Analizar que cada día comienza mientras observamos la hora en el teléfono: 5:30. El godinizmo se traduce en tiempo viendo memes, la salida al café o al baño, pláticas específicamente idénticas con los compañeros de equipo, autorrealización a partir de situaciones superficiales y trivializadas, productos del consumo y homogenización de los sujetos. Y sin embargo, llega un punto en el que se aprende a amar esta clase de vida ordinaria y repetitiva. Seguir horarios, realizar actividades idénticas a las del día anterior, usar las mismas frases una y otra vez, como si la vida misma estuviera guionizada.
Pero no se vale ser un anarquista, hay que entender que todos los engranes de la máquina son lo que la hace funcionar correctamente. Incluso los comportamientos semisectarios, de algunos miembros de la fuerza laboral son parte del todo.
Ha sido un mes, un periodo completo de volteretas. He aceptado la oferta, ya envié mi documentación al nuevo proyecto y me realizaron las pruebas médicas solicitadas. En este momento estoy en espera de la firma de contrato y claro, el anuncio de mi fecha de ingreso. Estoy contento, pero intrigado y un poco preocupado; quiero que eso se resuelva pronto para trabajar en la reubicación y analizar las finanzas y presupuestos.
En fin, ya es todo por hoy, quiero volver a escribir con mayor frecuencia, pero ya saben cómo es esto, a veces hay inspiración, a veces hay ganas, a veces simplemente está pasando algo y quiere uno recordarlo con una pequeña publicación, como esta. Al momento estoy en la oficina de mi trabajo actual en espera de una junta para resolver pendientes.



Aquí guardo fragmentos de mis días: anécdotas que me han formado, pensamientos que se resisten al silencio, destellos de oraciones que encuentro en los bordes de la rutina.
Escribir, para mí, no es un oficio sino una forma de respirar. Cada texto nace del impulso de entenderme y, tal vez, de reconciliarme con el mundo.
No busco atención o aplausos; solo dejar constancia de lo que alguna vez fui, mientras sigo aprendiendo a mirar con calma.