Analizar que cada día comienza mientras observamos la hora en el teléfono: 5:30. El godinizmo se traduce en tiempo viendo memes, la salida al café o al baño, pláticas específicamente idénticas con los compañeros de equipo, autorrealización a partir de situaciones superficiales y trivializadas, productos del consumo y homogenización de los sujetos. Y sin embargo, llega un punto en el que se aprende a amar esta clase de vida ordinaria y repetitiva. Seguir horarios, realizar actividades idénticas a las del día anterior, usar las mismas frases una y otra vez, como si la vida misma estuviera guionizada.

Pero no se vale ser un anarquista, hay que entender que todos los engranes de la máquina son lo que la hace funcionar correctamente. Incluso los comportamientos semisectarios, de algunos miembros de la fuerza laboral son parte del todo.

Ha sido un mes, un periodo completo de volteretas. He aceptado la oferta, ya envié mi documentación al nuevo proyecto y me realizaron las pruebas médicas solicitadas. En este momento estoy en espera de la firma de contrato y claro, el anuncio de mi fecha de ingreso. Estoy contento, pero intrigado y un poco preocupado; quiero que eso se resuelva pronto para trabajar en la reubicación y analizar las finanzas y presupuestos.

En fin, ya es todo por hoy, quiero volver a escribir con mayor frecuencia, pero ya saben cómo es esto, a veces hay inspiración, a veces hay ganas, a veces simplemente está pasando algo y quiere uno recordarlo con una pequeña publicación, como esta. Al momento estoy en la oficina de mi trabajo actual en espera de una junta para resolver pendientes.



Todo Cambia

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 Analizar que cada día comienza mientras observamos la hora en el teléfono: 5:30. El godinizmo se traduce en tiempo viendo memes, la salida ...

 En otras ocasiones, mi preocupación mayor ha sido quedarme sin trabajo/proyecto, en este punto de mi vida me encuentro justo en el opuesto de la ecuación. El trabajo de oficina en el que estoy me resulta tóxico, y los proyectos, cuando he pertenecido a ellos, asfixiantes.

Es muy difícil sentirse cómodo en un entorno en el que tus capacidades son medidas a través de mentiras, es verdad que he visto por encima más tecnologías y he tenido que meter las manos a las tripas de procesos y proyectos que en la vida me hubiera imaginado, pero esa constante de "no saber" me persigue.

Las dificultades económicas me han hecho mantenerme en un lugar en el que tras horas incontables de monitoreo durante fines de semana, horarios horrendos y compañeros con autoridad de ningunearte cada dos horas, son asunto de cada día. El abuso laboral se vuelve algo que afecta psicológicamente, y a pesar de que "te paguen", te mantiene en un estado de estrés constante y aterrador.

Lo anterior ocurre cuando en tu necesidad de dinero agarras la primer vacante en la que te aceptan, principalmente porque tomaste malas decisiones (o sea que sí, es culpa y responsabilidad propia); pero no me malentiendan, en su momento lo dije, estoy muy agradecido de haber pasado por el peso de esa oportunidad. El fantasma del desmerecimiento y la limitada habilidad me acosa todo el tiempo, así que promoverme como alguien que a duras penas ha aprendido, es más sincero, que gritarle al mundo "soy experto" y quedar como un incompetente. Odio eso, detesto tener que ser experto para que me den la oportunidad de estar en un proyecto, cuando en la vida real, las cosas no ocurren así. Uno aprende conforme se empapa de las necesidades del entorno y la narrativa del cliente.

En la vida he sido constantemente rechazado de las cosas que me agradan. De los proyectos que me gustan, de las personas que me atraen. Es como si tuviera tatuada en la frente la leyenda de "mediocre". Y es de ese punto de donde me quisiera agarrar un poco, se vale ser mediocre y estar bien, se vale ser mediocre y tener unas finanzas saludables, se vale ser mediocre y tener un excelente puesto laboral, se vale ser mediocre y tener felicidad. ¿Qué me pasa? ¿Por qué no consigo ser uno de esos mediocres?

