Nervioso
Me pones nervioso, pero de buenas, alegre, pero peleando, me pareces fascinante, pero molestable, eres preciosa.
Me pareces dulce, pero atrevida, me pareces icónica, pero insólita, me pareces diva, pero sencilla, inteligente, pero ilógica.
Tu cuerpo es pequeño, y muy abrazable, tus ojos son bellos, tus labios besables, tus manos pequeñas, tu piel es tocable. Hasta que la gracia de las estrella colme de caricias nuestra relación notable. Hasta que el sol se detenga en medio del oriente y la luna ilumine nuestras frentes. No sé si somos locos, pero esto es de pocos, no sé si soy cobarde, pero esto no es un alarde.
Me pareces dulce, pero atrevida, me pareces icónica, pero insólita, me pareces diva, pero sencilla, inteligente, pero ilógica.
Tu cuerpo es pequeño, y muy abrazable, tus ojos son bellos, tus labios besables, tus manos pequeñas, tu piel es tocable. Hasta que la gracia de las estrella colme de caricias nuestra relación notable. Hasta que el sol se detenga en medio del oriente y la luna ilumine nuestras frentes. No sé si somos locos, pero esto es de pocos, no sé si soy cobarde, pero esto no es un alarde.



Aquí guardo fragmentos de mis días: anécdotas que me han formado, pensamientos que se resisten al silencio, destellos de oraciones que encuentro en los bordes de la rutina.
Escribir, para mí, no es un oficio sino una forma de respirar. Cada texto nace del impulso de entenderme y, tal vez, de reconciliarme con el mundo.
No busco atención o aplausos; solo dejar constancia de lo que alguna vez fui, mientras sigo aprendiendo a mirar con calma.
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