícito por encima de todo.
Lo cierto es que con un poco de ingenio cualquier enemigo sería devastado en segundos, cualquier construcción de ideas a su favor podría ser desvanecida con un sencillo acto bien implementado; y lo mejor, se me vería cual héroe al finalizar mi hecho. Pero no, prefiero que cada uno use sus cartas en pos de lo que cree más conveniente; yo al final, como siempre sucede, ganaré.
Y digo lo anterior porque, si bien es cierto que uno encuentra trabas en la vida y piedras en su andar, las cosas se acomodan de una forma que lentamente llevan a un desenlace mucho mejor para aquellos que todo el tiempo invirtieron diligentemente donde otros actuaron en afán de su propio y llano beneficio.
Estoy agradecido por mi decisión, como siempre, excelente.
No hay comentarios.
Publicar un comentario
Se agradecen tus comentarios.