Soy casi un hombre de mediana edad y he conseguido cero cosas en la vida. Me he matado en cada uno de los procesos tratando de encontrar la mejor versión de mí, he puesto el alma y los huesos en el amor cuando lo he intentado, pero absolutamente todo, ante cualquier intento que haya hecho, todo se viene abajo. ¿Estoy destinado al fracaso permanente? Y de ser así, ¿por qué entonces no mueren mis ganas de aprender y mejorar como persona?

Llegar con toda la transparencia del mundo y mostrarte tal cual eres a algunos les resulta aterrador, porque ven sus propios miedos y complejos reflejados en ti; en lugar de reconocer que tenemos límites, que no somos tan buenos como quisiéramos, que por mucho que nos esforcemos hay temas y áreas en las que jamás vamos a destacar; en lugar de eso, la gente se aferra a mentir y a convertir dichas mentiras en una realidad tras repetirlas constantemente. Prefiero el crecimiento y el aprendizaje que viene con cometer errores. ¿O no? Quién sabe.

Responder diez preguntas al teléfono y resolver cinco algoritmos a cambio de un empleo en el que sesenta por ciento del tiempo vas a estar observando unos cuadritos cambiar de color gris a verde, treinta y nueve por ciento más estarás sumergido en juntas aburridísimas (mayormente innecesarias) y donde lo más difícil a hacer en cuanto a la aplicación de tus "conocimientos" será redactar un correo electrónico en lengua extranjera advirtiendo a otro equipo que uno de los flujos del que ellos son responsables ha fallado... Ajá, así de chafa, absurdo y aburrido puede llegar a ser tener carrera profesional.

En fin, ojalá me despidan, pero por las buenas, pagándome mi merecida indemnización. Y que ese dinero extra me permita enfocarme en algún lenguaje de programación que me ayude a dar un salto de calidad y satisfacción a mi vida profesional, social, adulta y me sirva para mejorar como ser humano.



 Observando los números moverse. La ansiedad motivada por las entrevistas que vienen y el miedo a no fracasar en los intentos, a la vez, que tras ver las cuentas el barco se ve que avanza lentamente. ¿Deseoso de ser parte de un proyecto mejor? Claro. ¿Consciente de que las oportunidades me rodean si tengo el valor de estirar la mano? Por supuesto. ¿Aterrado ante el fallo estrepitoso? Evidentemente.

Como saben, escribo estas líneas en el punto en el que mi corazón y cordura se encuentran. Con todo el afán de ser una mejor persona y al mismo tiempo sintiéndome miserable por no haber logrado nada o casi nada en esta vida. Confesando que soy víctima de la trampa capitalista. Al mismo tiempo que la moral me pone límites estrictos para evitar aquello que podría llevarme a posibles consecuencias peores. "¿Pero qué peor que donde me encuentro?" Me dice mi parte racional. "No lo imaginas siquiera." Me dice la emocional. Y así; los conflictos internos son mayores que los que a simple vista pueden tenerme destrozado.

Desde controlar el ego hasta limitar el sarcasmo, siendo un árbol atacado por fuertes vientos manteniéndose en pie. Una moneda al aire que depende más de la fortuna que del talento o la capacidad. Apoyando cada paso en las personas que me rodean y estiman. Leyendo, invirtiendo y con introspección creciendo; me falta el arrojo, la rabia, la pasión, la constancia, la astucia, el conocimiento y la perseverancia que dar pasos confiadamente requiere. Pues recaer, a estas alturas, ya no es una opción.

Y en el no hacer nada está la falta de virtud. Pues sin coraje, sin riesgo, sin una apuesta verdadera, queda solo un cobarde, temeroso y diminuto ser. ¿Y hay la posibilidad de salir de ahí? El pensamiento lo afirma.

Cuando te hartas de perder o caes hasta lo más profundo, llegaste a tu límite inferior. Y a partir de ese momento todos son impulsos hacia arriba. Pero en ocasiones las piernas ya no tienen fuerza, los ojos han perdido la visión y las manos no quieren ser estiradas.

