Se nos acaba el año. Agradecido estoy con el solo hecho de haber podido llegar hasta aquí. Inició siendo uno de los años más terribles de mi vida, desempleado, endeudadísimo, aterrorizado, sin esperanzas y rodeado de personas que iban una a una enfermando.

No sé si gritar "Jumanji" a las 23:59 pero de verdad que espero que el próximo las cosas mejoren. Cuando advertí lo que nos venía encima, conforme se me fueron cayendo los planes y proyectos, empecé a aprender a valorar todos y cada uno de los momentos que he podido compartir con mi familia; la verdad sea dicha, no creo que haya monto económico más valioso que estar rodeado de las personas a las que amas.

No me pienso extender con esta publicación, es innecesario ponernos sentimentales puesto que lo único que estamos por hacer, es despedir un año más del calendario; y empezar el siguiente exactamente en el punto en el que las carencias y dificultades que dejemos inconclusas continúen atormentándonos.

Deseo de todo corazón que nos vaya mejor en cuanto a las tragos amargos, pero consciente estoy de que un cambio de fecha no implica transformación de paradigmas, y que a menos que hayamos venido trabajando en algo, las cosas seguirán exactamente como están.

Sin embargo, espero que tengamos tiempo de calidad en familia, que la salud nos acompañe y a ellos también, y que las tristezas sean mucho menos. Les dejo un abrazo muy especial y mando ánimos para seguir, pues en este andar repleto de baches, tropiezos, neblina y terrenos sinuosos llamado vida, lo mejor es estar juntos y ayudar en lo que podamos a los demás.



 Estoy atorado con el trabajo, aunque he venido levantándome bastante temprano, llámese por las preocupaciones, miedos o simples problemas de sueño, lo cierto es que no me he sentido suficientemente capaz de actualizar unas variables de configuración en una actividad pendiente, para posterior a ello ejecutar testings y liberar a producción los cambios.

Qué les puedo decir al respecto, son cosas bastante enredosas en un principio y creo que me ha faltado esa "revisión" al llegar al equipo para poder comprenderlas a fondo; además, siendo sinceros, como casi cualquiera hace documentación y la cuelga prácticamente de donde lo dejen (porque estamos tremendamente limitados en cuanto a accesos), no hay una forma real de hacerse paso entre wikis hasta encontrar la respuesta necesaria. Bastante de lo que toca hacer está enfocado en acudir a alguien más a que nos tire el paro.

Si alguno de ustedes tiene una empresa de software, procure que exista un directorio en el que se guíe por una serie de lugares comunes a los nuevos empleados, y que cada uno de ellos tenga completo acceso al material que requiere conocer sin tener que estar pidiendo a otros todo el tiempo que les lleven de la mano. Las personas que son autodidactas lo agradecerán infinitamente.

Estamos a un día de que el año culmine; no recuerdo haberles contado, pero sepan que esta vez, me tocó trabajar tiempo completo hasta el fin de semana, lo que significa que mientras algunos estarán celebrando la entrada de año nuevo con sus familiares y amigos, yo andaré revisando que los flujos no se caigan el sábado y domingo desde que amanezca hasta que termine el día.

Pero eso sí, me he pedido la próxima semana de descanso. Estoy por cumplir un año en la empresa y todavía no tomo ni un día de vacaciones, creo que verdaderamente me lo merezco. Además, está el hecho de que en mi equipo son bien quisquillosos para recuperarte los "comp offs" de haber trabajado fines de semana, y al momento de redactar estas líneas, me quedaron debiendo, ocho días, pues hube trabajado "extras" cuatro fines de semana desde agosto a lo que va del año, serían diez días perdidos, si agregamos los dos del próximo fin. No es queja, como tal, digo, al final me ha servido para aprender y reorganizar mis tiempos de mejor manera.

Además con todo este asunto de las fiestas decembrinas, los propósitos de año nuevo y querer ser mejores, como que siento que ese tema pasa a segundo término; lo importante es realizar las actividades que se me solicitan, de la mejor manera posible. Para si un día me cambio de trabajo, pueda agradecer hasta esos tiempos durante fines de semana que tuve ocupados.

