Mexican IT companies are using not-IT people to offer IT positions; then there are a lot of IT employees without a clue working on IT. That’s an idiot problem. Candidates telling lies, companies buying and selling lies. Is this a big deal? Of course it is, it’s a very expensive one. People who has no idea about the work are taking it, just because a lot of mexican engineers are too lazies to learn another language.

Why is this incorrect? Well, it would take time for me to explain, but basically we’re destroying the behavior of next generation related to IT world. It used to be an environment prepared for people with some values (the ones that you learned in an IT career), but from now often, different kind of “values” are entering to scene.

As for example, when you’re an engineer you know that your work is to investigate and do the maths in order to resolve problems; but people from other careers (most of them), they normally use another methods (sometimes unscrupulous) to get a similar resolution.

It’s because of that we have (writing about code) tons of lines of garbage, lack of consistency and obviously, unsecured information.

Maybe not today, but the time will be the best tool to measure and verify the negative effect these conducts are causing to our entire economy.

[Sorry to people who isn’t from IT, this message is for the guys in the other side of the knowledge, those ones who after have been prepared, think they are too good to update their minds with something else.]

// I got this from old notes, copied from somewhere I forgot. Nothing personal to anybody.


Escribo para ti,
porque te amo,
y no es la forma de las estrofas lo que lo decide,
o tal vez sí.

Creemos en el arte que idealizamos,
así mismo nos apasiona lo "mejor",
sin saberlo,
nos volvimos víctimas del dolor.

No lo entiendes por no atreverte a abrir los ojos,
pero aquí sigo esperando paciente,
por un beso tuyo,
inminente.

Escriben así y se hacen llamar escritores; por el hecho de ubicar las frases para dar estilo a párrafos utilizando formas y aprovechándose de los espacios vacíos. ¿Así de vacíos están los cerebros de los lectores? Probablemente no. Quizá me cueste trabajo reconocer la profundidad de las pocas palabras tanto como asimilar positivamente mucho del arte contemporáneo o la música moderna. Hay posibilidad de que esté envejeciendo en el trayecto, o simplemente que me esté dando cuenta de lo mucho que nos han timado, y cómo es que vivimos en una sociedad que lo fracciona, modula y capitaliza todo. Incluso en la industria de las tecnologías de la información (que es en la que desempeño mis labores), ahora son más comunes las entregas de solo una pieza de la solución para así poder comercializar el conjunto de sus partes.

Pensando lo anterior, está colocada tan internamente en nuestro subconsciente esa idea, que no vacilo en dudar el hecho de que las personas de esa forma se comprometen, entregan, responsabilizan, abren o expresan en estos días; siempre dubitativos ante el hecho de ser o no genuinos; por eso la cantidad inconmensurable de memes que atraviesan nuestros dispositivos a cada momento, porque hasta las opiniones y los gustos los brindamos en fracciones diminutas. ¿Y todo para qué? ¿De qué le sirve al ser humano hacer millones de amigos cuando, por su falta de características individuales se vuelve uno más a elegir, tan reemplazable y ordinario como cualquier otro, pues no aporta ni nutre en ningún sentido la relación para con él?

Nos encontramos en un punto de la historia tan preconcebido y moldeado que todo cuando imaginamos está ahí por una razón y con un fin previamente establecido; nos preparan en centros educativos para formarnos con un modo de pensar en específico, donde el mundo laboral es una continuación del mismo, nos colocan metas inalcanzables a cambio de fugaces sensaciones de triunfo y felicidad, nos llenan de chatarra comercial desde el momento mismo en el que nuestros sentidos comienzan a captar información, nos ofrecen lo que queremos recibir, nos dicen lo que queremos escuchar, nos muestran lo que queremos ver, todo servido a la carta.

Y creemos en nuestra miserable y vana concepción del entendimiento que estamos andando por un camino único, que nuestra voluntad la estamos cumpliendo con base en las experiencias, las coincidencias, las adversidades y el devenir de las cosas. ¡Cuánto hemos fallado en atender que lo más valioso que poseemos es la oportunidad de producir para otros! Aislándonos y concentrándonos en el ser, en el tener y conseguir para nosotros mismos, para mera y superflua satisfacción de nuestro ego.

Tengo que decirte algo si llegaste a esta línea, no la he redactado con intención de ofenderte a ti, tus gustos, tus metas o placeres, cada uno es responsable y tiene derecho de interpretar la vida en la manera que va comprendiéndola. Solo deseo pedirte un favor, uno pequeño, que si el día de mañana vez a alguien triste, con el rostro o la mirada de estar teniendo un mal día o que su semblante grite una lucha interna, haz lo posible por regalarle una sonrisa cordial, un saludo amable y de ser factible un abrazo afectuoso; recuerda que aunque cualquier cosa positiva o negativa que el entorno tiene para darnos es vanidad, todos hemos pasado por malos ratos y podrías ser el factor agradable que repercuta la memoria de su día.


Estoy otra vez intentando cerrar los ojos, abandonar las ganas de extrañar. Pero la misericordia tiene más de un nombre, no quiero claudicar.