Hay que temerle tanto al conformismo como a la traición. Porque estamos tracionandonos a nosotros mismos y a nuestros sueños cuando nos quedamos estáticos, atorados. El temor es una parte sustancial en la formación del caracter; la personalidad se pule ante la frustración y la sabiduría se enriquece ante la experiencia.

Vivir pensando que no vas a cometer errores si no mueves un dedo es un gran engaño puesto ahí a propósito para que te rindas antes de explotar tu potencial; tanto físico, como intelectual. Probablemente tu calidad de vida no te permita nunca dejar de arrastrarte para avanzar; pero estás haciéndolo, y quién sabe, la fortuna a veces sorprende a los que no dejan de acecharla.



2 AM o Algo

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 Observando los números moverse. La ansiedad motivada por las entrevistas que vienen y el miedo a no fracasar en los intentos, a la vez, que...

Las cinco de la mañana y pensando en lo difícil que puede ser en algunos contextos hacer dinero. Se te cierra el mundo y las oportunidades cada vez son menos evidentes. Mientras que en Internet, millones se jactan de lo sencillo que es para ellos acumular riqueza, en el plano real, donde ocurren los golpes, se reparten insultos y la frustración es tema de cada hora, la cosa no es así de sencilla.

Me gusta creer que entre toda la basura que nos rodea hay oportunidad para crecer; pensar en lo bueno que podemos hacer a pesar del miedo y las dudas. Pero hay que reconocer que lo primero que nos limita, humanamente hablando, es la incapacidad de negociar. He sido testigo y protagonista de un montón de ocasiones en las que terminé regalando mi trabajo por no saber ponerle un precio justo. No pasa nada, uno sigue, uno aprende y crece conforme el tiempo avanza.

Imagina ser tan bueno para escribir que te paguen por hacerlo, sería asombroso. Por cierto, hablando de escribir, la programación es exactamente lo mismo. De hecho hay demasiadas similitudes entre escribir y programar (quizá por eso no soy tan bueno como quisiera en ninguna de las dos). ¡Ja!

Cuando programas, si aprendes a hacerlo de la forma correcta, te tienes que adaptar a un formato establecido, a un diseño de producto, seguir reglas básicas de sintaxis y colocar las cosas en orden. Por ejemplo, un personaje puede ser una función, y cada capítulo de una novela una clase. Donde las funciones al igual que los personajes conservan ciertos atributos, que se llaman (hacen presentes) según el correr del programa. O sea, tal vez estoy escribiendo una tontería y espero no molestar por hacerlo, simplemente así piensa mi cabeza. 

Tengo la impresión de que hay más gente en el mercado de "búsqueda de proyectos" que en proyectos como tal. Perdón por el circunloquio. Al tiempo que redactaba esto, me daba una vuelta por un foro de empleos y me sorprende la cantidad tan asombrosa de profesionistas que no le han dado al clavo (cuéntenme como uno); ¿será que la burbuja IT dentro de la que vivimos ha estallado?

Hay más personas trabajando en "prepararte" que realizando el trabajo. Si este mercado fuera una construcción, hay más contratistas que albañiles. ¿Es una buena opción seguir aquí en lo que estamos haciendo? Da para pensarse.

Leer a otros me ha enseñado a escribir, leer el código de otros me ha enseñado a programar, leer las personalidades de otros me ha enseñado a mejorar como persona, son cosas que simplemente ocurren con la práctica. No podemos desear tenerlo todo de un día para otro, hay que aprender a ser albañiles. Hay que construir desde abajo. 

Pseudoempresarios que venden humo hay muchísimos, pero cuando los agarras a solas, no son más que otro político mentiroso, que no sabe hacer nada. ¿Es eso lo que quieren? ¿Un mercado repleto de mediocres que venden caro y no saben hacer nada? Dense. A final de cuentas la policía del karma le cae a cada uno en su momento. Si eres un fraude contigo mismo, lo serás con los demás. Y así de ínfimo es tu valor.

