Tuve un sueño bastante raro: Se me daban palabras aleatorias y tenía que terminar redactando historias a partir de ellas. Lo raro no es eso, yo mismo ya lo he hecho antes, lo raro es el hecho de que me enfocaba en escribir poemas enormes, a todo le daba un estilo romántico, todo era parte de sucesos o experiencias amorosas, como citas y así.
Citas inexistentes, obviamente; no sé a qué se debe que me dieran ganas de ahondar en eso, quizá no, simplemente estoy aquí probando la distribución de mi teclado y la funcionalidad del mismo. Ah, sí, deberá ser eso. Ya tengo computadora de escritorio una vez más, he estado instalando los programas requeridos para volver a ser funcional en mis labores de freelanceo.
Hacía ya un buen rato que no me ponía a escribir en un entorno decente (no, las pantallas de celular no me parecen óptimas para la escritura, lo siento mobile developers); por otro lado, está el hecho de que el desarrollo sucede mejor desde un teclado como éste; incluso habiendo usado teclados extendidos en laptops, nunca me adapté por completo y nunca me sentí funcional a la hora de diseñar o desarrollar una idea. Esperemos que eso cambie pronto.
Aquí viene lo negativo de tener de nueva cuenta un equipo de escritorio: Ayer me dormí muy tarde bajando programas, que algunos ni siquiera he instalado; tampoco me di un instante para leer algo, perdí tiempo en YouTube en lugar de eso, así es, se me antojó más que en otro momento meterme a ver información y también comicidad en ese sitio.
Bueno, los amo a todos, trataré de pasar por acá más seguido ahora que la computadora es más simple y se presta para hacerlo. Por el momento me meteré a una junta pospuesta para el día de hoy en el trabajo. Excelente día.
P.D. Quisiera tenerte aquí, a mi lado, para mejorar mi perspectiva de esta mañana, quisiera abrazarme de ti, siempre y no alejarme nunca de la deliciosa textura de tu piel, la maravillosa experiencia de tenerte cerca, quisiera que vivieras conmigo, de una vez, y olvidarme definitivamente de todo; respetar tu libertad y que me brindes un amor repleto de verdad.
Citas inexistentes, obviamente; no sé a qué se debe que me dieran ganas de ahondar en eso, quizá no, simplemente estoy aquí probando la distribución de mi teclado y la funcionalidad del mismo. Ah, sí, deberá ser eso. Ya tengo computadora de escritorio una vez más, he estado instalando los programas requeridos para volver a ser funcional en mis labores de freelanceo.
Hacía ya un buen rato que no me ponía a escribir en un entorno decente (no, las pantallas de celular no me parecen óptimas para la escritura, lo siento mobile developers); por otro lado, está el hecho de que el desarrollo sucede mejor desde un teclado como éste; incluso habiendo usado teclados extendidos en laptops, nunca me adapté por completo y nunca me sentí funcional a la hora de diseñar o desarrollar una idea. Esperemos que eso cambie pronto.
Aquí viene lo negativo de tener de nueva cuenta un equipo de escritorio: Ayer me dormí muy tarde bajando programas, que algunos ni siquiera he instalado; tampoco me di un instante para leer algo, perdí tiempo en YouTube en lugar de eso, así es, se me antojó más que en otro momento meterme a ver información y también comicidad en ese sitio.
Bueno, los amo a todos, trataré de pasar por acá más seguido ahora que la computadora es más simple y se presta para hacerlo. Por el momento me meteré a una junta pospuesta para el día de hoy en el trabajo. Excelente día.
P.D. Quisiera tenerte aquí, a mi lado, para mejorar mi perspectiva de esta mañana, quisiera abrazarme de ti, siempre y no alejarme nunca de la deliciosa textura de tu piel, la maravillosa experiencia de tenerte cerca, quisiera que vivieras conmigo, de una vez, y olvidarme definitivamente de todo; respetar tu libertad y que me brindes un amor repleto de verdad.
Tuve un sueño bastante raro: Se me daban palabras aleatorias y tenía que terminar redactando historias a partir de ellas. Lo raro no es eso,...


Aquí guardo fragmentos de mis días: anécdotas que me han formado, pensamientos que se resisten al silencio, destellos de oraciones que encuentro en los bordes de la rutina.
Escribir, para mí, no es un oficio sino una forma de respirar. Cada texto nace del impulso de entenderme y, tal vez, de reconciliarme con el mundo.
No busco atención o aplausos; solo dejar constancia de lo que alguna vez fui, mientras sigo aprendiendo a mirar con calma.