Mandilón

Todos me dicen mandilón,
y creo que lo soy en verdad,
pero no le digan a nadie,
que mi doña me puede pegar.

Ella es la que manda en casa,
pero el de los pantalones soy yo,
no me gusta el color de sus faldas,
ya mejor no digo nada,
mejor voy por el mandado,
a la tienda de la esquina
y después al supermercado.

Compraré frijoles y huevo,
pues todo está caro estos días,
leche, queso y verdura
y no queda para las tortillas.

No es que yo sea un mantenido,
es que ella me tiene así,
alguien tiene que cuidar a los niños,
y no será ella entendí.

Es una abogada grandiosa,
tanto que si un día nos divorciamos,
no me dejará ni una cosa,
sólo las deudas con los hermanos.

Yo también trabajo, no soy un flojo,
limpio, barro, lavo los trastos,
también friego, sacudo, trapeo el piso,
y en las noches cuido a los chamacos.

Pero no soy un mantenido,
estudié computación,
no será la mayor cosa,
pero me dió una reputación.
En las salas de chat y blogs,
y en los foros por montón.

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