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 Despertándome poco después de las cuatro, nervioso, claro está, de lo que tenga para responder en la entrevista de código; he dicho hasta el cansancio que esa clase de herramientas de filtrado no necesariamente funcionan, simplemente sirven para darte una idea de qué tanto ha estudiado un individuo; pero, a la hora de trabajar, probablemente su capacidad para "googlear" sea más beneficiosa.

Nos encontramos en un tiempo en el que las herramientas para resolver nuestras dudas están a una búsqueda de distancia, y gracias a la excepcional capacidad de los buscadores actuales, eso no implica más de unos pocos segundos; digo lo anterior porque considero de mayor importancia en un desarrollador su habilidad para generar empatía, su capacidad para comunicar dudas o incluso la virtud de aportar para un equipo (aunque no necesariamente eso implique estar ahí y ser parte física de uno para hacer "jueguitos" y demás actividades agobiantes, luego les explicaré un poco más esto).

Gracias al Cielo, estamos situados en la zona con mejores beneficios del espectro a la hora de comparar con diversas actividades profesionales del mercado que requieren que estemos de tiempo completo en la calle o interactuando con otras personas; para nosotros, únicamente es necesario tener un equipo de cómputo (que bien debería proveer la compañía en la que trabajemos), conocer de algún gestor de versiones y saber colocar palabras medianamente ordenadas dentro de un procesador. Dicho sea de paso, si el trabajo de escritor es genuinamente un empleo para "flojos", el desarrollador no se queda atrás en su travesía, pues ejecuta prácticamente actividades similares; a mí, que me gusta hacer ambas cosas, podría claramente identificárseme como alguien doblemente flojo.

En fin, les decía que para hoy tengo una entrevista con esta empresa europea de la cual no quiero celebrar nada todavía; pues recuerdo que la última vez que intenté quedar en una posición similar terminé intelectualmente aplastado por quien me entrevistó y le conté a varias personas lo mal que me había ido; ¿seré capaz de superarla ahora? Lo desconozco por completo. Es común que advirtamos que la forma de salir ileso de un evento de estos no necesariamente depende del talento o la astucia de los participantes en la conversación, por lo general, está vinculado poderosamente a un asunto de personalidad y prioridad antes que cualquier otra cosa.

Aunque el año pasado hube fallado a tantas entrevista que siento que equivocarme otra vez lo único que lograría es ponerme un peldaño más arriba en mi plan de vida por moverme a un mejor empleo, ya no lo tomo como algo terrible (antes sí), sino como una experiencia agregada a la lista interminable de fracasos por los que he pasado, que sin embargo, aquí me tienen, escribiendo (o haciendo el intento de escribir), unos cuantos renglones al día para generar un poquito más de confianza cuando me encuentre frente a un procesador de textos (o IDE cualquiera). Mañana vuelvo y les cuento cómo me fue.