Ha pasado una semana,
es bueno que sepa que la amo,
la amo como es,
la amo con creces,
y sin quitarle nada.
Pero que no esté es feo,
es rudo, es un verdadero reto.
Volver a ver sus ojos sería un consuelo,
nadie es perfecto, eso es cierto.
Y ella para mí es fascinante,
por su pasión yo muero.
No me busca, no me habla,
no soy ya nadie importante,
no lo sé, es un tormento,
probablemente no me ama.
Llorar no mejora nada,
mi tristeza es mi tortura,
¿y si al final no la merezco?
Tendría que vivir con eso.
Bertha...
¿Crees que puedas perdonarme y volver a hablarme?
Veo que sin mí eres feliz, pero a mí sí me haces falta, mucha falta.
es bueno que sepa que la amo,
la amo como es,
la amo con creces,
y sin quitarle nada.
Pero que no esté es feo,
es rudo, es un verdadero reto.
Volver a ver sus ojos sería un consuelo,
nadie es perfecto, eso es cierto.
Y ella para mí es fascinante,
por su pasión yo muero.
No me busca, no me habla,
no soy ya nadie importante,
no lo sé, es un tormento,
probablemente no me ama.
Llorar no mejora nada,
mi tristeza es mi tortura,
¿y si al final no la merezco?
Tendría que vivir con eso.
Bertha...
¿Crees que puedas perdonarme y volver a hablarme?
Veo que sin mí eres feliz, pero a mí sí me haces falta, mucha falta.
Ha pasado una semana, es bueno que sepa que la amo, la amo como es, la amo con creces, y sin quitarle nada. Pero que no esté es feo, ...



Aquí guardo fragmentos de mis días: anécdotas que me han formado, pensamientos que se resisten al silencio, destellos de oraciones que encuentro en los bordes de la rutina.
Escribir, para mí, no es un oficio sino una forma de respirar. Cada texto nace del impulso de entenderme y, tal vez, de reconciliarme con el mundo.
No busco atención o aplausos; solo dejar constancia de lo que alguna vez fui, mientras sigo aprendiendo a mirar con calma.