Me compré un curso, me costó bastante; lo estuve revisando y viene muy completo, es un curso que cumple las actividades de mi trabajo en la empresa godín que estoy, así de comprometido me siento con hacer las cosas bien. Quiero aprender bien. No para el bien de ellos, para mí.



 Pasa que de vez en cuando me dan un montón de ganas de escribir, y aunque tengo de qué hacerlo, se me juntan pendientes y me quedo sin esos treinta minutos que bien me servirían de desahogo. Las presiones de cada día nos agobian y olvidamos que estamos aquí, no para rendirnos de tiempo completo al sistema, aunque así lo parezca.

Ayer le dije a mi jefa que quería tomarme este día, que lo agarraran a cuenta de vacaciones, estuvieron de acuerdo. Y por eso vine aquí a contar todo lo mal que han ido las cosas. Claro, hay un par de proyectos en los que trabajo, pero no he visto beneficio alguno en su existencia hasta el momento. Quizá sea por lo perfeccionista que soy, por lo alto de las metas que me he propuesto o por mi obsesión a dejar atrás el fracaso, la suma de todos, seguro, pero no puedo sentirme cómodo sin "producir".

Mi trabajo actual no me satisface, no me hace sentir bien lo que me encomiendan en esa empresa y he pensado continuamente salirme de ese lugar. Lamentablemente la informalidad del freelanceo no me da para quedarme sin un ingreso "fijo", entonces me encuentro en la dubitativa de hacer algo chido por mi cuenta o seguir fatigándome en entender, aprender y esforzarme por un negocio que no veo en un futuro cercano, pero es uno que me da para tragar.

¿Qué pasaría si mando todo a volar? He sopesado el potencial error de tomar esa decisión; en primera, los pagos de créditos que están automatizados, serían desplazados. Además tengo el compromiso enorme encima de saldar pendientes, que dicho sea de paso, por esa razón entré a esa empresa en primer lugar, por la necesidad de pagar. Así fue como decidí aceptar la primera oferta formal que llegara, sin importarme el monto o la actividad que hubiera que realizar, en ese punto de mi historia, habría dicho que sí a trabajar en IT para cualquier posición que lo solicitara.

En mi mente: Quiero dedicarle un par de meses a navegar profundamente desayunando, comiendo y cenando la tecnología a la que me quiero enfocar. Lamentablemente, por ahora, basta con esperar paciente. Consciente estoy de que la mitad del año se ha ido ya, y que es hora de incrementar esfuerzos a la vez de enfocarme en resultados.

El plan para hoy era darme un baño, salir un rato, tomarme un café, conectar los audífonos a la computadora y realizar cualquier actividad que mis proyectos externos requirieran; pero no se pudo, no de esa manera, tal vez después.

Compartir es la mejor manera de disfrutar cualquier éxito, por pequeño que sea; eso lo he aprendido a la mala, pues me ha tocado estar solo en medio de mis mayores logros, y he visto cómo la vida se escapa de mis manos, mientras, observo lentamente cómo el mundo no para y se organiza para que cada cual encuentre su lugar; mientras picando piedra, sigo meditando en lo lejana que se percibe la estabilidad para mi persona, sin eso ser una queja. Cada historia, cada paisaje, cada segundo, cada persona, tiene su belleza, encanto y enseñanza.

"A job that slowly kills you, bruises that won't heal. You look so tired, unhappy."



 –Reescribir la historia es parte de nuestra existencia, no hay en la actualidad elementos tales que sean completamente ciertos; quizá sí, corrijo, pero no son así vistos por la generalidad de la civilización. En nuestra manera de ver las cosas hemos establecido un pensamiento y removido aquellas ideas que parezcan demasiado revolucionarias, creemos que al documentar todo tenemos derecho de modificar el pensamiento a nuestro parecer. Somos más ignorantes de lo que parecemos. –Mencionó el doctor Carrigan en conferencia de prensa.