Se termina el año, tengo la plena sensación de no haber conseguido nada; y sin embargo me siento enormemente agradecido por seguir aquí. Porque mi familia y las personas amadas de mis círculos cercanos se encuentren también aquí. No me quiero poner emotivo con eso todavía, mejor lo dejamos para mañana. Un abrazo.



 Dije que les iba a contar, así que aquí está: "No me fue bien", así, a secas, tuve varias respuestas correctas –casi todas las que tenían que ver con conocimiento general de la tecnología y aquellos ejercicios de sencillos a moderados en complejidad–, pero cuando llegamos a las preguntas verdaderamente específicas, las que están estrechamente vinculadas a la experiencia en una herramienta, por ejemplo, de la cual estoy limitado todavía, me he quedado en blanco, he tenido que confesar que no he usado suficiente la herramienta como para saber esas respuestas.

También estuvo el asunto del code challenge, que aunque he resuelto la mayoría de problemáticas en el "examen de código"; al último se pedía hacer un programa en el que desperdicié tiempo y no usé un algoritmo optimizado, al final el entrevistador me dijo: "Te voy a explicar cómo yo abordaría ese problema", y lo ha hecho, y él tenía razón; siendo sincero, pudo ser un asunto de estrés o temor, lo que sea, ya sucedió, pues a pesar de que me invitó a googlear, no quise hacerlo, porque estaba "convencido" de ser capaz de resolver eso por mi cuenta.

Lo hecho, hecho está, un intento fallido solamente. Ahora solo queda aprender de la experiencia y trabajar en lo que sigue. A continuar estudiando que en una de esas la termino pegando en un trabajo completamente remoto donde se me pague bien y se me ofrezca un paquete sustancial de beneficios. Porque citando a Dopinder: "También quiero vivir ese hermoso sueño, don Pool".

Admito que al acabarla me dio para abajo, porque una vez más la frustración de enfrentarse a la incapacidad es dura; tan fue así que me olvidé momentáneamente de otros pendientes, y prácticamente perdí la mañana y parte de la tarde en recapacitar mis limitaciones. Por lo que me dediqué a subir los algoritmos que había planeado cargar esta semana de una vez a mi sitio de desarrollo (dev.rokck.com para referencia). Pues no se trata de tenerlos en GitHub nada más calentando, sino de resolver otros que vaya encontrando y agregarlos posteriormente (por ejemplo, los de las entrevistas).

Ya hoy amanecí mejor, agradecido como siempre por tener un día extra de vida y la oportunidad de seguir mejorando; anoche vino una tía y su familia y hasta nos fuimos a los tacos a cenar. En resumen, andamos mejor, con la mirada puesta en no desistir, el corazón en su lugar y la gente que debe de estar alrededor fungiendo de inspiración y fortaleza.



 Despertándome poco después de las cuatro, nervioso, claro está, de lo que tenga para responder en la entrevista de código; he dicho hasta el cansancio que esa clase de herramientas de filtrado no necesariamente funcionan, simplemente sirven para darte una idea de qué tanto ha estudiado un individuo; pero, a la hora de trabajar, probablemente su capacidad para "googlear" sea más beneficiosa.

Nos encontramos en un tiempo en el que las herramientas para resolver nuestras dudas están a una búsqueda de distancia, y gracias a la excepcional capacidad de los buscadores actuales, eso no implica más de unos pocos segundos; digo lo anterior porque considero de mayor importancia en un desarrollador su habilidad para generar empatía, su capacidad para comunicar dudas o incluso la virtud de aportar para un equipo (aunque no necesariamente eso implique estar ahí y ser parte física de uno para hacer "jueguitos" y demás actividades agobiantes, luego les explicaré un poco más esto).