Sigo sobrio, de las cadenas que me hacen recordar sus dulces labios; escapé, pero en la lúgubre soledad en medio del silencio su ausencia me acongoja, el aroma de su cuello presente estaba en lo que soñé.

¿Estoy intranquilo? Probablemente no; solo encontrando la manera de mis pensamientos colocar en orden. Las risotadas al otro lado de la pared me despiertan, el murmullo de quienes han salido a divertirse hace mofa de mi triste situación de pesar tras darse cuenta.

Tendría que escribir un poco como salida a mis ataques de ansiedad, no me siento mal, pero es mejor así, por si acaso mañana no tengo nada más para decir.

¿Has visto al despertar entre el frío y la humedad de lágrimas que hubieses derramado antes sobre la almohada los ojos escarlatas de un ser aterrador que presume estar ahí simplemente a tu cuidado? Algo de esa índole seguro que te habría asustado.

Pero bien es real que ya me ha sucedido antes; a las tres con treinta y tres me he despertado ansioso más de una vez en el pasado, y entre las sombras al caminar unos cuantos pasos recuerdo el brillo colorado.

¿Qué es eso que más que darme miedo me conmueve por no saber con certeza sus motivaciones, o si solo es el efecto del desvelo en mi cabeza lo que provoca esas desquiciadas maquinaciones?

Nos podemos equivocar, poner los ojos y la mente en algo o alguien que no es para nosotros; hay que aprender a desapegarnos si lo que intentamos es crecer, eso probablemente nos vuelva personas aisladas y con un corazón a simple vista menos sensible, ¿será beneficioso a largo plazo?

Entre las cosas que pienso continuamente se encuentra eso, ¿cuál es la dimensión de mis sueños y soy capaz de alcanzarlos para así, en un futuro no muy lejano dar una mejor calidad de vida a quienes dependan de mí o es quizá la mejor opción volverme más egoísta y disfrutar de cada uno de los momentos de mi vida como el último sin afanarme por un futuro que tal vez no llegue a conocer?

Es probable que me guste la personalidad de más de una persona, y eso es mejor que la apariencia, porque definitivamente el deterioro nos afecta con el paso del tiempo a todos, ¿me interesa estar con una mujer a pesar de no ser físicamente cautivadora por el solo hecho de poder convivir sanamente con ella?

A diario me surgen dudas de todo tipo; en días pasados había tenido problemas incluso para dormir por temor a que me corrieran de mi trabajo en un par de meses. Todavía lo pienso un poco, aunque trato de relajarme encontrando los hilos que podrían dictaminar que no sucederá, el destino no está previamente escrito, eso lo comprendo, pero si mantengo mi mente tranquila las cosas empiezan a funcionar de una forma bien ordenada.

¿Y si la persona indicada para mí simplemente no ha cruzado su camino conmigo? Los vicios nos hacen daño, nublan nuestro pensamiento y provocan que nuestra toma de decisiones no sea clara.

Pero entre vicios y aficiones, gustos y adicciones, las líneas divisorias pueden ser muy delgadas; tanto, que a penas ayer mismo entendí una indirecta que debería ser circunstancial para el resto de mi vida, hay que tener valor para aseverar necesidad de cambio, y eso, mis queridos amigos, es lo que voy a hacer. Cambiar para mi propio bien, que el día de mañana en algún lugar observe atrás a mis años anteriores y acepte con gusto haberme librado de malas conductas.

Sobrepensar las cosas basta para conseguir que algo esperanzador y reconfortante se convierta en ansiedad, fatiga y hastío. Todo viene de la mano de quien ha reconocido que es momento de avanzar, créanme que es más difícil alejarse de comportamientos y actitudes que de cualquier otra droga común; porque las acciones son tangibles, concretas y específicas (uno ve a un fumador adquiriendo cigarros y consumiéndolos), mientras que aquello que uno considera inherente, al ser intangible, abstracto y general, como un mal hábito oculto que nos hace daño, buscaremos defenderlo contra la única persona a la que jamás seremos capaces de engañar completamente, nosotros mismos.


Miles de historias y un solo punto de vista, crear o ser parte de los que se mueren en el pasado. Estuve a nada de aceptar las glorias que las supuestas mejoras tecnológicas traerían a mí, pero cuál es el propósito si no ayudar a otros. Con esa premisa en mente me dispongo a alinear mis instintos de aquí en adelante, para que, no sea el solo ver por mi causa, quedando como egoísta en el resultado, sino que los actos de mis manos rindan fruto para terceros también.

Es cierto, de vez en cuando lo he hecho, y no me ha salido bien; como en el momento que apoyé a que mi amiga iniciara algo, o el día en el que sin escatimar compré un par de obras artísticas e incluso invertí en una que no existió nunca; así podría seguir, justificando el cambio de personalidad por una más aislada como consecuencia de los malos tratos, pero no es el punto, a partir de ahora quiero probar que puedo producir rendimiento sustentable que beneficie a más de uno.