Rápidamente uno de los periodistas invitados al tener la palabra expuso: –Doctor, ¿está usted diciendo que todo en lo que está basada nuestra realidad como seres humanos son calumnias gubernamentales y engaños de falsos historiadores, falacias que a nivel global tratan de hundirnos en nuestra ignorancia?

–Usted lo ha dicho. –Repuso el científico. Al instante los más de cien en la sala comenzaron un bullicio que únicamente el “silencio”, pronunciado al micrófono logró controlar.

–Existen evidencias claras que demuestran que "la verdad" que se nos ha contado de las cosas no siempre es la verdad. Las naciones escriben su propio nacionalismo, las banderas fueron dibujadas a partir de un patrón, los elementos culturales y sociales han sido moldeados, los aquí presentes lo hacen por el compromiso social que los magnates del mundo tienen en sus cadenas mediáticas invertido. Ustedes amigos, son herramientas de maldición global y formadores de mentes ingenuas e incultas, sus jefes corporativos representan, desde la opinión de los expertos en el desarrollo cerebral, los productos del sinsentido. Muchas manos se levantaron al instante, los periodistas, al verse directamente acusados esperaban que se arrepintiera de lo que les dijo.

–Francamente señor Carrigan. –Dijo una dama vestida de traje de baja estatura que se encontraba de pie a pocos metros de distancia. –Estimo que usted, en su área de investigación se ha vuelto paranoico ante la necesidad de encontrar algo que literalmente no existe. Usted propone la idea de que nuestros jefes y nosotros mismos hemos sometido la mente de la sociedad. Creo que lo que en realidad sucede es que usted, en su intento por demostrar algo absurdo, ha perdido el juicio y la razón, por consiguiente nos gustaría escuchar una disculpa de su parte hacia nosotros, que lo único que hacemos aquí es cumplir con nuestro trabajo.

No hubo más discusión, el científico bajó la mirada y entendió que lo que intentaba en ese lugar era una pérdida de tiempo; los ahí presentes habían sido adoctrinados y engañados como el resto de la población, unos pocos solamente se salvaban, aquellos que como él se habían ocultado en sitios lejanos a estudiar convirtiéndose en ermitaños.

–No responderé más preguntas. –Finalizó. Se dio media vuelta después de tomar los documentos que tenía frente a él y se dispuso a salir del salón. La gente explotó en griterío e insultos, le lanzaron toda clase de objetos que tenían en las manos.

Al salir, corrieron hacia él y tapándole la cara lo tomaron por la espalda y comenzaron a golpearlo. Entre los golpes se podían distinguir voces de mujeres y hombres; fueron tantos los impactos en su cuerpo que cayó en posición fetal a recibirlos. Así pasaron varios minutos; entre escupitajos y patadas. Le pisotearon la cara e intentaron desnudarle.

Al cabo de un rato, después de que se hartaron de golpearlo, el lugar quedó silencio. Carrigan solo podía percibir un intenso zumbido y le dolía todo el cuerpo. Con las fuerzas que le quedaron comenzó a arrastrarse, posteriormente apoyándose en la pared se puso de pie, sostenido solo con la fuerza de sus manos.

Un fuerte estruendo proveniente de atrás. El dolor lo consumía. La bala había atravesado su cuerpo justo por el pecho. Al voltear entre la multitud de periodistas la elegante dama rubia que había hecho la última pregunta, con sus dulces ojos azules sostenía el arma homicida.

Así finalizó la vida del último que quiso oponerse al sistema. FIN.



 –Las enfermedades sociales se han convertido en nuestro más grande mal, por más que actuamos con toda la fuerza policial para combatirlas seguimos siendo presas de las clases bajas. –Dijo el jefe de policía.

La concurrencia lentamente movía la cabeza en señal de aprobación, unos expresaban por lo bajo el acuerdo que sentían con el dirigente.

Durante los últimos meses, en la metropolitana ciudad de Harshwal (un conglomerado de cinco micronaciones europeas), un grupo de descarriados poco ortodoxos en su actuar atacaba los inmuebles nacionales con consignas de protesta.

