Cuando
Un día te dije que me gustabas,
al siguiente te confesé que te quería,
pasó otro día y tu y simplemente no estabas,
sentí gran dolor, casi moría.
Sigo aquí, esperando a que la nube se valla,
a que el viento haga su trabajo debido,
no quiero ver oscuridad estos días,
voy a sentarme a pensar en el olvido.
La noche cayó, muy pronto diría yo,
hoy no hice más que pensar en ti,
son ya varios meses desde que te fuiste,
por más que estoy aquí, no soy feliz.
Yo solo quiero tocarte,
mirarte fijamente y saber que estás bien.
Sentirte cerca de nuevo,
tocar aunque sea un poco tu piel.
al siguiente te confesé que te quería,
pasó otro día y tu y simplemente no estabas,
sentí gran dolor, casi moría.
Sigo aquí, esperando a que la nube se valla,
a que el viento haga su trabajo debido,
no quiero ver oscuridad estos días,
voy a sentarme a pensar en el olvido.
La noche cayó, muy pronto diría yo,
hoy no hice más que pensar en ti,
son ya varios meses desde que te fuiste,
por más que estoy aquí, no soy feliz.
Yo solo quiero tocarte,
mirarte fijamente y saber que estás bien.
Sentirte cerca de nuevo,
tocar aunque sea un poco tu piel.



Aquí guardo fragmentos de mis días: anécdotas que me han formado, pensamientos que se resisten al silencio, destellos de oraciones que encuentro en los bordes de la rutina.
Escribir, para mí, no es un oficio sino una forma de respirar. Cada texto nace del impulso de entenderme y, tal vez, de reconciliarme con el mundo.
No busco atención o aplausos; solo dejar constancia de lo que alguna vez fui, mientras sigo aprendiendo a mirar con calma.
No hay comentarios.
Publicar un comentario
Se agradecen tus comentarios.