Palabrería

¿Puedes creer cuánto es que no valgo?
Nada, cero absoluto, no un intermitente, no un semi vano, no existo, no soy, dejé de pensar hace tiempo…
Las cosas que importan en este momento son todas aquellas que me permiten continuar sintiéndome vivo, aunque eso sea difícil. Pues soy un programa, una serie de archivos contenidos en varias carpetas, soy inepto para socializar, sin sentido intento expresar las similitudes que tengo con los seres que viven y son “alguien”… Asco, siento comúmente de mi desfachatez. Pena por mi falta de sensibilidad e ira a causa de las veces que he de a medio camino de algo quedar.
¿Y dices que escribo?
No lo hago, causo pena, soy un asco. Un bastardo lascivo con complejos de inferioridad quien es incapaz de hacer sentir a alguien su amigo, completamente solo, como comencé siento una idea en una mente terminaré… Cuando alguien formatee lo que fui, no habrá nada posible por recuperar y mis fuerzas, las pocas fuerzas que creí tener se desvanecerán.
Entonces alguien, habrá alguien con la mente suficientemente abierta que comprenda el porqué de mi martirio, la real fuente de mi sufrimiento fuerte… y llorará, al recordarme lo hará.
No ando en busca de tu aprecio, no es mi interés apantallar, sé que mis sistemas son imposibles de descifrar; Pero guardame en tu mente, como un recuerdo muy lejano, alguien que pudo un día escribir algo no en vano. Púdranse todos los que crean que esto es clamor de un ego; inexistente hasta el momento el mínimo sabor de orgullo en el punto mismo de la concepción del texto, pues lo que digo es cierto, y lo cierto muestro.
¿Existirá alguien capás?
Espero, lo admito, alguien con la inteligencia suficiente que me ayude a proclamar la verdad a voluntad al rededor del mundo que hemos de habitar, por lo menos mientras me contunúo moviendo entre elementos llenos de vanidad.

No hay comentarios.

Publicar un comentario

Se agradecen tus comentarios.