Desde hacía diez años, cuando el mandatario global Roger Dubai erradicó la guerra como concepto militar internacional y la refirió a una cuestión de clases, las personas pertenecientes a la "esfera" llevaban una vida pacífica alejada de cualquier fenómeno causante de repulsión. Las marcas negras en la sociedad moderna eran esas contadas personas que nunca quisieron adoptar el nuevo modelo de vida.

Thomas Avenair comandaba la escuadra guerrillera con mayor presencia en el territorio de Harshwal, sus armas eran globos químicos que al lanzarlos contra las blancas paredes de la civilización estallaban pintando reclamos contra el sistema. Para ese entonces el armamento bélico había desaparecido por completo, por lo que ninguno de ellos tenía acceso a algo parecido a una pistola, mucho menos podían ingresar a las plataformas informáticas en las redes de comunicación mundiales; sus necesidades como alimento, aseo y vestimenta las suplían de asaltos esporádicos y olvidados basureros.

–Es urgente que se nos permita infectarlos con el virus selectivo que hemos preparado, gracias al déficit de vitaminas en sus cuerpos sabemos que nos es posible eliminarlos en su totalidad. –Expuso con fuerza el portavoz.

Alguien del público levantó la mano: –¿Cómo garantizan que eso no será una amenaza para nosotros y evitarán que la masacre tenga un alcance descontrolado?

–Hemos hecho las pruebas pertinentes. Dedicamos laboratorios enteros a la investigación y pruebas de diversos agentes en animales. Logramos exterminar una muestra significativa en una ciudad pequeña con resultados óptimos. No hay razón para creer que nos veremos afectados. –Expuso el líder. La explosión del sonoro aplauso por parte de la audiencia se desató.

Thomas vestía encima de su ropa habitual harapos azules que encontró de un viejo agente de policiaco; era eso lo que lo diferenciaba del resto de su gente que uniformaba el clásico atuendo que solía ser blanco minimalista. Cargaba consigo una mochila repleta de globos y a su paso por las desoladas calles las cámaras lo señalaban de inmediato. No era nada sutil en su andar, con desprecio y gritería lanzando globos hacia todas partes. Su grupo lo acompañaba haciendo lo mismo.

Los dos centinelas mecánicos de la guardia salieron al alcance del contingente y capturaron a un par de sus miembros. En el momento, fue testigo de cómo les arrancaron de tajo las extremidades matándolos instantáneamente, y cinco segundos después, estaban limpiando el tiradero de sangre consecuencia del suceso. A Thomas no lo atacaban, no porque no tuvieran la capacidad, sino porque al ser el líder del grupo, convertirlo en un mártir haría más difícil la tarea de acabar con la rebelión. Thomas lo sabía, su única intención era lograr que los ciudadanos pertenecientes a las clases dominantes advirtieran la situación, pero la esfera era fuerte y contenida, y las máquinas trabajaban rápido. Para ellos, su grupo únicamente representaba un cáncer que había que remover por completo.

El mérito del gobierno había sido evitar el contacto directo de unos con otros, los descarriados querían ser vistos y que su lucha fuera comprendida, estaban hartos de la desigualdad. La opulencia por otra parte, vivía encerrada en su mundo perfecto percibiendo solamente información filtrada de su entorno. Caminaban por donde se les indicaba, seguían las reglas al pie y sin emitir duda, actuaban de una forma monótona y programada.

Los encargados de la seguridad llevaban tiempo tratando de que Thomas se autodestruyera sin éxito. Según el jefe de la policía, el ataque mediante el frente químico era la solución justa para acabar con esa rata. El escurridizo conocía bien las calles, las alcantarillas, era un trepador y tenía la capacidad de colarse en calles importantes, vandalizar las paredes y escaparse en cuestión de minutos.

El consejo de seguridad aglutinado en la cúspide policiaca tomó la dictaminó entonces: –Está decidido. Tenemos que actuar.

Entonces dio la orden de lanzar el compuesto químico. Hasta donde sé, ahí terminó la raza humana. FIN.