Gracias al Cielo, estamos situados en la zona con mejores beneficios del espectro a la hora de comparar con diversas actividades profesionales del mercado que requieren que estemos de tiempo completo en la calle o interactuando con otras personas; para nosotros, únicamente es necesario tener un equipo de cómputo (que bien debería proveer la compañía en la que trabajemos), conocer de algún gestor de versiones y saber colocar palabras medianamente ordenadas dentro de un procesador. Dicho sea de paso, si el trabajo de escritor es genuinamente un empleo para "flojos", el desarrollador no se queda atrás en su travesía, pues ejecuta prácticamente actividades similares; a mí, que me gusta hacer ambas cosas, podría claramente identificárseme como alguien doblemente flojo.

En fin, les decía que para hoy tengo una entrevista con esta empresa europea de la cual no quiero celebrar nada todavía; pues recuerdo que la última vez que intenté quedar en una posición similar terminé intelectualmente aplastado por quien me entrevistó y le conté a varias personas lo mal que me había ido; ¿seré capaz de superarla ahora? Lo desconozco por completo. Es común que advirtamos que la forma de salir ileso de un evento de estos no necesariamente depende del talento o la astucia de los participantes en la conversación, por lo general, está vinculado poderosamente a un asunto de personalidad y prioridad antes que cualquier otra cosa.

Aunque el año pasado hube fallado a tantas entrevista que siento que equivocarme otra vez lo único que lograría es ponerme un peldaño más arriba en mi plan de vida por moverme a un mejor empleo, ya no lo tomo como algo terrible (antes sí), sino como una experiencia agregada a la lista interminable de fracasos por los que he pasado, que sin embargo, aquí me tienen, escribiendo (o haciendo el intento de escribir), unos cuantos renglones al día para generar un poquito más de confianza cuando me encuentre frente a un procesador de textos (o IDE cualquiera). Mañana vuelvo y les cuento cómo me fue.



 Entre que anoche me la pasé pegado a la computadora revisando algunas cosas y cuando me di cuenta ya eran las tres de la mañana y entre que es lunes y estos días suelen resultar algo pesados para la banda, tengo que reconocer que a penas amanecí con energías.

Hay un par de actualizaciones que tengo que hacer a mi sistema de organización, porque me doy cuenta que no me es posible avanzar tanto como quiero en algunos apartados. De eso se trata, creo yo, de ir acomodando las cosas a hacer según las necesidades y capacidades.

Como que la sobreexposición a la pantalla de la computadora hace que el sueño se me escape, lo cual tampoco está chido cuando tienes una junta en la agenda programada para las ocho am del día siguiente, aunque también hay que considerar que ayer fue un día comimos puros alimentos que caen pesados, en la mañana un poco de la lasagna que quedó de navidad, en la tarde tacos de barbacoa y en la noche un dogo... Con todo eso, era obvio que me sobrarían energías pasada la media noche.

Por cierto, la última fue una navidad tranquila, estuvimos aquí en casa de mis padres solo ellos, mi hermana y un servidor; no les mentiré, extrañé el argüende que se arma cuando está toda la familia reunida, pero tampoco me la paso mal en compañía de mi núcleo más cercano.

Hoy o tengo mucho más por decir, sin duda me siento fastidiado y estoy pensando en acostarme a dormir un rato para recuperar un poco del sueño que se me escapó ayer. Así que "buenas noches a todos".



En mi experiencia personal, soy alguien que funciona mejor cuando está organizado. Desde la hora de despertar hasta cuando tengo que dormirme, eso me ayuda a gestionar de mejor manera mi energía y enfoque dependiendo lo que me rodea.

Por ejemplo, el ruido me parece un distractor grande cuando se trata de explotar la parte creativa de mí. Algo que no ocurre cuando estoy ocupado haciendo alguna actividad que simplemente requiera "rutina". Es común de los trabajos actuales, que muchas de las tareas se podrían automatizar, pero debido a la complejidad de las herramientas o el uso de diversas tecnologías, no es algo tan sencillo todavía; por lo que se requiere la mano humana para interactuar y estar alerta. Ante eso último, no me incomoda para nada que haya una fiesta en casa.