No puedo ahondar de momento, mis manos siguen atadas y algunos de los negocios están en espera de resultados para continuar; es más, sé con claridad que me encuentro en un punto álgido de lucidez que será crucial para el avance de las cosas; es decir, no colocaré mis demandas o intereses por encima de aquellas que vendrán a generar mayores rendimientos generales con el paso del tiempo.

Estuve a punto del colapso en días pasados, que no se interprete de manera negativa, por lo general ocurren situaciones semejantes cuando estoy cercano a tomar una decisión correcta que nutrirá mi mañana; pero siempre, por el solo hecho de dar un paso que me obligue a abandonar mi zona de confort, es obvio que lo resiento, el reflejo natural del ser humano es rechazar la posibilidad de peligro, así es como funciona la supervivencia.

Antes de precisar cosa alguna, medito las probabilidades, y eso facilita el hecho de que mi mente haga un nudo entre tantos prospectos; pero está bien, una vez superado el miedo, la nostalgia y el remordimiento, el siguiente paso es ordenar los pensamientos y reestructurar el trabajo que quedó pendiente de modo que se consiga y supere el objetivo deseado.

Soy consciente de que mis maneras de realizar avances son desconcertantes en la mayoría de casos, así es como ocurre en mi interior, primero hay que solapar desventuras entre encrucijadas para gestionar el mejor modus operandi ante cualquier acción en puerta.


¿Qué haces una noche de inspiración en la que la luna espera por tus versos mientras tú mueres por sus besos?

Crecí en un mundo repleto de esperanzas, entre las constantes creencias de que quién se esfuerza, lo consigue. Y así hasta que llegué al tiempo presente, en el que no me queda más que superar mis miedos a cambio de sentir sus manos. Suspiros entrecortados.

¿Qué hace un loco compartiendo extractos de su corazón a cambio de nada, ofreciéndolos por el simple hecho de poder hacerlo, como si en el infinito universo de posibilidades algún día logre que llegue a la persona indicada?

Cuando comencé a escribir, pensé que podría hacerlo con inteligencia, esconder entre versos historias utópicas de realidades alternas; conforme las letras aparecían una después de la otra comprendí que ni siquiera soy bueno, a duras penas defiendo una idea en texto de vez en cuando, opté por aceptar lo que era necesario, que los textos eran muestras de una mente deseosa de ser leída, siempre amando.

¿Te gustan los libros, la poesía, el arte, conocer lugares, aprender, la historia, la filosofía, la ciencia, la tecnología? De ser así, ¿por qué a veces siento que me abandonas en el lecho de un recuerdo a punto de extinguirse? Si te alejas de mí, cómo es que funciona el entrelazado en mi interior, ¿por qué no confiesas que eres parte fundamental de mis silencios? ¿Qué estoy diciendo? Difícil es entender al redactor que se hunde en un circunloquio de atrocidades intelectuales. No tengas miedo a ser abierto; total, sin ti estoy más que muerto.


Un poquito de lo que platicaba con Andrea anoche:

Me causa gracia, sabes, el hecho de que te cuento que no tengo casi amigos en la Ciudad y tú seas la que te pongas en tono defensivo. Es como de: Oye, tranquila, que el que tiene broncas para socializar soy yo.

Te pones tensa porque quieres. No necesitas ponerte en plan intelectual. Cosas absurdas y estúpidas también funcionan. De hecho funcionan más. Los intelectualoides hartan. (Sí, estoy usando humor negro para referirme a mí.)

No puedes ayudar a quien no te lo pide, eso es ofensivo...

Si hubiera la oportunidad de irme a conocer Europa, créeme que lo haría. Amo a mi familia, pero he tenido que aprender a andar mis propios caminos (obvio, con sus consejos), pero siguiendo metas personales.

Si me pongo melodramático porque no veo a mis tíos, a mi hermana, a mis padres, a mi familia, me voy a agarrar llorando y regresaré a Colima en un mes para nunca volver a salir. No se trata de tener corazón frío, pero sí hay que saber respetar las convicciones.

Hace mucho me di cuenta que soy distinto a mi familia. El bicho raro. Mis gustos son diferentes. Desde la música, las películas, la cultura, todo en mí; tenía viejos sueños de haber sido abducido y programado con gustos distintos. Aunque sueños, igual son interesantes.

En mi mente, siempre he querido vivir en Londres o Zurich. Mis gustos siempre han sido algo costosos, y desde lo primero que me costó a mí, he comprado cosas de calidad. Mis papás siempre se quejaron de que tenía gustos diferentes.

Y así podemos seguir. Diciéndote lo diferente que soy al resto de mi familia. Desde mi manera de hablar, hasta mi poco conservadurismo. Los amo, lo son todo para mí. Están en la cima de mis prioridades. Dios, mi familia, ...

Pero sin lugar a dudas les agradezco que me hayan dejado generar una consciencia propia, que nunca hayan apagado mis ganas de aprender y cuestionarlo todo. La lectura ayuda, obvio, pero sin gente que te deje libertad de desarrollo jamás alcanzas a formar una identidad y te la vives divagando entre circunloquios morales, espirituales o sociales.