Nada tengo y nada soy, todo cuanto poseo y se proclama al rededor de mí son supersticiones y suposiciones, soy un pulso más en el reloj del mundo, tan importante como eso, tan fascinante como eso. Soy acechado por los laureles que a todos afligen, pero existo, oh sí. Y soy, lo demás es informal.
Nada tengo y nada soy, todo cuanto poseo y se proclama al rededor de mí son supersticiones y suposiciones, soy un pulso más en el reloj del ...



Aquí guardo fragmentos de mis días: anécdotas que me han formado, pensamientos que se resisten al silencio, destellos de oraciones que encuentro en los bordes de la rutina.
Escribir, para mí, no es un oficio sino una forma de respirar. Cada texto nace del impulso de entenderme y, tal vez, de reconciliarme con el mundo.
No busco atención o aplausos; solo dejar constancia de lo que alguna vez fui, mientras sigo aprendiendo a mirar con calma.