Pero cuando hablamos de colocar ideas una tras la otra, para dar estructura a un documento; aunque tengo la capacidad de ponerme audífonos y entrar en mood "no molestar"; prefiero que lo que me rodea esté tan silencio como sea posible. Por esa misma razón he estado pensando comprarme unos audífonos con cancelación de ruido.

Ha pesar de lo cruel del virus, y lo incómodo de estar encerrados durante la pandemia, hemos aprendido a llevarnos bien con el trabajo y la gente que nos rodea, y hablando de mí, estoy empezando a reformar algunas de las cosas que me habían "valido" con el propósito de mejorar como persona. En mi mente, viajar a Colima solía ser una ida al parque de diversiones, donde las responsabilidades y lo tajante de mi agenda pasaba por alto, eso provocó que me fuera de patas ante la idea de que volvería pronto a recuperar mi entorno de reglas. Lo cual no llegó, o al menos hasta ahora no se ha presentado.

Entonces, un día hace poco me dije: Ya fue, no sé si volveremos a donde estábamos y tendré que reordenar prioridades y darle con las cosas saludables. Porque estaba tan mal en mi mente, me venía sintiendo tan terrible con todo, que no le daba el mínimo de oportunidad a las cosas de caer por su propio peso; la ansiedad me consumía, sin poder dormir y desesperado, sintiendo que lo que hiciera sin importar el esfuerzo, estaba destinado a fallar.

Ahora, es cuestión de días que he retomado mis planes, tampoco es que me haya librado por completo de la toxicidad a la que puedo llegar a entregarme cuando no mido mis pasos. De lo que se trata es de recuperar el terreno perdido, trabajar por salir adelante y resolver cuanto pendiente me quede. Sin culpas, sin depresión, sin sentirme miserable. Es verdad que nada tengo, nada soy y probablemente nada valgo; pero puedo ir construyendo valor a través de otorgar un poco de lo que he aprendido.



 Tuve un sueño, uno de esos sueños que se deben de contar, acababa de adquirir mi nueva casa, una mansión en la zona más prestigiosa de Amsterdam, campos verdes y belleza natural la rodeaba.

Estuve casado con dos mujeres hermosas, una rubia alta de ojos verdes; una pelirroja de ojos azules. Poseía los autos más codiciados, los muros que rodeaban mi mansión eran enormes, apenas alcanzaba a ver su cúspide.


Había una docena de personas a mi servicio, desde choferes, mozos, médicos, cocineros, cada uno con dos o tres personas a su cargo.


Cuando salía de comprar, siete mujeres me hacían compañía, cuatro de ellas eran mi guardia personal, mis dos esposas y una más se dedicaba únicamente a gestionar mis finanzas. Mi equipo.


Era un hombre muy poderoso, dueño de empresas con gran poder mundial, tenía la capacidad de imponer gobiernos y destruirlos a mi antojo.


Los Magnates se referían con elogios a mí. Se me invitaba a convenciones y conferencias por todo el mundo. No cesaban de pedir mi opinión.


Mafias intentaron matarme sin éxito.


Mi vestimenta era codiciada, la joyería que me rodeaba también; de oro, platino y piedras preciosas todo marcado, señalado con mis iniciales.


Lo que pedía me era entregado en la mano. Nadie me negaba nada.


Ese día especial, me dirigía a un evento de esos habituales a gente de mi categoría, lo más exclusivo; había ordenado que se sirvieran los alimentos más deliciosos de la tierra y las bebidas más exóticas.


Viajaba en la limusina con mi equipo de confianza. De pronto, una luz lo iluminó todo, y cuando volví a abrir los ojos en mi realidad no había nada.


Me encontraba en una habitación en la que no alcanzaba a distinguir paredes, completamente blanca, mis ojos ardían a causa del encandilamiento, me sentía ligero pero temeroso.


¿Qué opina, Doctor? —preguntó la dama con los ojos puestos sobre aquel caballero de blancas vestiduras e imponentes proporciones.


Segundos más tarde. Lo siento amigo, tú ya estás muerto —dijo el Ángel revisando la lista. —Infierno —gritó después. FIN.